Capítulo 164. - Preocupado por ella

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"Lo até afuera", respondió Ethan con ira ardiendo en sus ojos. Y de ceño fruncido, la miró y preguntó: "¿Cómo te involucraste con un hombre repugnante como él?".

"¿Qué sucede contigo? Suena como si creyeras que lo seduje a propósito", cuestionó Janet con sus ojos abriéndose mucho mientras luchaba por alejarse de él. "¡Suéltame!".

Ethan siempre les hablaba así a sus subordinados, y le resultaba difícil cambiar su manera de dirigirse a la gente, más aún en tal situación. Dado que Janet era una mujer delicada y sensible y un poco conmocionada por lo sucedido, él la estrechó con fuerza entre sus brazos. "Lamento haber dicho algo incorrecto. Regáñame o golpéame si quieres, pero por favor, no te enojes conmigo".

Dicho eso, la agarró por las mejillas y la besó.

"Ethan... Para. ¡Deshazte de este hombre primero!", exigió ella mientras limpiaba los rastros persistentes de sus besos. No obstante, él la ignoró y continuó esparciendo besos por toda su cara.

En vista de que no podía deshacerse del agarre de Ethan, le pidió que al menos la llevara a la sala de estar, y sonriente, él se levantó.

Agarrándolo del brazo, ella lo siguió hasta la sala de estar, pero sus ojos se abrieron cuando vio que el otro hombre estaba atado a una silla. Ethan lo había dejado inconsciente y con el rostro cubierto de moretones.

"¿Deberíamos llamar a la policía ahora? ¿Qué hacemos?", preguntó Janet con voz temblorosa ya que la mera vista de ese sujeto la asustaba.

Al mirarlo también, la mandíbula de Ethan se tensó con ira. Él parecía una bestia vigilando su territorio, y cualquiera que siquiera pensara en poner un dedo sobre su mujer terminaría de esa manera.

"No. Tengo una mejor idea", dijo él para enseguida enviar un mensaje.

"¿Qué planeas hacer?", preguntó Janet al tiempo que se ponía de puntillas para ver qué había escrito. Sin embargo, Ethan era demasiado alto, por lo que ella no pudo ver la pantalla.

Después de enviar el mensaje, él se metió el celular en el bolsillo.

"Cariño, déjamelo a mí. Le pediré a alguien que se ocupe de él". Con eso, acarició suavemente su cabello y plantó un suave beso en su mejilla.

Cabe destacar que Janet no notó la frialdad en sus ojos.

"No vayas demasiado lejos", murmuró.

Y es que si bien no sabía qué había planeado hacer él, de lo que sí estaba segura era de que el hombre estaría más seguro con la policía que si se enfrentara a la ira de Ethan.

De todos modos, se lo merecía. Es decir, ella no sabía qué le habría pasado si Ethan no hubiese llegado a tiempo. Ese malvado sujeto merecía un severo castigo por irrumpir en su casa e intentar violarla.

Por el momento, Janet no podía sacarse de la cabeza la imagen de ese tipo abalanzándose sobre ella, pues la asustó más allá de lo normal. Ella confiaba en Ethan, y la verdad era que no quería mostrar piedad a ese monstruo tampoco.

Unos diez minutos después, llegaron unos hombres corpulentos y se llevaron al agresor a rastras.

Janet mantuvo la cabeza gacha y no dijo una palabra, y Ethan sabía que ella siempre bajaba la mirada para ocultar sus emociones.

"¿Por qué sigues mirando al suelo? ¿Ves algo valioso tirado allí?", le preguntó.

Con su rostro suavizándose, cerró la puerta y jaló a la mujer a un fuerte abrazo.

"Mira, tienes que ser cautelosa en todo momento, pues no se está exento de peligro ni siquiera estando en casa. Te llamé muchas veces anoche, pero no respondiste ninguna. ¿Sabes lo preocupado que estaba?".

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora