Capítulo 34.- Rumores

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La semana siguiente, Janet tomó precauciones para no encontrarse con Ike, pero él seguía insinuándosele de vez en cuando.

Una mañana, ella fue a la tienda de abajo a comprar café, y mientras esperaba en la fila, dos mujeres la miraron y comenzaron a susurrar entre sí.

"¿No es esa la mujer del Departamento de Diseño que tiene algo con Ike?".

"¡Sí, eso creo!".

Al escuchar sus fuertes susurros, Janet frunció el ceño profundamente. "¿De qué están hablando ustedes dos?", cuestionó.

Sorprendidas por su repentina confrontación, ambas mujeres rápidamente negaron con la cabeza y sonrieron avergonzadas. "Nada, nada. Te confundimos con otra persona, eso es todo".

No obstante, esa no fue la última vez que Janet escuchó de eso, y pronto se dio cuenta de que alguien de su departamento debía de haber difundido rumores desagradables sobre ella y Ike.

Lo peor fue que estos corrieron como la pólvora, e incluso algunos colegas que solían ser amables con ella comenzaron a mantener distancia.

Ella solía ser vista como una joven educada y amable en el Departamento de Diseño.

Sin embargo, ahora que alguien había hablado mal de ella a sus espaldas, la gente comenzó a verla con ojos distintos.

Entre sus colegas, Pamela fue la primera que había mostrado hostilidad hacia ella.

Fue así desde que Ike anunció que elegiría el diseño de Janet.

Teniendo eso en cuenta, Janet sospechó que fue esta quien inició los rumores.

Y en efecto, después de una observación cuidadosa, descubrió que sí era esta quien estaba detrás de los chismes.

Pamela incluso había abierto un chat grupal con muchos compañeros de la empresa, donde compartió sus rumores inventados sobre Janet.

Un día, durante el almuerzo, Janet fue al salón de café y agarró una botella de refresco. Al salir, vio a Pamela cerca, y aunque se detuvo por un segundo, al final se fue sin más.

Pamela la miró con picardía y luego le susurró al colega que estaba a su lado: "Escuché que Janet fue a un hotel con el señor Lyman anoche".

"¿Qué? ¡No puede ser! ¿Pero no tuvo él una reunión en la oficina hasta muy tarde ayer? De todos modos no sé por qué le gusta. Quiero decir, él es un idiota", replicó la colega, y sacudiendo la cabeza, suspiró. Ella pensaba que Janet era una chica hermosa y que estaba fuera del alcance de Ike.

"Por supuesto que no le gusta. Ella solo lo está usando porque es su supervisor. Algunas mujeres harían cualquier cosa para ser promovidas, ¿no? No me sorprendería que ella fuera la amante de un hombre casado cuando estaba en la universidad. He oído hablar mucho de su vida 'frívola' en esa época. Yo creo que simplemente no le importa su reputación".

A medida que Pamela hablaba, sorbía su agua con calma como si fuera verdad todo de lo que estaba hablando.

"¿Qué? ¿Y cómo era cuando estaba en la universidad? ¡Cuéntamelo todo!", preguntó la colega al tiempo que se inclinaba más cerca de Pamela.

"¿Qué están susurrando aquí? ¡Invítenme a su conversación!". Por lo visto, Janet había regresado y ahora estaba apoyada contra la puerta sonriéndoles dulcemente a las dos mujeres.

"¿Q-qué? Nada. Estábamos hablando de un chisme que escuchamos en las noticias", tartamudeó Pamela, quien al ser tomada por sorpresa, se le puso la cara roja.

Con una sonrisa amable, Janet enderezó la espalda, se acercó a Pamela y agarró el celular que estaba sobre el escritorio. "¿En serio? Bueno, yo solo volví a buscar mi celular".

Tras desbloquearlo, lo miró y fingió una expresión de sorpresa. "¡Oh, Dios mío! Lo siento mucho, pero la grabadora estuvo encendida todo este tiempo. ¡Ah, ya sé! ¡Escuchemos lo que estaban diciendo!".

Una mirada de horror se apoderó del rostro de Pamela.

Escuchar eso la hizo palidecer.

En ese momento, Janet le subió el volumen a su celular para que todos en el salón de café pudieran escucharlo claramente.

En la grabación la voz de Pamela sonaba grosera y malvada, y todos los ojos estaban puestos sobre ella ahora.

"¿Qué? Yo nunca hice nada de lo que declaras aquí, pero lo describiste tan vívida y detalladamente como si lo hubieses presenciado todo con tus propios ojos. ¿Qué tal si buscamos al señor Lyman y le contamos todo esto?", dijo Janet en un tono burlón tan pronto como la grabación se detuvo.

Había quedado en evidencia que Pamela lo había inventado todo.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora