Capítulo 170. - Mudarse de habitación

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Janet respiró hondo cuando sus sienes comenzaron a palpitar de dolor. "Bueno, parece que un grupo de estafadores te engañó. Te presentaron los productos, te incitaron a firmar los documentos, y ahora te están pidiendo que les pagues. La gente que mencionaste del pueblo pudo haberse confabulado con ellos".

Esas organizaciones fraudulentas elegían como su objetivo a personas mayores que vivían solas. Hannah ni siquiera podía entender esos documentos, no solo porque ya era vieja, sino que había recibido solo educación básica. Era obvio que sería un blanco fácil para ellos.

Estupefacta, ahora no sabía qué decir, y le tomó mucho tiempo darse cuenta de su error. Ella siempre había estado alerta y nunca tomaba decisiones precipitadas, pero ahora sentía que estaba siendo una carga para Janet.

"Déjame esto a mí. De todos modos, no pueden obtener nada de dinero de mi parte". Con un suspiro, Hannah se puso de pie tambaleándose mientras agarraba el bastón para sostenerse.

Ayudándola a sostenerla por su brazo, Janet respiró hondo. "¿Qué estás diciendo? ¿Cómo puedo dejarte sola?".

Entonces las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de la anciana. "¿Qué debemos hacer ahora?", preguntó ansiosamente. "No tengo dinero para pagarles".

"No te preocupes. Siempre hay una manera", le dijo Janet a manera de consuelo a pesar de que no podía pensar en una solución.

Hannah era como su familiar, y ella no podía dejarla preocuparse por eso.

Al mirar la olla caliente, Janet dijo suavemente: "Sé que esto debe de ser aterrador, así que será mejor que te sientes y descanses. Yo cocinaré unos fideos por ti".

Mientras Hannah comía, Janet arrastró a Ethan fuera de la habitación.

"Quiero discutir algo contigo. No creo que sea una buena idea que Hannah se quede aquí sola. Estoy pensando si deberíamos pedirle que se mude con nosotros", le dijo en voz baja y mirándolo con vacilación.

Tener a Hannah en casa significaba que debían cuidar a una persona mayor y estar a su entera disposición en todo momento, lo cual podría ser una tarea tediosa.

Dado que Ethan era su esposo, Janet quería su opinión primero antes de tomar una decisión.

"Tú fuiste quien alquiló la casa, así que tú decides. Yo accederé a lo que digas", respondió él con una gran sonrisa formándose en sus labios al tiempo que dejaba el palo que tenía en las manos.

"Eso es muy dulce de tu parte", dijo Janet, pero al notar la expresión de Ethan y su ceja levantada, le dio un codazo. "¿Qué es esa mirada? ¿Por qué estás sonriendo así?".

La picardía en su rostro la hizo preguntarse si estaba tramando algo.

Fingiendo una tos, él dijo: "No te hagas la que no sabe nada".

Exudando un aura muy masculina, él se metió las manos en los bolsillos y examinó el rostro de Janet. "Quiero decir, solo tenemos dos dormitorios... Si Hannah se muda con nosotros, tú tendrás que mudarte a mi habitación y dormir conmigo".

Ante eso, los ojos de Janet se agrandaron. Ella estaba tan ocupada preocupándose por Hannah que vivir en la misma habitación con Ethan no se le pasó por la cabeza hasta que él lo mencionó, de modo que sus mejillas se ruborizaron un poco. "Yo...", balbuceó, mirándolo.

"¿Qué? ¿Me vas a decir que dormirás en el sofá?", cuestionó Ethan, adivinando lo que ella tenía en mente como excusa. Reprimiendo su sonrisa, dijo: "¿No crees que a Hannah le parecerá extraño que no durmamos en la misma cama? Después de todo, estamos casados".

Janet abrió y cerró la boca un par de veces sin saber qué decir, pues a fin de cuentas él tenía razón.

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