Capítulo 81.- Encontrarse con Jocelyn de nuevo

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La cena del Grupo Larson se llevó a cabo en un hotel privado ubicado en el corazón de la ciudad.

Tan pronto como Janet salió del taxi allí, sus ojos se abrieron de asombro.

Autos de lujo estaban alineados en la entrada, y la gente salía de estos con ropa y joyas de marca. Todos eran personas poderosas en el campo del diseño que habían ido con sus compañeros.

Janet de inmediato frunció el ceño, miró su vestido y su estómago se apretó cuando se dio cuenta de que su atuendo era demasiado simple para la ocasión, sobre todo en comparación con lo deslumbrantes de los demás.

De pronto pensó que las personas nacidas en cuna de oro tenían una confianza natural y emanaban un aura majestuosa.

"¿Qué ocurre?", preguntó Ethan no bien salió del taxi y cerró la puerta. Al ver que su esposa estaba distraída, colocó su mano en la parte baja de su espalda.

Tan solo parpadeando en respuesta, ella lo miró. Él llevaba el mismo traje que había usado en su boda, y la verdad era que rara vez ella lo veía vestido tan formalmente.

El hombre se veía tan majestuoso como los asistentes ricos a la fiesta, e incluso de alguna manera se veía más majestuoso que ellos. Ethan parecía tranquilo y sereno, y exudaba confianza sin esfuerzo; Janet no podía quitarle los ojos de encima...

El hermoso y sobresaliente semblante de este llamaba la atención de todos allí.

Visiblemente confundida, Janet recordó que él le había dicho que ni siquiera tenía un trabajo decente. ¿Cómo podría un sujeto simple como él emanar un aura tan poderosa?

"No lo sé, pero extrañamente me siento como Cenicienta. Ya veremos qué pasará a medianoche...". Suspirando con abatimiento, ella cambiaba nerviosamente su peso entre sus pies.

Las personas que estarían allí esa noche eran ricas o influyentes, pero Janet era solo una chica común que luchaba por pagar las facturas médicas de la mujer que la crio.

Sonriendo, Ethan se inclinó más cerca de ella. "Deja de pensar demasiado. Estas personas pueden ser lo suficientemente ricas como para vestirse bien para la ocasión, pero estoy seguro de que también tienen problemas en la vida, y tal vez no sean tan felices como tú. No dejes que las apariencias te engañen", le susurró al oído.

"Oh, vamos. No bromees para animarme. Tampoco soy tonta", replicó ella y le sonrió al apuesto hombre.

De lo que no se dio cuenta era de que sus propios ojos brillaban de alegría.

Y es que la presencia de Ethan de alguna manera la hacía sentir a gusto. Además, él era un gran compañero, pues siempre hacía o decía algo para alegrarla.

Sin embargo, esa noche su atractivo parecía eclipsar su personalidad.

Él era como una estrella deslumbrante, y todos los ojos estaban puestos sobre él.

"Bien, ya deja de fruncir el ceño, y entremos con caras felices". Los ojos de Ethan brillaban con ternura cuando se inclinó y le plantó un suave beso en la comisura de la boca.

Janet soltó una risita mientras su cabello rizado se enredaba debido a la fresca brisa de esa linda noche.

"¿Acaso estás bromeando? ¿De verdad viniste a esta cena?", cuestionó la voz aguda de una mujer, sacando así a Janet de su burbuja feliz.

En ese instante, se dio la vuelta y se encontró a Jocelyn mirándola con ira y odio evidentes en sus ojos.

Esta había sido testigo de la dulce interacción entre la pareja.

Su estúpida hermana parecía felizmente dichosa con Ethan, quien parecía un dios. Ellos se veían perfectos el uno para el otro, y Jocelyn no podía soportar ver eso.

Ella odiaba a Janet con tal locura que no podía verla feliz. De hecho ella creía que todos en el mundo podrían ser felices excepto ella.

La sonrisa de Janet desapareció en un segundo. '¡Qué mundo tan pequeño!', pensó.

"Sí", dijo Janet de todos modos mientras se encogía de hombros con indiferencia.

"¿Eres consciente de lo importante que es esta cena? Solo es para personas ricas e influyentes. ¿Qué demonios estás haciendo tú aquí? No eres digna de asistir a eventos tan opulentos", espetó Jocelyn burlona.

Cruzando los brazos sobre el pecho, Janet miró a Ethan.

"¿Ah, sí? ¿Y tú sí eres digna? ¿Acaso olvidas tu identidad?".

El rostro de Ethan se oscureció en cuanto vio a Jocelyn, y tras sacar su celular, comenzó a enviar mensajes a alguien.

Aunque Jocelyn estaba furiosa, no tuvo más remedio que contener su ira.

Después de todo, Ethan creía que Janet era la verdadera heredera de la familia Lind y que Jocelyn era la hija adoptiva.

Temiendo que Ethan pudiera descubrir la verdad, Jocelyn permaneció en silencio.

De dientes apretados, le lanzó una mirada a Janet.

"Me ocuparé de ti después", gruñó, y volteando los ojos, caminó hacia el salón de banquetes del hotel.

Sin embargo, el escolta en la puerta la detuvo.

"Señora, por favor, muéstrenos su invitación".

"¿Por qué me detienes? Estoy invitada", espetó Jocelyn al tiempo que abría su bolso con enojo, y enseguida le arrojó la invitación.

El Grupo Larson no había invitado a la familia Lind, y Jocelyn le había comprado la invitación a un amigo.

Desde que rompió con Jason unos días atrás, ella había estado soltera, pero estaba demasiado acostumbrada a tener novios a su entera disposición, y ya que sentía un vacío como si hubiera perdido su propósito en la vida si no salía con nadie, decidió asistir a esa fiesta y conquistar a algún soltero cotizado.

Cansada de sentirse aburrida y sola, ella estaba decidida a encontrar un novio rico y apuesto.

No obstante, el escolta agarró su invitación y abrió la lista de invitados para corroborar cautelosamente. "Lo siento, señora, pero no está en la lista de invitados, así que me temo que no puede asistir a la fiesta".

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora