Capítulo 166. - Tengo miedo

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Agarrando la colcha, Janet se mordió el labio y dudó durante mucho tiempo.

Finalmente, se puso las pantuflas y caminó hacia afuera de la habitación mientras abrazaba su almohada.

El clima de principios de otoño era húmedo, y en ese momento, todas las luces de la sala de estar estaban apagadas. Atravesándola, Janet se dirigió hacia la habitación de Ethan y vio la tenue luz que salía de la rendija de su puerta.

Habiendo respirado hondo, tocó dos veces.

La puerta se abrió de inmediato, lo cual la sorprendió. Si no fuera por el vaso de agua en la mano de Ethan, ella habría pensado que el hombre había estado parado junto a la puerta todo el tiempo esperando que ella tocara.

"¿Qué pasa?". Bajando desde sus hombros anchos, su figura se estrechaba en su cintura en una perfecta V. Él llevaba una camiseta sin mangas blanca y unos pantalones que colgaban holgadamente en sus caderas porque ya no llevaba cinturón. Apoyándose en el marco de la puerta, bebió un sorbo de agua, y en sus labios se dibujó una leve sonrisa de complicidad cuando vio la almohada en los brazos de Janet.

Ella bajó la cabeza enseguida. "Estoy un poco asustada", murmuró mientras agarraba la almohada con fuerza.

No obstante, tan solo una mirada a ella le dijo a Ethan por qué había ido allí.

"¿Quieres que duerma contigo en tu habitación?", le preguntó.

Después de pensarlo por un par de segundos, Janet lo miró y asintió. "Sí".

"Espera un minuto", dijo él, y tras revolverle un poco el cabello, entró a su habitación. En un par de minutos, salió en pijama y con una almohada gris en la mano.

"Vamos", la instó con una sonrisa.

El rostro de Janet se sonrojó de vergüenza mientras caminaban hacia su habitación. "De acuerdo".

Los árboles que bailaban salvajemente con la brisa proyectaban largas sombras en el dormitorio, y el reflejo de luna que entraba por la ventana era la única fuente de luz.

Janet yacía rígidamente en la cama y miraba el techo blanco mientras agarraba el edredón con fuerza.

Mientras tanto, Ethan estaba acostado a su lado de espaldas a ella, bloqueando un poco la luz de la luna.

Janet estaba completamente despierta a pesar de llevar bastante rato allí. De pronto estiró el cuello y miró a Ethan. "¿Estás dormido?".

Ethan se movió, y apoyando la cabeza en la palma de su mano, la miró. La tenue luz desde fuera de la ventana delineaba su rostro y hacía brillar sus profundos ojos negros. "No".

"¿Podemos hablar por un rato?", consultó ella, envuelta de tal forma en la colcha que solo revelaba su rostro impecable.

Con una risa, Ethan se inclinó hacia ella.

Él era un hombre alto y musculoso que exudaba un aura poderosa, y antes de que ella se diera cuenta, la había levantado en sus brazos hasta envolverla en un fuerte abrazo.

Inclinándose un poco, le dio suaves besos en el lóbulo de la oreja y la mejilla mientras hablaba. "Bueno, ¿de qué quieres hablar?".

El rostro de Janet se puso rojo, pues los besitos le provocaban un delicioso cosquilleo por todo el cuerpo. Ese hombre debía de haberse dado una ducha ya que el fresco aroma del gel de ducha le hizo la boca agua.

"¿Qué trabajos de medio tiempo haces? ¿No estás cansado de tu empleo?". Con la piel de gallina, ella le colocó una mano sobre el pecho para mantener una distancia segura de él.

Ethan no sabía mucho sobre trabajos de medio tiempo, pues en realidad él era un CEO.

"Nada en particular, solo hago lo que me piden que haga y lo que tengo ganas de hacer", respondió al tiempo que se encogía de hombros con indiferencia.

"Cariño, ahora somos una pareja de verdad", dijo enseguida mientras le acariciaba suavemente el cuello. "De ahora en adelante, ¿por qué no dormimos en la misma habitación?".

Mordiéndose el labio, Janet solo hizo un suave ruidito sin aceptar ni rechazar su sugerencia. Ella se sentía segura en los brazos de Ethan, y era como si él fuese el escudo protector que podía protegerla contra todo tipo de problemas. Entonces su cuerpo se fue relajando y sus ojos se volvieron pesados.

"Tengo un poco de sueño...", murmuró antes de ahogar un bostezo.

'Ella estuvo despierta todo este rato hasta ahora. ¿Se tiene que dormir en un momento tan crucial?', se preguntó él.

"Casi no hemos hablado, y ya te quieres dormir", siseó entre dientes.

No obstante, ya Janet había cerrado los ojos y su respiración se había vuelto profunda, por lo que parecía que se había quedado tranquilamente dormida.

Ethan no pudo evitar sonreír y preguntarse cuándo podría hacer el amor con su esposa.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora