Citas

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Un año después hemos alquilado una nueva casa, pequeña pero bastante acogedora. En la universidad todo va mejor, mis notas están en el segundo puesto del cuadro de honor y mi madre no puede estar más orgullosa de mi.

Termino de leer un libro que me han pedido para la clase de literatura cuando mi madre entra. Su cabello está mojado debido a que comienza a llover. Deja las llaves junto a su cartera en la mesa y muestra una bolsa de mcdonalds.

—Para ti —la deja sobre la mesa y se acerca—. ¿Cómo te ha ido en la universidad?

—Me han mandado a leer varias obras de escritores antiguos, y disfruto como también me distraigo leyendo —le sonrío y me levanto del sofá para ir a comer—. ¿Tú has conseguido un nuevo trabajo? —quito toda la envoltura de mi deliciosa hamburguesa.

—Aún no sé si hacerme la idea de que sí pero he llenado una planilla para uno en área de producción.

—¿Y tú tienes experiencia en eso?

—Puedo aprender —toca mi mejilla y me roba una papa frita.

—¡Hey! —me quejo.

—Están deliciosas —añade.

Días después la llaman para informarle que sí le han dado el puesto en ese canal. Nada más se encargará de organizar o algo así. Llego a acompañarla a su área de trabajo y me siento extraña. Mi ambiente no es estar rodeada de cámaras y demás cosas, como escuchar los gritos de cuantos minutos faltan para tal entrevista y gritos eufóricos de las fanáticas por la visita de su artista.

Meses después, comienzan salidas extrañas. Ella me dice que es su trabajo, pero su turno es hasta las cinco y esas citas sobrepasan las nueve de la noche. Pasa más tiempo con su móvil en manos, y hasta me pide que la acompañase a comprar ropa nueva y más juvenil. Definitivamente algo pasa, y yo no tardaré en averiguar qué es.

Double Vision (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora