Los abrasadores rayos del sol se filtraban a través de las cortinas mientras el leve olor a desinfectante flotaba en el aire.
Habían pasado algunas semanas desde que Janet vino a ver a Hannah, por lo que no pudo evitar sentirse culpable. Para su mala suerte, desde que comenzó a trabajar, había tenido que lidiar con desafortunados incidentes que sucedían uno tras otro y consumían todo su tiempo.
La cirugía de trasplante de hígado de Hannah estaba programada para hoy a las diez en punto, por lo que Janet todavía tenía media hora para platicar con ella.
"No te pongas nerviosa. Ya verás que no sentirás absolutamente ningún dolor luego de que te pongan la anestesia".
Sonriendo tranquilizadoramente, la joven acarició la grisácea cabellera de Hannah.
Como respuesta, ella suspiró y palmeó cariñosamente su mano: "No tengo miedo, mi niña. Sé lo ocupada que estás con el trabajo, así que puedes volver y terminar tus pendientes. Las enfermeras del hospital son muy consideradas y ellas me atenderán, no te preocupes por mí".
Sintiendo un nudo en la garganta, Janet comenzó a llorar en silencio. Ella sabía lo mucho que Hannah sufría, pero a pesar de eso, la anciana todavía sonreía para calmarla.
"Yo quiero estar contigo, lo demás puede esperar", respondió Janet, devolviéndole el gesto.
De pronto, Hannah miró hacia la puerta e hizo un puchero: "Ese joven ha estado esperando afuera durante mucho tiempo. ¿Por qué no le dices que pase?".
Entonces, Janet se dio la vuelta y vio a Ethan apoyado en el barandal del pasillo, quien la miraba de vez en cuando para comprobar que estuviera bien.
No obstante, ella no lo había hecho porque aún no sabía cómo presentárselo.
"Hola, es un placer conocerla", Ethan entró a la habitación y la saludó educadamente. Con un abrigo color marrón que resaltaba sus exquisitos rasgos masculinos, el hombre se veía tan guapo como si hubiera salido de una sesión de fotos.
Al nunca haberlo visto con esa ropa, Janet se quedó sin palabras por unos segundos.
Pero después de un momento de vacilación, ella dijo: "Bueno, él... él es Ethan. No sé si recuerdes el asunto del matrimonio que la familia Lind había arreglado para mí...".
Honestamente, Hannah no estaba al tanto del secreto de la joven. Lo único que sabía era que los Lind habían encontrado a un hombre para ella y ya estaba casada.
A la vez que examinaba el rostro de Ethan, Hannah sonrió de oreja a oreja. "Vaya, ¡qué muchacho tan guapo!", ella palmeó la mano de Janet y continuó: "Parece un hombre bueno y decente. ¡No cabe duda de que eres una chica afortunada!".
Luego de devolverle la sonrisa, Ethan miró el reloj en la pared y murmuró: "Ya es hora".
Al segundo siguiente, varias enfermeras llegaron para llevarse a Hannah al quirófano, por lo que Janet sintió un vuelco en el corazón. "Ella estará bien, ¿verdad?", preguntó en tono angustiado.
"Así es, por supuesto que todo estará bien", Ethan respondió mientras le daba unas palmaditas en la espalda para consolarla.
La operación fue tan complicada que duró toda la tarde.
Y para ver si su cuerpo no rechazaba al nuevo hígado, Hannah tendría que estar en observación durante el menos tres semanas en el hospital.
Después de la cirugía, los doctores llevaron a la anciana a la cama mientras le administraban suero y medicamentos intravenosos, explicándole a Janet que necesitaría a alguien para que la cuidara.
"Quiero tomarme unos días libres para poder estar aquí y cuidar a Hannah, aunque no creo que me den permiso en mi trabajo", Janet le dijo a su marido mientras suspiraba afligidamente al salir del consultorio.
"Deberías llamarlos y explicarles tu situación, estoy seguro de que lo entenderán. Después de todo, es una petición razonable", respondió Ethan.
"Pero ya me he tomado muchos días libres este mes, así que dudo que acepten", susurró Janet, hundiendo los hombros y poniendo una expresión triste.
"Si no lo intentas, nunca lo sabrás", Ethan comentó con una sonrisa.
Al fin llena de valor, la joven sacó su celular y le marcó a Tiffany.
"¿Quieres pedir permiso? No hay problema. ¿Cuántos días necesitas? Mmm, ¿Qué te parecen dos semanas?", Tiffany sugirió seriamente. Del otro lado de la línea, Janet estaba atónita e incluso pensó que la mujer se estaba burlando de ella.
"¡No, no, no! Se lo agradezco, pero no", Janet negó frenéticamente con la cabeza y añadió: "Mejor olvide que llamé".
"Estoy hablando en serio. ¿Cuántos días necesitas?", insistió Tiffany. Resultaba que Brandon la había llamado antes, por lo que ella no se atrevió a negar la petición de Janet. De hecho, estaba bastante sorprendida de que el mismísimo CEO de la compañía le marcara personalmente para pedirle que aprobara la licencia de la joven.
"Bueno, ¿pueden ser dos días?", Janet preguntó cautelosamente.
"Sí, por supuesto. Tienes todo mi permiso para faltar", aseguró Tiffany.
Hannah se recuperó muy bien después de la operación y los médicos dijeron que pronto la darían de alta.
Habiéndose tomado varios días libres, Janet tuvo que volver a la compañía. Sin embargo, no se quedó horas extras y fue al hospital tan pronto como salió del trabajo para ver cómo estaba Hannah. Durante el día, ella decidió contratar a una enfermera para que cuidara de la anciana. Y a pesar de que inicialmente estaba en contra de esta idea, Ethan terminó pagando parte del sueldo de la enfermera para que su esposa se fuera tranquila a trabajar.
Tres semanas después, Janet preparó las maletas de Hannah y la ayudó a salir del hospital.
"Oye, ¿te gustaría vivir conmigo?".
"Oh, no, claro que no. Soy vieja y estoy acostumbrada a vivir en el campo. Será mejor que me lleves de vuelta a casa, no me sentiré cómoda viviendo en estos grandes apartamentos de la ciudad", Hannah respondió felizmente, complacida de ver que Janet llevaba una vida mejor aquí.
Sin más remedio, Janet llamó a un taxi y llevó a la anciana a su casa en el campo.
En el trayecto, ella se asomó por la ventana y se dio cuenta de que estaban atravesando un camino desolado, ¡el conductor las estaba llevando a una dirección equivocada!
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La Novia Más Afortunada.
RomantizmJanet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz.............