Capítulo 114. - Alivio

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Janet se hizo la vista gorda ante la actuación de Fiona.

Dado que esta no le permitía irse, ella aprovecharía la oportunidad para contar el dinero.

Después de haberlo contado y contado de nuevo con minuciosidad, lo guardó cuidadosamente en su bolso.

"Bueno, la suma es correcta, pero tu actuación fue patética. ¿No te da vergüenza quedarte aquí?", cuestionó, mirando a los ojos de la mujer.

Ella sonrió porque estaba contenta de haber recibido el dinero, y no le importaba lo que nadie pensara de ella.

"Si aún no estás cansada, puedes llorar un poco más, pero como tengo que dar el dinero al hospital para el tratamiento de Hannah, no podré ver tu actuación".

"¿Qué? ¿De verdad te vas a ir con el dinero? ¡Esa es la matrícula de tu hermana! Tu padre y yo luchamos para llegar a fin de mes. ¿Acaso quieres que vendamos nuestros riñones para poder mantenernos ahora?", cuestionó Fiona.

Y al ver que Janet estaba a punto de irse con el dinero, elevó la voz mucho más y gritó: "Tu padre y yo llevamos unas vidas miserables. Qué ingrata la hija que criamos. ¡Nos estás chupando la vida y el dinero!".

En ese instante llegó Tiffany y estaba a punto de entrar a la empresa, pero frunció el ceño cuando vio a Janet y a la multitud a su alrededor. "¿Qué está pasando, Lind? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el trabajo?".

"Todo está bien, señora Fisher. No se preocupe, yo me encargo. Solo voy a necesitar pedirle permiso para ausentarme del trabajo una o dos horas, pues tengo que ir pagar los honorarios médicos de mi familiar en el hospital. Estaré de vuelta por la tarde", informó con una sonrisa educada. Lo cierto era que los trucos de Fiona no la habían afectado en lo más mínimo.

"Está bien, vuelve pronto", dijo Tiffany sin más. Entonces vio a Fiona tirada en el suelo, y frunció el ceño.

"¿Qué están haciendo estos dos vagabundos aquí? ¡Seguridad! Sáquenlos de aquí. No queremos que afecten nuestro trabajo".

Con eso, se dio la vuelta y entró al edificio.

Teniendo en cuenta que había obtenido el permiso de Tiffany, Janet se fue. Y es que lo que menos quería era seguir hablando con Bernie y Fiona, sin mencionar que se le estaba acabando el tiempo, y tenía que ir a pagar la cirugía lo antes posible.

Avergonzada, Fiona miró a su alrededor, pues Janet se había ido y los había dejado solos allí.

Sin embargo, ella no quería rendirse así como así, de modo que agitó las manos dramáticamente y comenzó a llorar de nuevo. "Janet nos trata como basura. Aunque somos sus padres adoptivos, siempre la hemos tratado como de nuestra propia sangre, ¡pero ella es una chica muy desagradecida!".

Haciendo oídos sordos a esas necias palabras, Janet detuvo un taxi para apresurarse al hospital.

Ella definitivamente no quería perder el tiempo lidiando con esos dos.

Después de que esta se fuera, Fiona se levantó lentamente y se fue con Bernie.

Una vez que se alejaron del Grupo Larson, Bernie regañó a su esposa ya que nunca nadie lo había humillado de esa manera. "Pudimos haberle dado el dinero sin intentar ningún truco. ¡Dios! ¡Eso fue humillante!".

De todos modos, a Fiona no parecía importarle. "Oh, vamos, Bernie. Deberías estar feliz. Quiero decir, estoy segura de que nuestro drama habrá arruinado la reputación de Janet. ¿No viste la mirada de las personas allí? Ahora todos la odian, y tarde o temprano, será despedida".

---Mientras tanto, en el hospital.---

Janet pagó los honorarios y confirmó la fecha de la cirugía de Hannah, por lo que ni bien terminó, se dejó caer en un silla y respiró aliviada.

Por fin todas sus preocupaciones y dilemas internos se habían resuelto, y ella comenzó a preguntarse por qué Bernie y Fiona le habían devuelto el dinero de repente.

Apoyada contra la barandilla en el pasillo, llamó a Ethan.

La fuerte lluvia había despertado a toda la ciudad, y ahora los árboles y la vegetación se veían exuberantes y vibrantes, y la brisa fresca parecía refrescar todo. El otoño por fin había llegado.

"Quiero preguntarte algo. Mis padres adoptivos de repente me devolvieron el dinero. ¿Tú hiciste algo?", preguntó, y una sonrisa se abrió paso en sus labios cuando escuchó la voz resonante del hombre.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora