Mi madre se despide porque tiene una cita pendiente y con el corazón acelerado por lo de hace unos minutos me acerco a Mark. Me ayuda a guardar algunas cosas en un espacio que su madre habilitó para mí en el armario y así duramos un buen rato.
Saco algo de ropa y la dejo sobre la cama para darme una ducha y bajar con la madre de Mark.
—Cami... —Mark calla al ver mi intención de desvestirme. Estoy tan acostumbrada a hacerlo en mi apartamento que olvido cerrar la puerta—... mejor vuelvo en otro momento. Además de estar por desvestirte, piensas ¿no?
—Sí. Pero no seas tonto con eso de entrar en otro momento. Es tu casa.
—De mi madre —corrige—. Cuando le marcaste a tu madre contesto él ¿cierto? —asiento—. Ya sabes lo que opino sobre eso, debes confesarle lo de tu embarazo. Pronto querrás volver y tu barriga estará grande, y...
—Hola linda —su madre entra, interrumpiéndolo—. ¿Qué te parece si salimos? Podemos ir los tres.
Le sonrío.
—Me parece bien.
—Entonces alístate, te espero abajo. ¿Mark? Tu novia necesita cambiarse.
La señora sale de la habitación y Mark ríe.
—Iré a decirle que tú y yo no somos...
—Está bien, puedes dejarlo así.
—¡No! Conozco muy bien a mi madre, es capaz de organizar una boda o fiesta sorpresa para anunciar cualquier compromiso no real entre los dos.
—Entonces, ve y dile.
—Eso haré. ¡Alístate!
Dicho eso, entro al baño y me ducho en menos de treinta minutos. No tengo muchas ganas de salir pero tampoco puedo decirle que no a la señora que se ve tan entusiasmada con nuestra visita.
—Pensé que te habías dormido. ¿A dónde quieres ir? Tenemos suficiente tiempo. Mi esposo y Anthony llegarán alrededor de las siete...
—Anthony es mi hermanastro —me aclara Mark.
Recuerdo a Alisson; así que el tal Anthony es el padre de su bebé.
—Estamos cerca del famoso y espectacular BigBen. ¿Quieres ir?
—Sí.
—A ellos les dará un gusto conocerte. Han estado tan emocionados porque Mark trajera a su chi...mejor amiga.
—Ya le comenté que solo somos amigos.
—Y discúlpame por atormentarte con todo aquello diciéndote que eras su chica.
—No hay problema —sonrío.
—¿Entonces BigBen?
—¿No te cansas de ir? —bufa el castaño.
—No, fue donde conocí a tu padre.
—¡Que no es mi padre!
—Bueno, tu padrastro —dice antes de comenzar antes de alejarse.
Su enojo se nota en la forma de su caminar.
—No lo entenderá —agrega Mark.
Royce
—Entonces, Royce, no nos veremos hasta el día de tu boda por civil.
—Aja —finjo una sonrisa.