Desde que se vio obligado a aclarar su relación con Janet en público, Ike había dejado de llamarla a su oficina a cada rato y tampoco le coqueteaba como antes.
Pensando que al fin se había dado por vencido con ella, Janet no pudo evitar sentirse aliviada.
Mañana era sábado, y la joven deseaba con ansías que las horas pasaran rápido para poder salir del trabajo y comprar algunas frutas para llevárselas a Hannah, quien se había estabilizado desde que la trasladaron a otro hospital.
Tan pronto como apagó su computadora, Janet escuchó que Ike la llamaba desde atrás.
"Janet, necesito que empaques tus cosas y vengas conmigo ya que saldremos a cenar más tarde con un cliente. Pero no te preocupes, se considerará tiempo extra, así que la compañía te ofrecerá un pago adicional por ello".
Teniendo un extraño presentimiento, Janet se mordió el labio y preguntó: "Señor Lyman, ¿qué tipo de cena es? ¿Alguien más nos acompañará?".
Luego de mirar tranquilamente a su alrededor, Ike respondió: "Ya se fueron todos, solamente quedamos tú y yo. Dada la situación, no puedo pedirle a nadie más que se una a nosotros, ¿verdad? Acabo de recibir la noticia de que existe la posibilidad de que convenzamos a este cliente para diseñar los productos personalizados de su marca, ¡es una oportunidad que no podemos desaprovechar!".
Janet echó un vistazo por la oficina y comprobó que sus colegas se habían ido a casa. Como se había quedado a diseñar un boceto extra, ella seguía aquí y apenas había empezado a guardar sus cosas cuando el hombre la sorprendió.
De pronto se preguntó por qué Ike le había pedido que lo acompañara a la cena, pues después de todo, ella era una nueva empleada en la empresa. '¿Por qué no mejor lo hace su asistente? ¡Yo no tengo la experiencia suficiente para hablar de negocios y tampoco me gusta beber!'.
"Señor Lyman, no quiero ser grosera, pero debería pedirle a alguien más que vaya con usted. Yo tengo cosas importantes que hacer esta noche, lo siento", mientras hablaba, Janet recogió su bolso y estaba lista para irse.
Pero entonces, Ike agarró su muñeca rápidamente y la miró a los ojos: "No te pongas nerviosa, solo quiero ayudarte. Estás empezando tu carrera y prácticamente no tienes ningún contacto en este círculo. Sin embargo, ahora tienes la oportunidad de hacerte amiga de la gente más poderosa en la industria de la moda, ¡no la tires a la basura, lo demás puede esperar!".
Apartando la mano del hombre, Janet dijo educadamente: "Señor Lyman, no olvide que estamos en la compañía, y si alguien nos ve así, va a terminar malinterpretándonos. Ya aclaró que entre nosotros no hay nada, no creo que quiera volver a hacerlo, ¿verdad?".
"Janet, ¡no seas obstinada! Solamente se trata de una cena de trabajo, eso es todo. ¿Por qué haces un gran problema por esto? Además, te recuerdo que este es tu empleo y debes seguir las reglas de tus superiores", Ike comentó en tono severo, aunque sus ojos brillaban con sarcasmo.
"No es que no quiera ir con usted, pero de verdad tengo que atender un asunto de suma importancia", Janet volvió a negarse de la forma más gentil que pudo ya que no quería discutir con él.
"¡No seas necia y obedezca!", exclamó Ike, levantando la mano para llevársela a la fuerza.
Por suerte, alguien llegó en ese momento y lo detuvo.
"Señor Lyman, estamos en pleno siglo XXI. ¿Sabía que está prohibido obligar a sus empleados a hacer cosas que no quieren?", Christopher gruñó, apretando la mandíbula y con los ojos ardiendo de rabia.
Al darse cuenta de que se trataba de él, Ike se calmó y se alisó el traje. No era que le tuviera miedo, pero tampoco deseaba tener más problemas con alguien de la empresa.
"Por favor no se meta en lo que no le incumbe".
Con eso, el hombre se giró y continuó sermoneando a Janet: "Haz lo que te digo, Janet, o de lo contrario, me aseguraré de que no trabajes más para Grupo Larson, ¿entendido?".
Janet sintió un vacío en el estómago al escuchar su amenaza.
Ahora que Christopher estaba aquí, Ike no podía hacerle nada. Sin embargo, ella no podía darse el lujo de perder este trabajo y tampoco quería que le pasara lo mismo a su amigo por ofender a un alto ejecutivo como Lyman.
"Chris, no te preocupes por mí. No pasa nada", dijo Janet, obligándose a sonreír. Enseguida, se dio la vuelta para mirar a Ike y finalmente accedió a su petición: "De acuerdo, señor Lyman, iré con usted".
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La Novia Más Afortunada.
RomanceJanet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz.............