Capítulo 86.- Un vestido de noche

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"¿Por qué no? Es una suerte que este platillo no haya estado hirviendo, de lo contrario, habría quemado ese rostro artificial en el que tanto dinero has invertido".

Y así, Janet sonrió tranquilamente mientras volvía a dejar el plato sobre la mesa. Después, recogió los trescientos dólares del suelo y se los arrojó en la cara a Jocelyn: "Toma tu dinero, arruinaste mi vestido y yo te hice lo mismo. Por lo tanto, estamos a mano. ¿Cuánto vale tu vestido? Te lo voy a pagar".

"¿En verdad crees que te va a alcanzar? Maldita perra, ¡te voy a enseñar una lección que jamás olvidarás!", luego de decir esto, Jocelyn se limpió rápidamente la salsa de la cara y corrió hacia su hermana adoptiva.

Entretanto, Ethan se apresuró a ponerse frente a Janet para protegerla, ¡no iba a permitir que esta loca le pusiera un solo dedo encima!

Puesto que todo el personal y los guardias de seguridad de la fiesta estaban capacitados para lidiar con este tipo de situaciones, uno de los empleados arrastró a Jocelyn y la arrojó al suelo.

Garrett se había ido solo por unos minutos y no esperaba en absoluto que sucediera algo como esto, así que cuando escuchó la conmoción, se metió entre la gente para averiguar qué estaba pasando. Como resultado, el hombre quedó boquiabierto al ver el vestido manchado de Janet y el cabello despeinado de Jocelyn, además de la alfombra cubierta de vino tinto y de salsa.

"¿Qué ocurre? ¿Quién está causando problemas?", preguntó él, sintiéndose molesto.

Al verlo, Jocelyn lo reconoció al instante, pues fue él quien la corrió de Grupo Larson una vez. Más tarde, se enteró de que su nombre era Garrett Harding, el subdirector de esta empresa e hijo de la famosa familia Harding.

Definitivamente, ninguno de los hombres con los que había salido se comparaban con Garret, quien era todo lo que cualquier mujer podría desear.

Sin pensarlo, Jocelyn estiró su largo dedo índice y señaló a Janet. "¡Todo es culpa suya!", la mujer exclamó mientras hacía un puchero para verse aún más miserable: "Accidentalmente derramé vino en su vestido, por lo que ella se puso como loca y me arrojó este plato. ¡No debería dejar entrar a gente tan problemática a sus fiestas!".

Sabiendo que su ropa y maquillaje estaban arruinados, Jocelyn apretó los puños con coraje y su odio por Janet se intensificó.

¡Su estúpida hermana adoptiva había arruinado su noche y la posibilidad de seducir a Garret!

Sin decir una palabra, Janet agachó la mirada al mismo tiempo que Ethan la atraía a sus brazos y susurraba: "Debiste haberla golpeado más fuerte, se lo merece por ser tan mentirosa".

Janet suspiró profundamente y pensó que no estaba bien haber respondido a las provocaciones de Jocelyn, sin embargo, ya no podía soportarlo más.

¡Estaba realmente cansada de que siempre la humillara frente a todos!

Sin que ella se diera cuenta, y mientras acariciaba suavemente su cabello, Ethan le dirigió una mirada severa a Garret.

Notando la advertencia en sus ojos, Garrett se subió las gafas hasta el puente de la nariz y tragó saliva nerviosamente.

Entonces comprendió lo que el otro hombre quería decir y le hizo una seña a uno de los meseros: "Necesito que vayas a comprar un vestido de noche y me lo traigas lo más pronto posible".

Al escuchar eso, el rostro de Jocelyn se iluminó de repente y sus labios se curvaron en una sonrisa arrogante.

Obviamente supuso que el vestido era para ella y creyó que Garret estaba de su lado, ¡al fin Janet quedaría en ridículo frente a todos!

"Déjeme decirle que siempre he admirado el trabajo de Grupo Larson y no los haré responsables de lo que me pasó esta noche en su cena", Jocelyn comentó tratando de parecer amigable.

Como respuesta, Garret esbozó una sonrisa incómoda.

'¿Quién dejó entrar a esta demente?', se preguntó.

Pensando que Garrett se preocupaba por ella, Jocelyn asumió que tenía una oportunidad de conquistarlo y le guiñó seductoramente un ojo frente a todos.

Garrett parecía el chico perfecto para ella. Pues además de que procedía de una familia adinerada y ocupaba un buen puesto en una empresa de renombre, tenía una figura atlética y un rostro atractivo. El siguiente paso era seducirlo hasta lograr acostarse con él, ¡su futuro sería brillante si se convirtiera en su esposa!

Al ver que el hombre no respondía, Jocelyn se le acercó y le sonrió con dulzura: "Gracias, señor Harding".

A decir verdad, la salsa mezclada con su perfume y maquillaje emanaba un olor repugnante, provocando que Garret apretara los labios. No obstante, Jocelyn siguió caminando hacia él.

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