Capítulo 149. - Ese familiar sentimiento

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Unos minutos más tarde, un fuerte ruido provino desde el exterior del ascensor.

Enseguida se escucharon voces débiles.

"¿Señor Larson? Vamos a forzar la puerta para abrirla. Retroceda unos pasos y asegúrese de que no haya nadie cerca de esta", dijo alguien desde afuera.

Brandon respondió con una afirmación y obedientemente se retiró a un rincón. Afuera se produjo más caos como si el personal de mantenimiento estuviera abriendo la puerta con algunas herramientas.

Si bien pasó un rato, no parecía haber ningún progreso.

De pronto, el ascensor se sacudió violentamente.

"¡Aaah!", chilló Janet, y su corazón parecía querer salírsele por la boca. El repentino movimiento la hizo perder el equilibrio.

Justo cuando sintió que iba a caerse, un poderoso par de brazos la atrapó en la oscuridad.

Con un gruñido bajo, Brandon la levantó y la abrazó. La espalda de Janet estaba ahora presionada contra la pared mientras que el cuerpo de Brandon había quedado presionado contra el de ella.

Dado que él bajó la cabeza, sus labios rozaron la oreja de ella, y ella pudo sentir su aliento acariciándole la piel.

A pesar de que él la acababa de salvar, ese acto suyo la puso aún más nerviosa que el temblor del ascensor, e inmediatamente trató de quitárselo de encima. "Señor Larson, por favor, suélteme. Puedo pararme sola", exigió, y estaba tan aterrorizada que trató de empujarlo, pero de repente el ascensor se sacudió aún más violentamente.

"¡No te muevas!", ladró él al tiempo que agarraba sus hombros con fuerza.

Su voz baja había sido fuerte pero firme, y tenía el poder de hacer que la gente se tranquilizara.

Janet logró calmarse un poco, o al menos lo suficiente como para orientarse, aunque todavía el corazón le latía incontrolablemente.

Ella simplemente odiaba que los hombres la tocaran.

Ethan era una excepción, pues siempre tenía ese temperamento maduro y confiable que hacía que Janet experimentara una inexplicable sensación de seguridad. Él también tenía una vibra fuerte, y cualquiera frente a él parecería más débil.

No obstante, ahora que lo pensaba, Brandon también la había hecho sentir así, y aunque no podía ver su rostro, podía percibir que el hombre que tenía enfrente era decente.

Por alguna razón, él la hizo sentir que podía confiar en él.

De hecho, pensó que todo se sentía un poco familiar, como si fuera Ethan quien estuviese parado frente a ella.

De todos modos, se agachó y envolvió sus brazos alrededor de sí misma de manera protectora, tratando de mantener cierta distancia de su jefe.

El ascensor tembló durante otros diez segundos antes de por fin detenerse.

Brandon abrazó a Janet con tanta fuerza que esta empezó a sudar, y como la tela de su vestido se mojó, la hizo sentir muy incómoda.

Finalmente, un rayo de luz atravesó la rendija de la puerta del ascensor; los rescatistas habían logrado una apertura de un centímetro. Levantando la cabeza, Janet preguntó en voz baja: "¿Puede soltarme ahora?".

"Cierto. Lo siento", dijo él en un tono un poco rígido, de inmediato la soltó y retrocedió dos pasos para poner una distancia segura entre ellos.

Simultáneamente y en alerta máxima, Janet se retiró al rincón más alejado del ascensor.

Apoyado en el lado opuesto, Brandon suspiró en silencio, y frotándose las cejas, entrecerró los ojos hacia ella en la oscuridad. "Lo siento, no quise ofenderte, yo solo... quería asegurarme de que estuvieras a salvo".

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