Capítulo 14

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Royce

Cuando dejo a Dafne en la empresa para la cual trabaja su jefe le da el día libre ya que tiene reuniones y no necesita de su asistencia hoy. La llevo conmigo al estudio donde debo hacerme unas fotografías para la próxima producción discográfica y cuando dicen que hay descanso ella se acerca sonriendo.

Retomamos la sesión hasta que la damos por finalizada; apenas y me muestran dos fotos.

—¿Ya nos podemos ir? —se cruza de brazos—, estoy muuy cansada y necesito que me relajes.

—Hmm... Suena tentador pero debemos esperar un poco más para poder irnos.

—Te esperaré...

Interrumpo besándola y ella me corresponde encantada. Estamos solos en este espacio, no seríamos capaz de detenernos si no supiéramos que afuera nos esperan. Nos desplazamos a un sofá donde nos acomodamos, ella mete sus manos por debajo de mi chaqueta y yo no tardo en hacerlo debajo de su blusa. Jadea.

Mi teléfono suena y gruño.

—Ve... —me da un último beso.

—No, no quiero contestar... —intento besarla nuevamente.

—Amor —coloca sus manos en mi pecho y sonríe—, nos están esperando afuera ¿qué pensarán de nosotros? Además contesta, puede que sea tu madre o algún familiar.

—Si me das dos besos —señalo mis labios.

Obedece y cuando lo hace, no tengo intención de parar. Siguen insistiendo con la llamada y me levanto para buscar el móvil que yace sobre la mesa.

—Es Martha.

—Contesta.

Acomoda su cabello y su blusa también.

—Hola Martha —comienzo a dar vueltas en la habitación.

—Royce —su tono de voz me preocupa. Parece como si estuviese llorando y está agitada—, Camila...

—¿Qué pasó con ella?

—Está en el hospital —su voz se debilita y lo próximo que escucho son sollozos—. Yo casi voy llegando. Te envío la dirección por mensaje, y por favor... Sé sutil al contarle a Dafne.

Mis ojos comienzan a picar. Dafne me mira preocupada y preguntándose qué sucede.

—¿Qué pasó, amor? —hace el intento de sonreír pero falla.

Busco las llaves del auto y salgo de allí diciéndole a los chicos que no podré estar para la reunión.

—¡Royce!

—Sube al auto —quito el seguro del mismo y subo.

—¡¿Qué ocurre?! —alza la voz.

—Vamos al hospital —golpeo el volante y la observo.

—¿Qué sucede? —su voz se debilita.

—¡Si!

Enciendo el motor y salgo del estacionamiento. No espero a que los semáforos estén a mi favor, no me importa recibir una multa después. El mensaje de Martha llega y leo la dirección, al menos no está tan lejos.

—¿Le pasó algo a mi hija? ¿Es eso?

—Martha me ha llamado diciéndome que Camila se encuentra en el hospital. Puede que tenga cólicos o algún otro dolor. No te desesperes.

Cuando dejo el auto frente al hospital le pido al de seguridad que lo estacione mejor. Dafne corre hacia información y le habla desesperadamente a una chica que está frente al computador.

—Camila Lewis Sánchez.

Alejo a Dafne del mostrador y espero a que la chica busque.

—Sí —junta sus labios—, tenemos a la señorita Lewis aquí.

—¡¿Y?! —grita Dafne.

—La están atendiendo, señora. No me administran información acerca de los pacientes, pero por lo que escuché decir a los paramédicos no hay muchas posibilides. Lo siento.

Dafne retrocede y sus piernas flaquean.

Double Vision (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora