Capítulo 55.- Enojada

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Los tres lados de la sala de interrogatorios estaban hechos de vidrio gris oscuro, pero la gente de afuera tenía una visión clara de todo lo que había dentro.

Ethan estaba parado en la parte de afuera. Sus brillantes zapatos de cuero se veían impecables, y sus ojos oscuros se entrecerraron ante el deslumbrante anillo de esmeralda que sostenía entre sus delgados dedos mientras frotaba las iniciales grabadas en la parte interior de este. Él lucía totalmente intimidante.

Aunque el café en las manos de Sean se había enfriado, se lo entregó cautelosamente a Ethan de nuevo. "Jefe, encontramos a la mujer. La traeremos para interrogarla de inmediato, y me aseguraré de que confiese todo".

Tras un asentimiento, Ethan miró hacia la sala de interrogatorios.

La gerente de la tienda había sido llevada allí, y ya no era tan arrogante y dominante como antes. Al mirar a su alrededor, encontró hombres vestidos con trajes mirándola fijamente.

"¿De dónde sacaste este anillo?", preguntó Sean con un golpe a la mesa. De hecho sonaba como un detective feroz.

La gerente se frotó las manos nerviosamente, y pensó que a juzgar por su ropa y su aura dominante, esas eran personas poderosas con las que no podía meterse. Últimamente ella había jugado varias malas pasadas, y no sabía quién la había llevado allí para ajustar cuentas.

"Yo... He oído hablar de él en la televisión y también lo he visto en revistas. Sabía que era una antigüedad famosa, así que se la compré a una cliente por un alto precio".

"¿Estás segura de que lo compraste a un precio alto?", cuestionó Sean al tiempo que sacaba la evidencia junto con los videos y fotos que Ethan acababa de tomar en la puerta de la tienda de segunda mano que manejaba ella. "Esta mujer es la dueña del anillo, y dijo que tú se lo habías robado. ¿Podrías explicar eso?".

Los ojos de la gerente de la tienda se abrieron de par en par cuando se dio cuenta de que era la misma mujer que había ido a la tienda antes, y a pesar de que de todos modos trató de defenderse, los hombres altos caminaron hacia ella con malicia en sus ojos.

"Di la verdad, o tendrás que asumir las consecuencias", espetó Sean con saña.

La gerente era una mujer común, de modo que nunca antes se había encontrado en una situación así, y no tenía idea de cuán poderosas y peligrosas eran esas personas que la tenían allí. Tan solo al pensar en eso, ella tembló de miedo, y sin atreverse a mentir más, terminó admitiendo la verdad.

"Yo le ofrecí un precio alto a esa mujer, pero ella no quería venderlo, y como de veras lo quería, se me ocurrió una idea. Ya he vendido joyas falsas antes, y resultó que tenía una similar a la mano, así que reemplacé el anillo con la falsificación".

Al escuchar eso, la mandíbula de Ethan se tensó mientras la ira ardía en sus ojos, entonces se volteó hacia un hombre que estaba a su lado y le ordenó: "No me importa lo que hagas, pero envía a esa mujer a la cárcel y asegúrate de que nunca salga".

Esa noche, Janet estaba sentada en el sofá examinando su diseño cuando escuchó el sonido de la llave girando en la cerradura.

Era Ethan, quien tan pronto como cerró la puerta detrás de él, vio a Janet caminando hacia su habitación con su dibujo.

Apresurándose un poco, la detuvo. "Conseguí el anillo. Tómalo", le dijo al tiempo que deslizaba la pieza en su dedo.

Frunciendo los labios, Janet se lo devolvió a la palma de la mano. "Me alegro de que lo hayas encontrado, pero solo guárdalo, ¿de acuerdo? No vuelvas a darme algo tan valioso", dijo rotundamente, mirando a otro lado.

"¿Sigues enojada conmigo por lo que pasó en la mañana?", consultó él con su rostro oscurecido.

"No, es solo que no soy buena guardando cosas. Si algo saliera mal, otros podrían pensar que lo vendí en secreto por dinero", respondió ella con cara inexpresiva.

Ante eso, Ethan supo que ella todavía estaba furiosa.

"¿Qué quieres que haga?", le preguntó impotente al no saber qué podría hacerla sentir mejor.

Con una ceja arqueada, ella lo miró y dijo: "No tienes que hacer nada".

Después entró en su habitación y cerró la puerta de golpe detrás de ella, dejando a Ethan solo afuera.

Levemente desesperado, él se pasó una mano por el cabello.

Lo peor era que no sabía quién podría darle el consejo correcto ahora.

Lo que sí sabía era que tenía que persuadir a Janet de alguna manera, solo que no tenía experiencia en ese aspecto con las chicas.

Si bien se devanó los sesos por un rato, no pudo encontrar una solución, así que terminó saliendo de la casa a buscar a Garrett.

Este último sí era un hombre experimentado en el amor, por lo tanto, Ethan sentía que podría darle la solución a tal situación.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora