Capítulo 58.- Los manuales de amor

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"¿Tienes el número de teléfono de la florería? Pregunta si podemos devolver las flores", después de limpiar los pétalos del suelo, Janet colocó un montón de flores en la mesa del comedor.

Entretanto, Ethan retiró minuciosamente todas las velas del piso y les marcó a sus hombres para que lo ayudaran.

Cuando por fin terminaron de limpiar, ya eran las doce de la noche.

Agotada, Janet se desplomó en el sofá.

"Mira, pude recuperar esto de la florería", mientras hablaba, Ethan se acercó a ella y le puso un fajo de billetes a su lado.

"¿Y por qué me lo das? Este dinero es tuyo".

Además de que se veía cansada, la joven seguía tan indiferente como esa mañana.

Enseguida, ella arrojó los billetes a la mesita de café y luego se levantó para caminar hacia su habitación, no sin antes echarle un último vistazo a su marido.

A decir verdad, Janet estaba encantada con la hermosa sorpresa de Ethan. Nunca antes había visto tantas flores y mucho menos imaginaba que él la sorprendería algún día de esta manera.

Sin embargo, el hombre no confiaba lo suficiente en ella y eso la molestaba demasiado. ¡Obviamente no lo iba a perdonar así como así!

Suspirando profundamente, la joven se arrojó a la cama como si fuera una muñeca de trapo.

Justo afuera de su puerta, Ethan apretó los puños mientras la sangre le hervía de rabia, caminó hacia el balcón y llamó a Garret.

"¿Y cómo te fue? ¿Ya te ganaste su corazón?", Garret preguntó directamente, sin molestarse en ocultar su risa.

Del otro lado de la línea, Ethan puso los ojos en blanco y resopló: "Gracias a ti, no he descansado desde la tarde".

"Ay Dios mío, ¡eres increíble! ¡Han pasado casi cuatro horas! ¡Buen trabajo, amigo mío!", Garret exclamó emocionado y continuó como si nada: "¡Te dije que funcionaría! Y bueno, ya que te ayudé con algo tan importante, ¿considerarías darme unos días libres?".

Ethan estaba tan enojado que no sabía si reír o llorar. Entonces miró hacia la habitación de Janet y maldijo en voz baja: "¡Eres un inútil! Tu estúpida idea no funcionó en absoluto. Ella dijo que solo estaba desperdiciando el dinero y me pidió que devolviera las flores. ¡Incluso tuve que deshacerme de todos los pétalos que había puesto en el suelo! Acabo de terminar de limpiar, ¿y todavía crees que te mereces unas vacaciones? ¡Lo que en verdad te ganaste es trabajar durante un mes seguido sin descanso!".

Si él estaba de mal humor, eso significaba que no solamente Garret, sino que todo el Grupo Larson estaba a punto de enfrentarse a una verdadera tormenta.

"¡Espera! ¡Por favor no cuelgues!", Garrett gritó a toda prisa, aventando su colcha a un lado y levantándose de la cama.

En ese momento, su novia estaba en el baño tomando una ducha, aunque él no estaba de humor para mirar su hermoso cuerpo desnudo. En lugar de eso, fue directamente al balcón con una botella de vino a cuestas y continuó: "Te di ese consejo porque las flores siempre funcionaron para mí, pero ya te dije que tu esposa es diferente al resto de las mujeres. ¿Qué te parece si te presto algunos libros de mi novia? Todos manuales sobre el amor. Quizás allí puedas encontrar algo que te sirva".

No obstante, Ethan resopló con desdén y colgó el teléfono sin decir una palabra más.

Era raro que él estuviera tan sensible, ¡un estado de ánimo tan incontrolable no podía ser sinónimo de nada bueno!

A la mañana siguiente, en el Grupo Larson, Garrett llegó y arrojó una bolsa de papel llena de libros sobre el escritorio de Ethan. Un instante después, sus labios se alzaron en una sonrisa brillante y declaró: "Todos estos te servirán. ¡Te garantizo que esta noche podrás acurrucarte en los brazos de tu esposa!".

Ethan lo miró inexpresivamente y decidió terminar su trabajo antes de abrir la bolsa. Finalmente, dejó el documento que tenía en la mano y comenzó a leer los sensacionalistas títulos de los libros.

"Mi mandón novio CEO".

"Esposa embarazada se escapa".

"CEO misterioso, amante gentil".

¡¿Qué diablos eran todas estas tonterías?!

Ethan no pudo evitar hacer una mueca de disgusto. De hecho, estaba a punto de tirar los libros a la basura cuando de pronto lo pensó bien y tomó uno de ellos, frunciendo el ceño en cuanto lo abrió.

Resultaba que su contenido era más impactante que los títulos, ¡él quería lavarse los ojos luego de leerlos!

Pero quizás esto no era tan inútil. Después de todo, había un tema común en cada uno de estos libros; siempre que el héroe y la heroína se peleaban, resolvían el problema haciendo el amor apasionadamente. El hombre empujaba a su mujer hacia abajo con fuerza y la besaba, provocando que la pasión se descontrolara y entonces todos sus malentendidos desaparecían.

Mordiéndose el labio inferior, Ethan se preguntó si también debería intentarlo.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora