Capítulo 78.- Arrestada

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¡Qué giro de los acontecimientos!

Estupefacta, Elaine se quedó mirando la pantalla de la computadora.

"No has cambiado ni un poco. Todo lo que sabes es dar problemas", soltó burlona Janet.

"Yo no... No... Es...", tartamudeó la otra, entrando en pánico, ahora que por fin entendió por qué Janet había insistido en llamar a la policía.

Si nadie hubiera hecho esa llamada, Elaine podría haberse salido con la suya pagándole al gerente de la tienda incluso si hubiesen descubierto que ella había deslizado la billetera en el bolsillo de Janet.

No obstante, la llegada de la policía empeoró la situación y ya no podían resolver el problema en privado.

Con decepción, Christopher sacudió la cabeza, ya que no esperaba que Elaine fuera tan descarada como para hacer algo así de barato. "¿En serio fuiste tú quien hizo eso?", cuestionó.

De todos modos, la evidencia inequívoca demostraba que Elaine era la culpable.

Dado que ella no podría librarse de aquello sin importar cuánto lo intentara, bajó la cabeza avergonzada porque no podía pensar en una excusa. "Yo... No lo hice a propósito", balbuceó, tratando de explicar.

Sin embargo, Janet sabía que ella estaba mintiendo y que todo lo que quería era escapar del problema.

Con desdén, apartó la mirada de esa mujer porque a fin de cuentas era una mentirosa empedernida.

La policía detuvo rápidamente a Elaine. "Usted es sospechosa de robo y falsa acusación. Venga con nosotros, por favor".

De inmediato ella dio un paso atrás y trató de defenderse. "No, no iré con ustedes. Puedo pagar diez veces el precio de la billetera. Por favor, no me lleven".

"Usted es la sospechosa de este crimen, así que no tiene sentido que pague nada ahora. Este ya es un caso policial, y las personas que han presentado la denuncia no tienen la intención de dejarla ir", dijo un policía sin piedad.

Al escuchar eso, Elaine agarró la mano de Janet y le suplicó: "Oye, ¿puedes dejarme ir esta vez? Por favor, ten misericordia. Sé que cometí un error, pero nunca te lastimaré de nuevo. Lo prometo".

"La última vez trataste de arruinar mi reputación en el Grupo Larson, y ahora intentaste incriminarme por robo. ¿Qué te hace pensar que te dejaré ir así como así?", cuestionó Janet con calma.

Y es que si ella no le daba una lección, esa mujer continuaría molestándola.

"Señor, puede manejar el caso de acuerdo con la ley".

Con furia ardiendo en sus ojos, Elaine soltó un bufido burlón. "¿Por qué eres tan cruel? ¡Todo es por ti! ¡No te dejaré en paz!".

Sus palabras estaban cargadas de malicia. Sin importar eso, Janet se encogió de hombros con indiferencia.

"A pesar de que yo nunca he tenido la intención de hacerte daño de ninguna manera, tú me has estado poniendo las cosas difíciles una y otra vez desde la universidad. Es hora de que hagas una introspección y te des cuenta de todo lo que has hecho. Oh, y ni se te ocurra volver a molestarme o tendrás que afrontar las consecuencias, y será peor que esto".

Dicho eso con una mueca, Janet salió de la tienda con su bolso.

Bajando los ojos con aire de culpabilidad, Christopher la siguió.

"Lo siento, todo es mi culpa. De hecho Elaine me confesó su amor hace un tiempo. ¿Te ha estado molestando por eso?".

El sol poniente proyectaba un suave resplandor sobre Janet cuando ella negó con la cabeza y suspiró. "No te castigues por eso, Chris. Elaine está loca. Además, rechazaste su propuesta en la universidad. No es tu culpa".

"Bueno, ¿quieres que siga ayudándote con el regalo?", preguntó vacilante él.

Janet miró la hora en su celular para darse cuenta de que ya eran las siete de la noche. "No, tranquilo", respondió al tiempo que agitaba las manos. "Será mejor que te vayas a casa, yo solo daré una vuelta más".

Antes de que Christopher pudiera responder, ella se apresuró a irse sin más.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora