CAP 49

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Belu se estacionó al frente del edificio dónde vivían Euge y Nico junto a su hijo. Aun no sabía ben que esperaba encontrar ese día, pero unos minutos después de que había llegado ahí, un morocho alto y fuerte llegó caminando al edificio. Un morocho que ella reconoció perfectamente.
Belén bajó lo más rápido que pudo de su auto y lo detuvo antes de que entrara al ascensor.

Belu: ¡Vico! – Lo detuvo.
Vico: - Se detuvo y el ascensor se cerró. - ¿Qué queres Belén?
Belu: Conocí a María y Luca. – Dijo sonriente, cruzada de brazos. – Sabe que soy novia de Peter, así que podrá dejarme entrar cada vez que quiera.
Vico: ¿Y eso a mí qué me importa? – Preguntó, con cierto rechazo hacia ella.
Belu: Que puede salir conmigo, con Luca y puedes verlo. – Dijo en modo de pregunta.
Vico: ¿Por qué me queres ayudar? – Preguntó directamente.
Belu: Porque vos me ayudaras. – Sonrió seductoramente. - ¿Queres ver a tu hijo o no? ¿No harías lo que sea por él? – Vico se quedó pensativo, a pesar de que no quería ayuda de ella.

Peter llegó a la oficina, más animado que los últimos días atrás. Ximena lo miró levantando una ceja ante su exagerada felicidad. Atrás de él, llegaron Lali y Maxi sin que él se diera cuenta.
Lali tomo la mano de Maxi, acercándose donde Xime rápidamente; ella giro su mirada a la morocha y abrió más sus ojos, creando intriga en Peter, quién apoyado en el muro de recepción miro hacia atrás.
Mariana, antes de ir a la empresa, volvió al departamento para ponerse algo que ella misma había creado; aunque a Daky le gustaba, quería que fuera con lo primeramente planeado, pero Lali, segura de ella misma, se puso firma ante su decisión. Ella llevaba puesto un vestido simple rojo al frente, que no llegaba más debajo de las rodillas, pegado en la parte de la cintra, con una terminación en A. Era algo pegado en el pecho, lo suficiente para mostrar lo voluminosa que era en esa área. Lali entró sonriendo, agarrada de la mano de Maxi; como si no hubiera visto a Peter; dio un pequeño giro, abrazando a su acompañante por el cuello, mostrando la parte destapada de su espalda, por la forma del vestido y le dio un beso en la mejilla a Maxi. Tenía unos zapatos de tacón brillantes, con lo cual no tuvo que estirarse mucho a él para darle el beso. Y su boca totalmente pintada de rojo también, no dejo ninguna mancha exagerada en la mejilla de "su novio". Todo eso siendo vista por Pitt; obviamente.
Mariana se demoró un poco más en llegar, y Pitt tuvo tiempo de girar nuevamente su mirada en Xime; quién estaba divertida viendo todo ese espectáculo.

Peter: Ximenita... - Dijo sonriendo nuevamente; Lali se paró junto a él, tomada de la mano de Maxi. - ¿Mi Belu ya llegó? – Lali apretó la mano de Maxi.
Xime: - Miro un momento a Lali y luego volvió su mirada a Peter, levantando ambas cejas. – No, Chavanne aún no llega.
Peter: Oh, bueno... - Dijo, como si lo lamentará. - ¿Me avisas cuando llega? – Lali se mordió el labio inferior, pestañeando un momento; Xime volvió a mirarla rápidamente y sólo asintió. – Gracias. – Quitó su apoyo, para irse al ascensor. – Buen día Reca.
Maxi: - Soltó la mano de Lali, para ponerla en la cintura de ella, apretándola a él; levantando la mirada a Pitt. – Buen día, Lanzani. – El movimiento de su mano y rostro, hizo que Peter lo mirara y lo viera muy cerca de su ex, incomodándose mucho con eso.
Peter: Buen día, Mariana. – Dijo quitando la mirada de ellos, secamente.
Lali: Buen día. – Respondió apenas, para no soltar en su voz la mezcla de sensaciones que tenía.

