Capítulo 140. - Corte de energía

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"Hoy estuve trabajando horas extras. Hay una competencia en nuestra empresa y vengo muerta de cansancio", Janet estaba tan agotada, que en cuanto dijo esto, se fue directamente a su habitación.

Mientras tanto, Ethan se sentía ligeramente molesto ya que ella ni siquiera había volteado a verlo.

¡No había esperado toda la noche para ser ignorado!

Sin perder el tiempo, el hombre corrió hacia Janet, envolvió los brazos alrededor de su cintura y apoyó la barbilla en su hombro. "Ven, pasemos un tiempo juntos", susurró él, acercando la boca a su suave cuello.

Ethan ansiaba besarla y se moría de ganas por hacerle el amor. No podía permitir que su espera terminara en vano, después de todo, era un astuto hombre de negocios que siempre lograba lo que se proponía.

"Ya es tarde. ¿No tienes sueño?", respondió Janet, sintiendo que su corazón se aceleraba debido al cálido aliento de su marido.

Dándose la vuelta, ella se puso de puntillas y le dio un suave beso en los labios. Luego, forzó una sonrisa y dijo en un tono frustrado: "Mañana temprano tenía que presentar mis diseños para la competencia, pero por desgracia, una de mis colegas derramó café en mi computadora portátil. Ahora ya no tengo nada que enviar porque mi computadora se descompuso, y para ser sincera, estoy muy enojada por ello. ¿Podemos hablar mañana, por favor?".

Ante su declaración, Ethan frunció el ceño y preguntó: "¿Y tu colega derramó café en su computadora portátil a propósito o fue un accidente?".

Pero Janet no quería hablar de ese tema, pues el solo hecho de pensar en Kaya le provocaba dolor de cabeza.

"Eso ya no importa, el punto es que perdí todos mis bocetos y es muy tarde para comenzar de nuevo. Puse todo mi empeño en ello y... será mejor que me vaya a dormir", mientras hablaba, Janet agachó la mirada y sus hombros se hundieron por el agotamiento. Había estado ocupada la semana entera haciendo bocetos para el proyecto, pero una simple taza de café había arruinado todo su esfuerzo.

La expresión en el rostro de su esposa respondió a la pregunta de Ethan.

"Vamos, no estés triste por eso. No importa si no te seleccionan esta vez, acabas de unirte a la empresa y ya tendrás otra oportunidad para ascender de puesto", él frotó su cabello amorosamente y besó con dulzura la comisura de sus labios: "Créeme, estoy seguro de que a la próxima te elegirán a ti".

Janet asintió pero no dijo nada. Lo que la irritaba era la arrogancia de Kaya y el que hubiera echado a perder su herramienta de trabajo, donde había guardado todos y cada uno de sus diseños.

Sin embargo, pronto los besos de Ethan la hicieron olvidar todos sus problemas laborales. Envuelta en su amor y calidez, ella cerró los ojos y simplemente se dejó llevar.

Él la presionó contra la pared y devoró su boca hasta que los dos se quedaron sin aliento: "Ya que no puedes enviar tus bocetos mañana, entonces ve a descansar".

La joven obedeció en un estado de aturdimiento, sintiendo los labios entumecidos y tratando de recuperarse de su intercambio amoroso.

Una vez en la cama, ella repitió las sensuales escenas en su cabeza como si fueran una película que no quería dejar de ver.

A la mañana siguiente, Kaya se acercó a Janet con algo entre las manos.

No obstante, esta última seguía muy enojada por lo que había sucedido, así que frunció el ceño y desvió la mirada.

"Estuve pensando en el incidente de anoche. Lo siento, sé que fui dura contigo, pero es solo que estaba furiosa y dolida porque me malinterpretaste. Como sea, te compré este sándwich y unos chocolates para que veas cuánto lo lamento. Olvidemos lo que pasó ayer, ¿de acuerdo?".

Con eso, Kaya colocó una exquisita caja de chocolates sobre el escritorio de Janet. Pero a pesar de que sonaba sincera, la satisfacción en sus ojos era imperdible: "Esta marca es muy cara, no creo que hayas probado sus chocolates antes. ¡Son deliciosos!".

Aunque había una sonrisa brillante dibujada en sus labios, Janet sentía que esta mujer era una hipócrita.

Haciendo a un lado la caja de chocolates, ella ignoró a Kaya.

Pero justo cuando estaba a punto de sentarse, las luces de todo el piso se apagaron y la oscuridad los envolvió.

"Dios, ¿acaban de cortar la energía?", exclamó alguien.

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