Capítulo 50.- El anillo

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"No te preocupes, es solo que mis padres tienen una gran deuda conmigo. Después de nuestra pelea, ellos se negaron a devolverme el dinero, pero eso es todo. Básicamente se trata de un asunto de familia, nada que no pueda manejar yo sola", Janet dijo con voz relajada a pesar de que estaba omitiendo la parte más importante.

Después de mirarla por el rabillo del ojo, Ethan suspiró.

Era cierto que no sabía mucho sobre la familia Lind, pero como Janet se resistía a hablar de ese tema, él respetaba su decisión. "Está bien, pero si necesitas ayuda solo dímelo, ¿de acuerdo?".

Janet asintió con una leve sonrisa y agachó la mirada. "Sí, gracias", murmuró.

Entonces, Ethan le pellizcó la mejilla y le recordó en voz baja: "Y de ahora en adelante, debes decirles a los demás que estás casada".

"Okey, okey, como tú digas. Si quieres, también puedo usar un letrero para que todos lo sepan", Janet respondió en tono burlón, tal como lo haría una niña pequeña.

"Es por tu propio bien, hazme caso. Es obvio que el tal Christopher tenía motivos ocultos, créeme. Sus intenciones estaban reflejadas en todo su rostro", mientras hablaba, Ethan acercó a su esposa a él.

"¡Por supuesto que no! Si así fuera, yo me habría dado cuenta. Chris ya me ha ayudado antes, no te apresures a juzgarlo", Janet explicó poniendo los ojos en blanco.

"Estás bromeando, ¿verdad? ¡Cualquiera podría ver que ese tipo quiere acostarse contigo!", Ethan exclamó con una mirada enfurecida.

¿Cómo podía decir eso?

Janet se limitó a quedarse callada, pero le lanzó una mirada indignada.

"¿Podrías comportarte por una sola vez como un chico normal? No todos piensan como tú".

"Cierto, supongo que Christopher es muy distinto a mí. La diferencia es que yo puedo hacerte el amor porque soy tu marido, y él no", Ethan aseguró mientras arqueaba las cejas astutamente.

Su comentario dejó sin palabras a Janet, quien se ruborizó al instante.

Poco después de llegar a casa, ella le dio la espalda a Ethan y se fue directo a su habitación.

Como quería hacer las paces, él corrió a la cocina por un vaso de leche tibia y se lo llevó hasta su alcoba: "¿Acaso estás planeando ignorarme para siempre, señorita Lind?".

Sin siquiera mirarlo, Janet continuó dibujando. Entonces, Ethan tomó su mano y le puso algo frío en la palma.

Confundida, ella bajó la cabeza para ver qué era. Se trataba de un antiguo anillo de platino con una hermosa esmeralda incrustada, cuyos bordes tenían una ligera capa de óxido. A juzgar por su apariencia, esta sortija parecía llevar consigo una larga historia.

"¿Qué significa esto?".

"Es de mi madre, póntelo. De esa manera, la gente sabrá que eres una mujer casada", Ethan declaró con una leve sonrisa en los labios, apoyándose en el escritorio.

Dándole la vuelta al anillo, Janet se encogió de hombros y lo deslizó en su dedo anular izquierdo. La preciosa piedra color verde oscuro brillaba tenuemente y hacía que su mano se viera aún más delicada, pero lo malo era que le quedaba un poco grande.

Levantando la mano, la joven contuvo su emoción.

"Es muy bonito. Gracias", murmuró secamente.

Ese fin de semana, Janet llevó las cosas que Fiona le había dado a una tienda de segunda mano.

No obstante, el dependiente de la tienda le ofreció un precio mucho más bajo de lo que ella esperaba.

"¿Cómo es posible que solo me quiera dar veinte mil dólares? ¡El bolso por sí solo vale más que eso!", Janet estaba tan enojada que sintió que estaba a punto de explotar. ¡Era obvio que este tipo se estaba aprovechando de ella!

"Resulta que cualquier artículo de segunda mano vale solo el diez por ciento de su precio original, ¿entiende?", el dependiente replicó burlonamente. Luego, después de marcar un par de números en la calculadora, agregó: "Será mejor que se vaya si no planea vender sus cosas. Hay una fila de personas detrás de usted que sí quieren hacerlo".

"¡Pero mire, todo esto es auténtico!", Janet trató de seguir negociando, ya que veinte mil dólares apenas cubrían la hospitalización de Hannah, "¡Seguro que puede ofrecerme un mejor pago!".

"No me importa si es real o falso, como sea, todo es de segunda mano. Además, todos estos son modelos de hace más de una década, solamente este Hermes vale algo. ¿Cree que este negocio es una obra de caridad? Lo máximo que puedo hacer es darle cinco mil dólares más por el bolso. Pero si todavía cree que lo que le ofrezco es muy poco, entonces váyase a otro lado", el dependiente de la tienda se percató de la necesidad económica de Janet y quiso usarla a su favor.

Sintiéndose impotente, Janet aceptó el dinero, pues sentía que era mejor irse con algo que con las manos vacías. Justo cuando se dio la vuelta para marcharse, una mujer de poco más de treinta años la detuvo, Janet vio la etiqueta con su nombre y leyó que era la gerente de la tienda.

"Señorita, ¿por qué la cara larga? ¿No pudo vender sus artículos al precio que esperaba? Si necesita más dinero, tal vez esté dispuesta a vender el anillo que lleva en el dedo. ¡Podemos darle un buen precio por él!", la gerente sugirió sin despegar sus ávidos ojos de la hermosa sortija que Ethan le había dado a Janet.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora