Con cuidado, Ethan llevó a Janet al auto, y mientras la recostaba suavemente en el asiento trasero, la brisa fresca de principios de otoño sopló sobre sus sonrosadas mejillas.
"¿Sabes quién soy?", le preguntó en un susurro. Verla en ese estado lo hizo sentirse terrible.
Entonces, le pasó los dedos por el cabello despeinado, y descubrió dos marcas obvias de palmas en su rostro además de un hilo de sangre en la comisura de su boca.
Aquella imagen lo lastimaba tanto que no se atrevía a tocarla. Cargando su cuerpo tembloroso en brazos, trató de consolarla en voz baja. "Ya está bien. Estoy aquí. Estás segura. No llores, por favor".
Agarrando el chaleco del traje a rayas de Ethan, Janet lo miró mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.
Fue en ese momento que volvió a sus sentidos, y arrojándose a sus brazos, sollozó: "Oh, Ethan, de veras eres tú...".
"Sí, soy yo". Él había sido muy paciente, y tras arreglarle con sutileza la chaqueta que le había puesto encima, le pasó el brazo por los hombros.
Con la cabeza ligeramente inclinada, pudo presionar su frente contra la de ella y le dejó un pequeño y suave beso en la oreja. "¿Todavía te duele?".
Janet no fue capaz de responderle, pues todo lo que podía era sollozar incontrolablemente y enterrar su rostro en el pecho de Ethan.
Todo el alivio que sentía lo sacó de sí en forma de llanto.
Frotándole la espalda para tranquilizarla, él les hizo un gesto a sus hombres para que le dieran un pañuelo.
Por su parte, estos estaban en estado de shock.
Y es que su jefe siempre había sido un hombre serio y frío como el hielo, pero allí estaba ahora limpiando las lágrimas de una mujer como si estuviera calmando pacientemente a un niño pequeño.
"Tus ojos están todos rojos e hinchados por tanto llanto. No lucirán nada bien", susurró Ethan de modo que nadie más que Janet pudiera oírlo.
De pronto, ella dejó de llorar abruptamente, y sus ojos llorosos se volvieron enojados.
"Cálmate, cariño. Tú te ves bien pase lo que pase, incluso si tus ojos están rojos e hinchados. Pero deja de llorar, ¿sí? Me duele verte así". Al ver que ella todavía tenía la energía para lanzarle una mirada molesta, Ethan por fin suspiró de alivio.
No obstante, cuando sus ojos se posaron en las marcas de bofetadas en su rostro, su expresión se oscureció una vez más.
Maldición.
La castración era un castigo demasiado leve para el conductor.
Janet tardó unos minutos más en calmarse, pues estaba muy asustada.
Dado que los hombres de Ethan castraban al maldito conductor, chillidos desgarradores resonaban por todo el bosque. Después de gritar de dolor por un rato, el sujeto finalmente se quedó sin aliento, y ahora solo soltaba quejidos en voz baja.
Ethan cubrió los oídos de Janet antes de girarse hacia sus hombres y ordenar con frialdad: "Manténganlo con vida, y no importa cómo, pero hagan que les diga quién está detrás de esto".
Unos minutos más tarde, los hombres se llevaron al conductor a rastras.
Con el pañuelo, Janet se secó los ojos llenos de lágrimas y se sonó la nariz, cuya punta estaba roja al igual que sus mejillas, y sus pestañas aún estaban mojadas por las lágrimas.
"¿Pudiste encontrar a Hannah? ¿Cómo está ella?", le consultó a Ethan con la voz entrecortada.
Agarrando con sutileza su cara, él le limpió las lágrimas restantes con el pulgar. "No te preocupes, ya le pedí a alguien que la cuide".
Y una vez que Janet por fin se calmó, la llevó a ver a Hannah.
Ethan la había rescatado del auto, y estaba bien, pero como el conductor la había pateado, su brazo mostraba un pequeño hematoma.
"¡Ay, Dios mío! ¿Estás bien? Me alegra que estés a salvo. Estaba muy preocupada por ti". Hannah acarició el cabello de Janet, y apenas le vio las marcas rojas en el rostro, no pudo evitar echarse a llorar. "¿Cómo diablos sucedió esto?".
Janet desvió la mirada de inmediato, y mordiéndose el labio inferior, no pudo responder.
Luego sus ojos se posaron en Ethan. En silencio, vio a la docena de hombres con trajes negros que los rodeaban, y confundida, jaló la manga de Ethan interrogativamente.
"¿Por qué estás vestido así? ¿Y de dónde salió toda esta gente? Se ven aterradores".
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La Novia Más Afortunada.
RomanceJanet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz.............