Peter entró al ascensor y el momento tenso se fue. Lali se relajó, Max boto aire por la boca para luego darle un beso en la frente a la petiza y Xime respiro fuertemente.

Xime: ¿Qué rayos fue todo esto? – Preguntó con toda sinceridad.
Maxi: ¿Te quedarás más WTF si te digo que Lali y yo somos novios? – Preguntó bromeando.
Xime: - Se demoró unos segundos para hablar. - ¿Qué?
Lali: - Respiro hondo, tranquilizándose. – Eso, somos novios. Así como el señor Lanzani te pidió que le informaras cada vez que su Belu llegue... - Con una voz totalmente irritada. – A mí me decías cada vez que se va para alegrarme el día, ¿ok? – Con una sonrisa falsa.
Xime: Ok. – Dijo riéndose.
Lali: Nos vemos luego. – Fue casi golpeando sus pisadas hacia el ascensor.
Maxi: ¡La! – La siguió entrando junto con ella al pequeño espacio y cuando este se cerró, dio un pequeño grito. – Tranquilízate.
Lali: ¡No me pidas que me tranquilice! ¡El tarado no tenía que decir eso! – Gritaba.
Maxi: Le pediste a Daky que no le diga tarado... - Le recordó.
Lali: ¡No me importa! – Decía, como saltando en su propio lugar.
Maxi: - Agarró a Lali de los hombros. - ¡Tenes que tranquilizarte! ¡La que tiene que dominar la situación sos vos! – Lali se quedó quieta ante sus manos apretándola. - ¿Ok?
Lali: Ok. Sí, perdón, pero soltame. – Maxi relajo sus manos. – Todo era más fácil cuando simplemente tenía cara de pocos amigos, ahora está FELIZ. – Hizo puchero, apoyando su cabeza en el pecho de Maxi.
Maxi: - Suspiró, abrazándola, rodeando sus brazos en ella. – Recorda lo que te dijo Daky, tenes que mostrar quién sos. – Lali asintió. – Ya vamos a salir...
Lali: Ok... - Volvió a agarrar la mano de Maxi, pero esta vez le dio un beso suave en los labios, mientras se abría el ascensor.

Pablo: Wow, wow, wow. – Dijo, con una carpeta en la mano, mientras el ascensor se abría. Lali lo miro, sonriendo luego de dejar el beso con Maxi. – Me alegro de que estés un poco más tapada Lalita.
Maxi: Y va a venir así todos los días, yo me encargaré de eso. – Dijo abrazándolo por la cintura. Pablo lo miró confundido.
Lali: Jefe, él está así porque es mi novio. – Dijo la última palabra lentamente y fuerte, para que se escuche por si alguien espiaba.
Pablo: Ajam...- Dijo, desconfiando. – Si no te va a interrumpir con tu trabajo, está todo bien. Por cierto, ya te deje papeles en el escritorio.
Lali: Ok, jefecito. – Asintió sonriendo. Pablo se alejó de ellos, moviendo su cabeza lentamente.

Lali se soltó de Maxi y, sin despedirse de él, fue hasta su oficina; se encerró y se hundió en el sofá, recordando las palabras que había escuchado de Peter en la recepción. Cerró los ojos, respiro hondo y puso música en su iPhone.
Cantando, Lali empezó a hacer su trabajo; tenían tantos asuntos que resolver para conseguir un crecimiento económico estable en la empresa. Los estados financieros mostraban un porcentaje creciente en los últimos meses, pero los gastos aun eran altos, esa deuda los perjudicaría permanentemente hasta su cancelación total. Pablo entraba y salía de la oficina con papeles, hablando por su celular con accionistas y proveedores; estaba trabajando al 200 por ciento para terminar en menos de un año, el desastre en que había caído la empresa Lanzani durante esos 3 años; siendo contagiado por Lali para cantar unas cuantas canciones.

