Lali: - Sonrió ampliamente mirando a Peter. – Ya una vez te dije que sí, Pitt... Y siempre de diré que sí.
Peter: - Sonrió de lado. - ¿Me vas a decir que sí a todo?
Lali: No vuelvas a zarparte, Pitt... - Respiro hondo.
Peter: - Rio un momento, negando con la cabeza. - ¿Cuándo vamos a ir al hospital, Lali? – Lali se encogió de hombros. - ¿Pronto?
Lali: - Suspiro. – Quiero arreglar el contrato ese, ver si nos dan alguna señal de que va a terminar todo bien. No quiero estar mal, quiero estar completamente bien para que todo salga bien, ¿sí? – Peter solo asintió. – Yo también quiero un hijo con vos, Pitt. No pienses que no...
Peter: No, yo no pensé eso... - La interrumpió.
Lali: Entonces... ¿boda primero o ir al hospital primero? - Pregunto sonriendo.
Peter: Doctor primero... puede ser que esté afectando en algo tu salud, mi amor... - Dijo preocupado.
Lali: Ah, entonces, si estoy mal, no te casas conmigo... - Dijo, simulando seriedad.
Peter: Mariana... - Dijo siendo verdaderamente serio. - Me quiero casar con vos, es cierto, pero tu salud no lo podemos postergar más...
Lali: - Lo abrazo por el cuello, besándole los labios suavemente. – Te amo.
Peter: - Presiono su peso, sobre el cuerpo de Lali poco a poco. – Yo te amo más... - La volvió a besar.La mañana siguiente fue mejor para todos.
Euge ya se sentía mejor, además con todos los extremos cuidados que estaba haciendo Nico por ella, que la hacía sonreír a cada momento. Cuando no estaban en presencia de su hijo se besaban tanto como lo hacían años atrás, cuando empezaron a vivir juntos. Hasta que su burbuja se rompió cuando Nico tuvo que salir para ir a su trabajo. De todos modos, todo había vuelto a ser amor en la familia Riera Suarez, con proyección a matrimonio muy pronto.
Rochi y Pablo despertaron sin ninguna preocupación, ya que esta vez Vale no iba a ir al hogar de siempre. Debido a que Gas acepto a Cande dentro de la empresa, la empresa de Pablo requería de la presencia de los dos pequeños en ese lugar. Los dos esposos dejaron a su pequeña hija en el departamento de Gas y fueron juntos a su trabajo actual.
Gas tuvo que verificar que Ramiro y Vale estén totalmente alegres y disponibles para hacer todo lo sea necesario, así que les dio todo lo que pidieron; prácticamente fueron con todo un grupo de juguetes con ellos. Llegaron a la empresa y a Cande le alegro lo que vio, era exactamente lo que necesitaba. Gas podía estar tranquilo ese día.
Lali y Peter fueron al trabajo tan felices como siempre, o al menos eso parecía.Peter: - Agarrando las manos de Lali. - ¿En serio queres trabajar hoy? – Dijo quejándose.
Lali: - Lo miro sonriendo. - ¿Queres que vaya al hospital? Necesito terminar esto primero.
Peter: - Empezó a darle empujones a Lali, hacia el ascensor. – Vaya a su trabajo señorita Esposito, futura de Lanzani. – Lali sonriendo yendo al ascensor, hasta que se detuvo ante la palmada de Peter en su trasero.
Lali: - Giro a mirarlo. – Te dije miles de veces que no hagas eso...
Peter: - Le dio un pico para callarla. – Yo también tengo que trabajar. – Sonriendo, fue al ascensor, hasta que ahora el que recibió la palmada fue él. Giro a mirarla levantando una ceja. - ¿Qué fue eso?
Lali: - Entro al ascensor, sin mirarlo. – Tengo trabajo que hacer, señor Lanzani. – Peter se quedó tan confundido, que ni entro al ascensor, porque se cerró antes de tiempo. Lali simplemente subió sonriendo.Peter entro a la oficina de su hermano y se tiro en el sillón, mirando al techo, sin hablar. Pablo se quedó confundido al verlo entrar a su oficina, no es que Peter fuera muy educado pero ni lo había saludado y parecía perdido en su mundo.
Pablo: ¿Hola? – Peter suspiro. - ¿Te pasa algo?
Peter: - Giro su mirada a Pablo. – Amo tanto a Lali.
Pablo: - Se rio, pero trato de controlarse al ver el rostro de Peter. – Eso ya lo sabemos, todos. – Peter volvió su mirada al techo. - ¿Hay algún problema con eso?
Peter: Me da miedo... - Confeso, atónito.
Pablo: ¿Miedo qué?
Peter: Todo. – Suspiro. – Todo...
Pablo: - Se asombró tanto que no supo que decir. – Estás enamorado, no es nada malo.
Peter: - Se sentó lentamente, enlazando sus manos, pensativo. – Creo que debo empezar con mi trabajo. – Se levantó, casi sin sentir sus pies en el piso.
Pablo: Eu, ¿estás bien? – Peter solo asintió saliendo de la oficina de su hermano. – Peter.
Peter: - Se detuvo en la entrada de la oficina. – ¿Belén no está, no? – Pablo recordó a la nombrada y negó con la cabeza. - ¿Es bueno eso? – Pregunto confundido.
Pablo: - Confundido. – Supongo que sí, ¿o es que queres verla?
Peter: - Negó con la cabeza. – Pero, si no la veo, puede ser peligroso lo que esté haciendo...
Pablo: Tampoco creo que sea una bruja, che. No exageres. Ve y concéntrate en tu trabajo. – Peter asintió y se alejó de la oficina de su hermano.