Capítulo 139. - Borradores de diseño perdidos

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"¡Oye!", exclamó Janet con los ojos ardiendo de ira al tiempo que agarraba la muñeca de Kaya, obligándola así a darse la vuelta. "Lo hiciste a propósito, ¿no? ¡Viniste a mi escritorio y me ofreciste café para poder dañar mi computadora portátil a propósito y deshacerte de mis diseños!".

"¡¿Cómo te atreves a acusarme de tal cosa?! ¿Puedes probar que lo hice a propósito? Además, ya te pedí perdón un montón de veces. ¿Qué más quieres de mí?", cuestionó la chica en un quejido como si fuera Janet quien le estaba poniendo las cosas difíciles.

"Bueno, ya está. Es muy tarde. Dixon, vuelve a tu escritorio; Lind, ven a mi oficina". Después de lanzarles una última mirada gélida a las dos, Tiffany se dio la vuelta y entró en su oficina.

"Lamento mucho lo que pasó. Déjame invitarte a cenar en algún momento como compensación, ¿de acuerdo?", insistió Kaya con una mirada de tristeza antes de volver a su escritorio.

Sin embargo, eso asqueó a Janet. ¡Esa chica era una hipócrita! Si Tiffany no estuviera allí, ella la habría abofeteado.

En la oficina de Tiffany.

"Sé que estás enojada, Lind. Yo también creo que lo hizo a propósito, y no me parece un accidente. No obstante, como no podemos probarlo, no podemos hacerle nada", dijo la mujer con calma mientras se sentaba en su silla.

Como alguien experimentada en la industria del diseño, ella podía ver sin mucho esfuerzo la trampa.

"Me siento mal, ¿sabe? ¿Cómo pudo ella hacerme esto? ¡Ni siquiera nos conocíamos!", dijo Janet temblando de ira para enseguida fruncir los labios con tristeza.

Tiffany suspiró pesadamente. "Ya había escuchado alguna vez sobre qué tipo de persona era Dixon... Bueno, puedes llevar tu computadora portátil al taller de reparación para ver si aún se puede hacer algo. Tal vez ellos logren descargar los datos, y de esa forma aún podrías participar en la evaluación".

Ella también se sintió mal, porque a sus ojos, Janet era la candidata más prometedora para esa promoción.

"Está bien, lo haré".

Tal y como su superior lo había dicho, Janet no tuvo más remedio que tragarse su molestia, y después de salir de la oficina, llevó rápidamente su computadora portátil al taller de reparaciones.

"Se empapó demasiado en café y el disco duro se dañó. Lo siento, pero no puedo recuperar los datos", informó el técnico tras echar un rápido vistazo a la computadora portátil dañada. Haciéndola a un lado, le preguntó: "¿Está considerando comprar una nueva? Todas las computadoras de segunda mano aquí son rentables".

"Oh, no, gracias", respondió Janet, y aunque ella ya esperaba lo peor, se deprimió bastante de todos modos. Con su computadora portátil en mano, salió abatida de la tienda.

Y es que a ella le había tomado mucho tiempo terminar esa serie de borradores, e incluso si tuviera que volver a dibujarlo todo, le tomaría al menos un día entero terminar.

Sin mencionar que el trabajo tenía que ser entregado al día siguiente por la mañana, por lo que sería inútil siquiera intentarlo.

Ya eran treinta minutos pasados de la medianoche cuando ella volvió a casa sintiéndose por el piso.

En silencio, entró a la oscura sala de estar.

De repente, las luces se encendieron, iluminando todo el apartamento.

Ante eso, ella levantó la mano para bloquear la luz y entrecerró los ojos.

De brazos cruzados sobre el pecho, Ethan estaba apoyado contra la pared cerca de la puerta, y frunciendo ceño y labios ligeramente, sus ojos oscuros y agudos parecieron penetrar los de Janet.

"¿Por qué llegas tan tarde?".

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora