Capítulo 113. - Un drama frente a todos

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En el Departamento de Diseño del Grupo Larson.

Aprovechando que aún no comenzaba su horario laboral, la mayoría de los empleados estaban desayunando.

"¿Por qué no viniste ayer, eh?", Gerda le dio un mordisco a su sándwich y le preguntó a Janet.

"Tuve que atender unos asuntos personales", la joven respondió secamente.

Entonces recordó el largo beso apasionado que Ethan le había dado en el sofá la noche anterior y se perdió en sus pensamientos. No obstante, al sentir que la sangre le subía a las mejillas, ella sacudió la cabeza y volvió a la realidad.

Sin quitarle los ojos de encima, Gerda arqueó una ceja, y al ver la risita de Janet, entendió lo que había sucedido: "Vaya, ¡así que tuviste una cita! Solo contrólate, ¿de acuerdo? Ya estamos en la empresa y no puedes andar riéndote como una loca enamorada".

Tratando de reprimir su felicidad, Janet frunció los labios y exclamó: "Oh vamos, ¡no digas tonterías!".

Gerda iba a seguir molestándola cuando la repentina conmoción en la planta baja llamó su atención, así que miró por la ventana y dijo: "¿Qué está pasando? ¿Por qué hay tanta gente allá abajo?".

Al igual que ella, muchos de los empleados de Grupo Larson se asomaban a través de los ventanales, despertando la curiosidad de Janet y provocando que hiciera eco de sus actos.

Sorprendida, la joven abrió los ojos como platos y se quedó sin palabras.

Ahí, en medio de la multitud, se encontraban Bernie y Fiona.

Sin perder un segundo, Janet corrió hacia las escaleras y bajó rápidamente.

Al verla salir del edificio, Fiona se le acercó con una expresión deprimente y una bolsa de papel kraft en las manos.

Confundida y molesta, Janet le preguntó: "¿Qué estás haciendo aquí?".

Por extraño que pareciera, tanto Bernie como Fiona vestían ropa corriente y arrugada, a diferencia de sus habituales prendas de diseñador. No lucían ricos y extravagantes como solían hacerlo, sino que más bien parecían dos campesinos que acababan de salir de su granja después del trabajo.

De hecho, Fiona se veía mucho mayor, quizás porque estaba usando un maquillaje deliberado y las profundas ojeras debajo de sus ojos no le ayudaban en lo más mínimo.

"Estuviste molestándonos para que te diéramos dinero, ¿no? ¿Por qué más crees que estamos haciendo aquí?", mientras se secaba sus falsas lágrimas, Fiona sacó varios fajos de billetes de la bolsa de papel y se los entregó a Janet frente a todos deliberadamente.

Enseguida, se mordió el labio inferior y continuó con su drama: "Te suplico que no vuelvas a ir a nuestra casa a pedir dinero. Ya vendimos todas nuestras posesiones para poder reunir la cantidad que querías y ahora estamos en la quiebra. Por favor no vuelvas a obligarnos a hacer esto otra vez, ¡ya no tenemos nada para darte! Te hemos criado todos estos años sin esperar nada a cambio, ¡y mira cómo nos estás pagando! ¡Un día nos vas a matar de un coraje!".

Al parecer, la pareja Lind había venido al Grupo Larson con el objetivo de arruinar la reputación de Janet.

Esta última revisó el dinero y se dio cuenta de que había al menos trescientos o cuatrocientos mil dólares en la bolsa de papel. Y dado que ella había ahorrado todo lo que obtuvo de vender las cosas que ellos le habían dado, entonces ahora tenía la cantidad suficiente para cubrir los gastos médicos de Hannah.

Janet estaba encantada, ¡ya no tendría que preocuparse por cómo liquidar la costosa cirugía de hígado!

Las fingidas expresiones miserables en los rostros de Bernie y Fiona hicieron que la sangre de la joven hirviera de rabia, por lo que se humedeció los labios y respondió con desprecio: "Gracias, y si no tienen nada más qué decir, volveré a trabajar".

Al ver que estaba a punto de irse, Fiona la detuvo apresuradamente.

Evidentemente, la joven trató de liberarse, pero en medio de su lucha, Fiona gritó y se tiró en el suelo.

"¿Cómo puedes hacernos esto luego de todo lo que hemos sacrificado por ti? ¡Ni siquiera te molestaste en hablar con nosotros cuando te di el dinero! Ahora, incluso me empujaste para que me cayera. ¡Eres una ingrata! Pero Dios todo lo ve y seguramente te dará tu merecido. Si aún te queda un poco de conciencia, ¡cuéntales a todos cómo te hemos criado desde que eras una niña...! Desafortunadamente, no creo que eso suceda porque lo único que amas es el maldito dinero. Sin embargo, no tenemos nada más para darte. ¿Qué más quieres? ¿Quitarnos la vida? ¡Tal vez eso sacie tu codicia!".

Harta de esta ridícula escena, Janet suspiró y se cruzó de brazos sobre el pecho: "Aparte de que nunca has sido amable conmigo, también me debías dinero. ¿Acaso pensabas que jamás te lo iba a cobrar? En fin... Vamos, sigue con esta farsa, ¡ya veremos quién se cansa primero!".

"¡Perra ingrata!", con eso, Fiona agitó las manos y golpeó el suelo como una niña pequeña, consiguiendo llamar la atención de todos exitosamente.

Puesto que era un día de trabajo normal, muchos empleados entraban y salían de Grupo Larson, quienes escucharon las acusaciones de Fiona y miraron a Janet con disgusto.

"Dios, ¿cómo puede ser tan codiciosa?".

"Solo mira la ropa de los señores, ¡parece que apenas pueden sobrevivir! ¿Cómo puede su hija pedirles dinero en lugar de mantenerlos?".

"Dicen que ella es adoptada, aunque no entiendo cómo es que puede ser tan desagradecida después de todo el amor que esas personas le brindaron".

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora