Capítulo 157. - Un enojado Ethan

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El corazón de Christopher se aceleró en su pecho mientras se inclinaba más cerca de Janet.

"Ethan...", balbuceó ella en voz baja, rompiendo toda la intimidad en pedazos.

El brillo en los ojos del hombre se apagó en un instante, y deteniéndose de inmediato, se sentó derecho mientras su boca se contraía. La luz fuera de la ventana caía sobre sus facciones, acentuando su expresión herida.

Conteniendo sus emociones, acomodó el abrigo sobre los hombros de ella. "Todo está bien. Duerme".

Con eso, giró la cabeza para mirar por la ventanilla.

El restaurante coreano en el que cenaron estaba bastante lejos de la casa de Janet, por lo que cuando llegaron, ya era pasada la medianoche. La luna colgaba entre las nubes espumosas, proyectando su luz plateada sobre la tierra.

Dado lo borracha que estaba Janet, no tenía idea de lo que estaba haciendo. Sus brazos colgaban fuera de su abrigo mientras agitaba las manos, y su camisa holgada, la cual estaba desabrochada en la parte superior, se deslizó hasta sus hombros, revelando así su escote y clavícula. "Mmm, qué incómodo. Me duele mucho la espalda".

"Oye, Janet, no te muevas. Ya estás en casa", dijo Christopher y su boca se secó enseguida ante la vista. No obstante, le subió el abrigo y lo envolvió alrededor de ella, de manera que no se viera nada más que su rostro sonrojado.

"Bueno, date prisa y llévame arriba. Tengo mucho sueño", balbuceó ella mientras se dejaba caer en el asiento trasero del taxi porque Christopher acababa de salir de él.

Él quería ayudarla a salir del taxi agarrándola de las manos, pero ella parecía no estar poniendo de su parte, así que él no tuvo más remedio que inclinarse y cargarla fuera del auto.

Justo cuando estaba a punto de dejarla en el suelo, una repentina fuerza la arrancó de sus brazos.

"¿Qué demonios?", musitó, y al mirar hacia arriba, se encontró con una figura imponente parada frente a él.

La tenue luz de la calle proyectaba largas sombras, haciendo que Ethan pareciera una montaña que bloqueaba incluso la deslumbrante luna.

"¡¿Cómo la estabas sujetando así?!", soltó con un bufido sarcástico, y sus ojos se volvieron asesinos cuando miró a Christopher. Luego se giró para ver a la mujer en sus brazos, y de ceño fruncido, apretó la mandíbula.

"Esto puede causarte una mala impresión, pero yo solo vine a dejar a Janet", explicó el hombre apresuradamente.

Ignorándolo, Ethan bajó a Janet con suavidad y le pasó el brazo por los hombros, obligándola con eso a mantenerse firme. Al ver que sus pies tambaleantes no la sostenían, la sujetó con mucha más fuerza para ofrecerle mejor apoyo. "¿Acaso no sabes andar por ti misma? ¿Por qué pides a otros que te lleven?", cuestionó a modo de reprimenda.

"¡Ay!", soltó ella en un quejido al sentir que alguien le aplastaba el hombro. De hecho el dolor le sacudió un poco la borrachera.

Tan pronto como abrió sus ojos adormilados, su mirada se posó en Ethan, quien exudaba pura rabia, y cuyos ojos eran como balas esperando para dispararla. Ante eso, ella tembló de miedo.

"¿Estás despierta?", cuestionó él burlón al tiempo que le arreglaba la ropa. "¿Puedes pararte sola ahora?".

Sus palabras venenosas y la ira en sus ojos parecieron hacer calmar a Janet, pues ella asintió y se paró a su lado, tratando de mantenerse en equilibrio.

Christopher respiró hondo. "Señor Lester, no me malinterpretes. Janet se emborrachó durante la cena, y yo solo quería dejarla sana y salva en su casa. No pasó nada", explicó para evitar malentendidos.

La imponente presencia de Ethan lo hacía parecer insignificante, y su explicación solo pareció empeorar las cosas.

"Solo los culpables sienten la necesidad explicarse, señor Garrison", dijo Ethan, luciendo frío e indiferente, aunque uno de sus brazos estaba envuelto alrededor de Janet, quien se balanceaba como una marioneta colgando de la cuerda. "Hablemos de eso luego".

Con eso, se llevó a su mujer.

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