Capítulo 169. - Estafa

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Tras agarrar la carpeta del suelo, Janet leyó el documento que constaba de varias páginas de un texto complicado e incomprensible. Sin embargo, pudo ver que la firma y la huella dactilar de Hannah estaban allí.

"¿Qué dice?", preguntó Ethan al tiempo que entraba con un palo en la mano.

Él llevaba una delgada camisa negra y su gran estatura casi bloqueaba todo el marco de la puerta, pues era mucho más alto que esos hombres. El viento hizo que su camisa se pegara a su cuerpo, revelando sus músculos cincelados.

Entregándole la carpeta, Janet dijo: "No lo entiendo. Hay demasiados términos y condiciones".

Luego de hojear los papeles, Ethan encontró la firma de Hannah al final, y aquello revelaba que ella les debía trescientos mil a estas personas.

"¿Leyeron bien? Pues ya ven que no estoy mintiendo ¡Denme el dinero! Hannah es muy vieja, y no querrán que la lastimemos, ¿o sí?", espetó el hombre al tiempo que se apoyaba con arrogancia en el mueble de la cocina y de vez en cuando miraba el palo en la mano de Ethan.

"De veras no tengo el dinero ahora. ¿Pueden darme algo de tiempo? Pediré prestado y les pagaré la deuda a ustedes". Janet no tenía idea de qué había pasado ni de por qué Hannah les debía tanto a esos hombres, pero no tenía más remedio que persuadirlos para que se fueran por el momento.

"Ya he escuchado suficientes excusas. Dame un día en específico. No puedes hacerme esperar hasta quién sabe cuándo", gruñó el hombre fuerte antes de volver a escupir en el suelo y mirar a Janet con los ojos entrecerrados. Sin embargo, su mirada se dirigió involuntariamente a Ethan, quien lo observaba fijamente con el palo en la mano.

Algo asustado, el hombre retrocedió un poco, preguntándose quién era Ethan. Él había estado en los bajos fondos durante muchos años, pero nunca antes había conocido a un hombre tan poderoso. De hecho se sentía inferior frente a él. Además, sus fuertes músculos le hicieron preguntarse si era un luchador entrenado o algo por el estilo.

"¿Qué tal una semana?", consultó Janet tentativamente después de una pausa.

Al ver que ella se había comprometido, el hombre fuerte se rascó la cabeza y miró de reojo a Ethan. Sintiendo un escalofrío, tosió torpemente y asintió. "Está bien, te daré una semana".

Con eso, les hizo una seña a sus hombres detrás de él. "Alístense. ¡Nos vamos!".

"¿Qué? ¿Pero qué pasa? Estabas decidido a conseguir el dinero hoy".

"Tú no te comportas así".

Volviendo a mirar a Ethan, el hombre le lanzó una mirada de reproche a su gente. "¡Ya cállense! No me parece el momento adecuado. ¿Acaso no vieron al ayudante parado detrás de esa mujer?".

Tan pronto como esos tipos por fin se fueron, Janet agarró ansiosamente la mano de Hannah. "¿Qué está sucediendo?".

Frotándose las sienes, la anciana soltó un suspiro de cansancio. "Hace unos días vino un grupo de personas a vender productos para el cuidado de la salud, y parecían muy entusiastas. Al principio, yo solo pensé en darles una oportunidad. No obstante, me convencieron para que comprara sus productos. Como les dije que no tenía dinero, el vendedor me pidió que firmara unos papeles diciendo que podía obtener los productos gratis. Yo estaba confundida y no podía entender lo que estaba pasando. Varias personas del pueblo también habían firmado esos papeles, y todos parecían estar bien. Entonces, ya que esas personas seguían presionándome, firmé también. Hace un par de días, un gran grupo de personas irrumpió en la casa diciendo que yo les debía dinero a pesar de que yo nunca le pedí prestado a nadie. Cuando les pregunté al respecto, descubrí que el vendedor me había engañado para que firmara un préstamo, y ahora tengo que pagar trescientos mil, incluidos los intereses. La verdad es que todavía ni siquiera puedo entender por qué les debo tanto".

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