La Novia Más Afortunada.

Capítulo 76.- Llamar a la Policía

Janet frunció el ceño. "Las imágenes no prueban que yo haya robado la cartera. ¿Por qué te empeñas en calumniarme? Quizá fuiste tú quien la tomó y la metió en el bolsillo para inculparme".

Apenas la escuchó, las fosas nasales de Elaine se ensancharon y sus ojos se abrieron con sorpresa. Inmediatamente, para encubrir su trampa, levantó la voz y señaló con el dedo a Janet. "¡No te atrevas a acusarme! ¡La cartera fue encontrada en tu bolsillo, así que obviamente fuiste tú quien la robó!".

"Elaine, ¿cuántas veces tenemos que decir que las imágenes no muestran que fuera Janet quien la robó? Deja de inculparla", intervino Christopher, mirándola fríamente, y añadió: "Sé que ella no robó la cartera".

En realidad, Elaine había querido hacerlo ver a Janet como una ladrona para que a Christopher le cayera mal. Sin embargo, ahora, incluso él mismo la protegía. Por supuesto, Elaine estaba completamente enfurecida.

"Christopher, ¿hasta qué punto conoces a Janet? Tal vez no sea la buena chica que dices que es. Recuerdo que había muchos rumores sobre ella en la universidad. Claramente, sus compañeros de clase no se inventarían esas historias sin tener una razón. Además, ahora está tratando de echarme la culpa a mí. ¡Tú mismo la oíste!". En ese momento, la voz de Elaine era estridente, lo que la hacía sonar como si realmente creyera lo que estaba diciendo.

Al instante, apretando los puños, Janet dijo con los dientes apretados: "¡Tú fuiste la que empezó todos esos rumores! Y ya han pasado años. Se supone que ahora somos más maduras. ¿Acaso aún no has crecido?".

Por aquel entonces, Janet había ignorado lo que hacía Elaine porque estaban a punto de graduarse. Y de por sí no tenía sentido ponerse nerviosa por una cosa tan trivial.

"¿Cómo te atreves a acusarme de correr esos rumores? ¿Tienes alguna prueba?".

Elaine no pudo evitar reírse de la estupidez de Janet. Después de todo, hacía años que se habían graduado. Aunque sí había sido la que difundió los rumores, Janet no tenía pruebas.

Además, en el momento actual, el vídeo no mostraba que Elaine la hubiera inculpado deliberadamente.

Mientras esto ocurría, todos los transeúntes de la tienda observaban el desarrollo de la escena con gran interés. Como la cartera se encontraba en el bolsillo de Janet, seguramente ella era la principal sospechosa.

"Pero es tan bonita. ¡Nunca habría pensado que era una ladrona!".

"Ya sabes lo que dicen: no puedes juzgar un libro por su portada".

Al oír sus susurros, Christopher levantó la cabeza y dijo con fuerza: "El asunto no se ha investigado a fondo. No saquen conclusiones todavía".

Tras estas palabras, como el gerente no podía dejar marcharse a Janet después de lo ocurrido, dijo: "Señorita, el reglamento de la tienda dicta que se tiene que pagar diez veces el precio de lo que se roba. Como la cartera fue encontrada en su bolsillo, debe devolvernos el dinero o llamaremos a la policía".

Janet lo miró, atónita.

Dudando, agarró su bolso con fuerza hasta que los nudillos se le pusieron blancos. De repente, vio algo en el pasillo exterior de la tienda.

Entonces, se dio la vuelta y se burló con un aire de suficiencia. "De acuerdo. Llame a la policía".

Inevitablemente, los ojos de Elaine se agrandaron al no poder creer su suerte. Al segundo siguiente, burlándose, dijo con arrogancia: "Parece que no tienes dinero para pagarla. Probablemente por eso recurriste a robarla. Pobrecita".

Elaine casi saltó de alegría. Claramente, si Janet era enviada a la cárcel por robar en una tienda, su carrera quedaría arruinada.

Para completar, sin duda, las palabras de Elaine mancharon aún más el nombre de Janet.

"¡Le estoy pidiendo al gerente que llame a la policía precisamente porque yo no robé la cartera! ¿Por qué tengo que pagar diez veces el precio del artículo? Prefiero esperar a que la policía se ocupe de este asunto". La voz de Janet era clara, segura y no tenía ningún rastro de miedo.

Sin embargo, Elaine no se inmutó, pues creía firmemente que la chica terminaría en la cárcel. Por el contrario, al ver que Janet se comportaba tan terca, no pudo evitar burlarse con satisfacción.