Nico: Hermano, ¿qué pasó con vos? ¿Dónde te metiste? – Preguntó, sentado en su adorada moto; quitándose el casco.
Gas: - Respiró hondo, por ir casi corriendo por llegar tarde. – Una historia larga, Nico. Vos anda a terminar con lo del día, luego te cuento.
Nico: Exactamente, tengo que hablar con vos, Euge me lo pidió. – Dijo, poniéndose el casco nuevamente.
Gas: ¿Quiere hablar conmigo? – Preguntó asombrado.
Nico: Temas escolares, cuñado. – Gas asintió. – Nos vemos luego.

Gas entró a la empresa, siendo comunicado por la secretaria de las reuniones que tenía, algunas llamadas pendientes y una cita por confirmar, todo estaba en su escritorio. Se quitó el saco que tenía puesto, que le causaba mucho calor y se sentó en su escritorio tomando un poco de agua fresca; empezó revisando su agenda mientras se encendía su ordenador. Cuando vio la imagen de su pantalla, llamó cas gritando a Candela.

Cande: Hola rubio. – Saludó, con una sonrisa sarcástica.
Gas: - La miro, enojado. - ¿Me explicas qué es esto? – Preguntó, señalando la pantalla de su computadora.
Cande: Un pequeño detalle. – Respondió acercándose lentamente, con una lapicera que tenía en mano. – Por ahí tenes dudas o, que se yo. Pero, ¿no te gusta la foto? Somos, o éramos, gemelas; con la diferencia que una murió y la otra sigue viva. – Dijo fríamente. Gas la miraba, incrédulo. –Solo es para que lo recuerdes.
Gas: Gracias por recordarme que una será el amor de mi vida, siempre; y la otra puede irse a seguir trabajando sin intervenir en donde no debe meterse. – Cande se cruzó de brazos, enojada. – Vuelva a su trabajo, Vetrano. Necesito que me haga una remodelación de la página web, están presentándose muchas quejas; lea sugerencias y haga su trabajo. – Se sentó correctamente en su asiento, volviendo la mirada a sus papeles. Cande volvió a su oficina, sin contestar nada.

Cuando la gemela se fue, Gas se puso a ver la foto atentamente; el rostro sonriente de ambas hermanas, pero la de una parecía aterrador dado el contexto.

Gimena estaba en su trabajo como siempre, cuando un grito la hizo mover sus manos, haciendo una mala costura al vestido. La prenda a desechar del día, unos minutos más de tiempo para estar en la fábrica.

Gime: Ya te estabas tardando. – Dijo, después de recuperar su alma al cuerpo con ese grito; sin girar a mirar a la persona.
Maxi: Hola Gime. – Dijo sentándose al lado de ella, la madre de Lali sonrió cansada. - ¿Si te invitó a salir, aceptarías la invitación?
Gime: - Miro a Maxi, levantando una ceja. – Creo que sos de la edad de mi hija, Maxi. – Dijo asombrada.
Maxi: Para saber cómo será mi novia de grande, creo que debo conocer a la madre primero. – Gimena volvió su mirada a él nuevamente, con sus dos ojos bien abiertos; mientras él la miraba sonriendo.

Lali quiso imprimir una hoja, varias veces, para algo que Pablo le había pedido; pero la tinta de la impresora en la oficina se terminó cuando imprimió a penas dos. Así que tuvo que salir de su oficina, dirigiéndose a la sección de fotocopiadora que había por el pasillo. Para felicidad de ella, nadie lo estaba usando; así que iba a terminar todo más rápido. Dejo una copia sobre el aparato, marcando algunos botones para programar el número exacto de copias; cuando sintió una presencia detrás de ella.

CAMBIASTE MI MUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora