Capítulo 66.- El presidente se enteró

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Avergonzada, Jocelyn dejó su taza de café y dijo: "No tengo cargo por el momento".

Y es que su objetivo era casarse con alguien perteneciente a una familia rica y poderosa. ¿Por qué iba a trabajar para cualquier empresa entonces? La única razón por la que estaba involucrada en ese proyecto en primer lugar era porque había seducido a Jason para que la dejara hacerlo.

Acomodándose los lentes en el puente de su nariz, Garrett dijo: "Su relación con el señor Gentry es algo privado, pero este proyecto de colaboración es un asunto de negocios entre dos empresas. Usted es solo su novia, y no está en posición de determinar qué diseños se utilizarán, mucho menos calumniar a nuestros empleados o nuestra empresa".

Humillada, ella se sonrojó.

¿Quién diablos era ese hombre? ¿Cómo se atrevía él a interferir con su propósito?

Cuanto más lo miraba, más le resultaba familiar, por lo que pensó que podría haberlo visto en alguna revista. No obstante, no podía identificarlo.

A pesar de eso, ella se puso en pie de un salto y lo fulminó con la mirada. "Me ha ofendido mucho. Puede estar seguro de que le contaré a Jason sobre esto, así que despídase de esta maldita colaboración de una vez por todas".

Imperturbable, él soltó un bufido burlón. "Por favor, adelante".

Él tenía que admitir que estaba bastante desconcertado por la arrogancia y la profunda estupidez de la mujer que tenía enfrente. De hecho no podía creer que Jason Gentry, quien era un CEO de renombre, tuviera tan mal gusto para las amantes.

Apretando los dientes, Jocelyn agarró su bolso y salió de la sala de conferencias.

Tal y como había dicho, ella se dirigió directamente a la casa de Jason.

¿Adónde más iría? Ella tenía quejas que ventilar.

"¡Jason! ¿Eres consciente de que esa gente del Grupo Larson no son más que unos intimidadores? ¡Me echaron! Ah, ¡y ese sujeto de lentes se atrevió a gritarme frente a sus subordinados! Compañía Color es una de las mejores empresas de ropa del país, pero parece que no te toman en serio, cariño".

Ella estaba escasamente vestida ya que se había quitado la mayor parte de su ropa cuando se arrojó sobre él, y aferrándose a su brazo, presionaba sus pechos contra él mientras gemía coquetamente.

Por su parte, él estaba tan ocupado en su celular que ni siquiera se giró para mirarla. "¿Mmm? ¿El hombre de lentes? ¿Estás hablando de Garrett?".

"¿Conoces a ese tipo? ¿Crees que puedes hacer que el CEO del Grupo Larson lo despida? Quiero decir, él me insultó en público. ¡Eso me afectó mucho!", casi gritó ella con enojo.

Repasando las cosas en su cabeza, Jocelyn se dio cuenta de que sus insultos hacia Janet no habían sido suficientes como para equiparar los insultos que ella misma había recibido.

Jason la miró boquiabierto, pues al parecer su novia era una mujer muy ignorante. Los Harding eran una de las cuatro grandes familias de la ciudad, y sus tres generaciones recientes estaban compuestas por genios corporativos, sin mencionar que el Grupo Larson era de una escala abrumadora, y que Garrett era el segundo al mando.

Por el contrario, Jason era simplemente el CEO de una sucursal local, es decir una subsidiaria de la empresa. ¿Cómo se suponía que él haría que despojaran a Garrett de su cargo?

"Yo no tengo el poder de cancelar el proyecto, y Garrett no es un simple don nadie, de modo que no puedo hacerle nada. La verdad es que muy poca gente puede".

"¡No me importa cómo lo hagas, pero debes encontrar una manera de evitar que este proyecto se lleve a cabo!", exigió quejumbrosa Jocelyn. "¡Y quiero que ese hombre desaparezca del Grupo Larson para siempre!".

Ella ya había hecho amenazas de mandar a cancelar el proyecto en un intento por dejar mal parada a Janet, así que si no lo lograba, además de tener que huir con el rabo entre las piernas, podría tener que desaparecer de la faz de la tierra debido a la vergüenza.

Esta vez, Jason frunció el ceño, y es que si bien Jocelyn era altiva e imprudente a veces, él pensaba que al menos tenía algo de sentido común, pero estaba actuando de una forma muy infantil e irrazonable en ese momento, y a él le molestó.

"Bueno, déjame pensarlo", murmuró a regañadientes.

En ese instante, su celular comenzó a sonar. "Debo atender", anunció al tiempo que hacía un gesto para que ella se callara.

Acto seguido, se levantó y atendió mientras se ponía la bata.

"Jason, ¿qué es lo que está pasando con el proyecto de colaboración? Garrett Harding del Grupo Larson me llamó".

Al otro lado de la línea estaba el presidente del conglomerado de empresas para el que él trabajaba, y le estaba exigiendo una explicación.

Jason se quedó paralizado. ¿Por qué llamaría Garrett por algo tan trivial? ¿Acaso había sucedido algo que él no sabía?

"No se preocupe, señor, yo arreglaré las cosas".

Pese a eso, el presidente continuó sonando furioso. "¿Qué diablos vas a arreglar, eh? ¿Crees que todavía tienes algo que manejar después de esto? Permíteme hacerte una pregunta: ¿dejaste o no que tu novia metiera sus narices en nuestro negocio con el Grupo Larson?".

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora