La Novia Más Afortunada.

Capítulo 119. - Aclaración

Con una expresión de indiferencia en su rostro, Janet pasó junto a la multitud de invitados vestida con ropa elegante, pavoneándose hacia Fiona.

Su mirada se volvió fría, revelando la decepción y la rabia que había albergado en su corazón a lo largo de los años. Cada vez que la otra la miraba, quería arrancarle los ojos.

"¿Alguna vez has sido amable conmigo? No, me has humillado y atormentado toda mi vida, ¿y ahora tienes el descaro de llamarme desagradecida? ¡Qué absurdo!", expuso Janet con calma, como si fuera inmune a sus crueles comentarios.

Fiona era muy buena actriz. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas al instante. "Te adoptamos y te criamos con mucho esfuerzo y tú no has hecho otra cosa que pedirnos dinero. ¿Me vas a decir que eso te convierte en una buena hija?", replicó esta, moviendo sus manos dramáticamente.

Su actuación en el Grupo Larson hace unos días ya había atraído la atención de todos. Además, Janet no había dado explicaciones a nadie. Muchas personas ya la consideraban una hija ingrata y algunas incluso tomaron videos con sus celulares.

Pero a ella le daba igual lo que opinara la gente. "Me abandonaste después de que naciera Jocelyn. Me enviaste al campo a vivir con Hannah. Tú nunca te preocupaste por mí. Fue Hannah quien me cuidó. Ella es todo lo que tengo. Acudí a ti porque se puso enferma y me prometiste darme dinero a cambio de un favor. Cumplí mi parte del trato, pero tú me has engañado. ¿Por qué montas esta escena delante de todos?".

Fiona se secó las lágrimas y se sorbió la nariz ruidosamente. "¡Qué estupidez! Solo dices tonterías".

La otra, sacudiendo la cabeza, soltó una carcajada. "Tus vecinos no me conocen y los míos no te han visto nunca. Ni siquiera tengo una foto contigo. Te aconsejo que te lo pienses dos veces antes de mentir. ¿Tienes alguna evidencia que demuestre que tú me criaste? ¿Sabes qué? No quiero hablar del pasado. Les agradezco que me hayan dado cobijo aunque todos allí me odian y me desprecian".

Si Fiona no hubiera calumniado a Janet en presencia de todos, no habría mencionado el pasado.

Para Janet, su hogar, que realmente no sentía como suyo, era un lugar al que no pertenecía, donde fue abandonada por su "familia" de nuevo.

Su comentario hizo que la otra se quedara boquiabierta.

De repente, Janet sacó una libreta, en la que tenía apuntado el dinero que Bernie y Fiona le habían enviado a Hannah durante los últimos veinte años. Plantándosela a la mujer en la cara, soltó con desdén: "Ustedes se jactan de haberme criado y me acusan de haberles sacado todo el dinero. Pero esto prueba cuánto has invertido en mí. Como ves, solo 200 dólares al mes durante los últimos veinte años, ni un centavo más. ¿A eso le llamas criarme con esfuerzo? Siempre llevas a Jocelyn a restaurantes elegantes. En una simple cena te gastas el doble o el triple del total de mis gastos mensuales. ¿No te parece irónico?".

La multitud estalló en un alboroto.

La mayoría de las mujeres que asistían a las fiestas daban generosas propinas. Obviamente, no consideraban 200 dólares una buena propina y mucho menos una ayuda mensual.

"¡Mentirosa! Te dimos más que eso". Fiona se quedó sin palabras y se abrazó a su bolso para evitar las miradas sorprendidas de la gente que la miraba. "¡Siempre hemos sido generosos contigo!", agregó.

La otra desvió la mirada. No le sorprendía su respuesta, pero seguía sin comprender por qué la odiaba tanto. Cuando aún vivía con ellos, la mujer la regañaba hasta por lo más mínimo.

"No te pedí que me adoptaras, ¿verdad?", replicó Janet son serenidad. "Si me adoptas, tu obligación es cuidarme. Y teniendo en cuenta tu riqueza e ingresos, la mensualidad que me has estado dando ni siquiera cubre la custodia estándar de los hijos. Menos aún mis gastos mensuales. Lo que soy hoy se lo debo a Hannah. Ella luchó para criarme con sus ahorros. Tú, por el contrario, no has hecho nada por lo que deba sentirme agradecida".