El despertador suena y gruño extendiendo mi brazo para agarrarlo y posponerlo por unos cincos minutos más pero una vez despierta me es imposible dormir. Me quedo un rato acostada y sé que debo levantarme para hacer mi aseo personal.
Busco algo de ropa en el armario hasta que agarro un short, un abrigo de color blanco que tiene un dibujo de la bandera de Estados Unidos y los convino con unos converse. Me maquillo un poco, hago una cola de caballo para luego agarrar mi teléfono junto con mis audífonos y bajar.
Mientras bajo intento desenredarlos, pero estos parecen no querer volver a la normalidad.
Estando en el penúltimo escalón mi mamá sale de la cocina.
—¡Hija! —exclama al verme.
—Buenos días, mamá —termino de bajar y la saludo con un beso en la mejilla.
—El desayuno casi está —dice y vuelve a la cocina.
—Mi estómago pide comida... Y además huele muy rico.
—Hoy no estaré en casa —avisa mientras coloca los cubiertos sobre la mesa.
—¿Y eso?
—Royce me invitó a salir —responde sonriendo.
Royce, otra vez Royce.
Volteo los ojos al escuchar su nombre.—¿Ocurre algo? —niego—. ¿Segura?
—Segura —sonrío para convencerla.
—Bueno... —suspira—, él vendrá en unos minutos así que iré a tomar una ducha rápida.
—Bien.
Comienzo a desayunar y mientras como sigo con el intento de quitar el enredo de los audífonos. La mañana esta aburrida ya que no tuve clases hoy, y por eso quiero escuchar música.
Me levanto una vez que termino para lavar los platos y mi móvil vibra en el
bolsillo del short notificando algún mensaje entrante.¡Camilaaaaa! ¿Qué harás hoy? ¿Nada, cierto? Bien, entonces te invito a salir. También debo decirte que Esteban irá, no te molesta ¿o sí?
Esteban, obviamente que me molesta. Aún no olvido que lo encontré besándose con la más perra de la universidad.
Acepto tu invitación. Y para nada, Esteban quedó en el pasado ¿Cuántas veces debo repetírtelo? ¡Nos vemos!
Mamá baja y termina de lavar los platos. Cuando por fin puedo usar los audífonos coloco algo de música y me tiro al sofá.
—Ahora cuéntame qué te ocurría hace un rato —se sienta a mi lado y me mira esperando respuesta—. Necesito saber qué te afecta, ¿de acuerdo? Si el hecho de que esté con Royce o la separación con tu padre.
—Mamá... —el timbre nos interrumpe.
—Ve a abrir, por favor —me mira y volteo los ojos nuevamente—, sin voltearme los ojos.
Cuando abro la puerta está Royce y trae en manos varias rosas. Mi mamá ya sabe que es él, por tal no grita preguntando que quién es. Él entra con autoridad y se dirige a la cocina, ella sale de allí y sonríe al verlo. Se acercan lo suficiente y se besan a modo de saludo.
Momento incómodo para mí.