ULTIMO CAPITULO
Lali.-
¿No es loco como tu vida puede cambiar en unos cuantos años? Las personas que llegan, que se van, que quedan para siempre.
Antes todas las personas en mi vida eran mi mamá, Nico, Mariano y los recuerdos de unos ex en mi vida. Pero básicamente ellos, éramos solo 4 personas.
Y todo empezó a cambiar gracias a un perro, que me hizo gritar tanto que su dueño tuvo que ayudarme a tranquilizarme. Y así conocí a Pablo, quién fuera mi jefe y ahora mi cuñado.
Con Pablo, conocimos a Mery, quién era esa antipática sirvienta, que enamoro a Nico a primera vista; de quién ahora solo sabemos que está bien con su familia.
Gracias al trabajo que nos dio, tuve la suerte de conocer a una persona especial que quedara viva en nosotros siempre, Cande. Ese ser especial que nos mira a todos desde arriba.
Y, aunque no fue de buena manera el inicio, conocí al amor de mi vida en un raro modo de conquistar dentro de un ascensor, quién me secuestro en su auto ese mismo día. Así Peter entró a mi vida.
Con el trabajo, conocí a Nicolás, quién parecía ser alguien que realmente no era. Conocí a Gastón, a Rochi, por fiestas de trabajo. Y así se sumaban más personas.
Euge llegó de una manera para nada linda, a destruir; para luego transformarse, construir y volverse mi cuñada y una amiga a quién quiero mucho.
Emilia estaba incluida en esas personas que no me querían en este mundo, mucho menos cerca de su familia; y ahora es mi suegra, la abuela de mis hijos, que nos visita y se alegra por todas las cosas que nos incluye.
Maxi, llegó accidentalmente cuando me hizo caer sobre él en un piso de la empresa; pero llegó para ser mi amigo de toda la vida, en quién confío para contarle muchas cosas y para saber que él me dirá las cosas tal y como las necesito, de verdad.
Alejo, Matt y Jimena; todos ahora parte de mi vida.
Daky, está loca personita, que vino a recordarnos un poco la felicidad que se nos había ido de las manos unos años atrás. Mi amiga del alma.
Y así se sumaron más y se seguirán sumando más personas a lo que se habían vuelto una gran familia, llena de niños.Me quede parada en la puerta de mi casa en la playa, viendo todo eso. Viendo a cada una de las personas que formaban parte de mi vida, éramos un montón. Supongo que todos se juntaron en alguna parte para venir todos juntos, y era una vista realmente maravillosa. Estábamos iguales pero diferentes a la vez. Eran pocas las veces que tenía la suerte de poder verlos a todos juntos, por trabajo, por ocupaciones, por tareas, labores, viajes... sea cual sea la razón; vernos reunidos así, todos juntos, después de un tiempo, era una total felicidad.
Tal vez estoy muy sensible y ver está imagen humana me emociona tanto, pero es que es realmente lo que quiero. Quiero a cada una de estas personas.Peter: - Se acercó a la puerta, al ver que Lali se había quedado paralizada unos segundos. - ¿Estás bien? – Abrió más la puerta. – Hola chicos. – Saludó a todos.
Daky: - Se acercó a abrazar a Lali, haciéndola reaccionar. – Hola amiga, ¿Estás bien? ¿Sentís algo? – Preguntó, mientras los demás empezaban a llenar la casa con ruidos y su presencia.
Lali: Sí... - Asintió. – Estoy bien. – Sonrió. – Dijiste que vendrías vos primera...
Daky: Y bueno, quería traerte una tremenda sorpresa. – Sonrió, volviéndola a abrazar.Peter: - Se quedó a solas con Lali en la puerta. - ¿Pasó algo? – Preguntó algo preocupado.
Lali: Estoy bien. – Dijo como si fuera obvio. – Más bien, tenemos que terminar de arreglar todo, porque ya llegaron...
Peter: - Lali empezó a saludar a cada uno. - ¡Hey todos! Agarran algo y se ponen a adornar, ¿ok? No van a venir solo a comer.
Lali: Cállate. – Dijo riéndose.Después de terminar de saludar a todos y cada uno de los invitados, hicieron lo que Peter le había dicho, aunque no faltaba mucho para terminar. Aunque muchos se escaparon hacían la playa, en especial los más chicos, aunque incluiría a Matt, porque no le gusta para nada ayudar.
Ramiro: - Vio a Vale a lo lejos, sentaba en la arena, sola, viendo a todos los chiquitos jugar dentro del agua. Se acercó a ella por atrás, tapándole los ojos. - ¿Quién soy?
Vale: - Sonrió, pensando. – Mmm... esa voz se me hace familiar, pero hay tantos...
Ramiro: - La soltó. - ¿Cómo que tantos? – Preguntó, sentándose al lado de ella.
Vale: Hola. – Dijo sonriéndole, Ramiro respiro hondo y sonriendo porque era muy difícil que se pelearan. – Vos sos mayor, ¿no deberías ayudar adentro?
Ramiro: - Apuntando a la casa. - ¿Queres que me vaya?
Vale: - Se levantó un poco, hasta pegarse a él, sentada en sus piernas. – No, no quiero que te vayas.