Martha me acompaña a casa de Royce donde busco mis cosas y no consigo a mi madre. Por suerte una chica que trabaja aquí me dice que ha ido a su trabajo.
De regreso, Martha se va a su casa y yo paro un taxi que me deja justo al frente del edificio. Saludo al conserje que tiene una taza de café en manos y escucha la emisora. Llego a mi piso y busco las llaves, cuando alguien cubre mis ojos tomándome por sorpresa.
—Heey —saluda Mark cuando me he dado la vuelta—. No me esperabas por aquí tan temprano ¿cierto?
—Hola —le sonrío—. Qué rápido te has aprendido la dirección.
—Soy bueno en eso.
—Pasa —lo invito.
Al entrar, dejo las cosas en el sofá y abro las ventanas.
—Vine anoche y me dijo un señor que estabas con tu familia.
—Así es. ¿Cómo estás?
—Más o menos. No me he estado sintiendo bien pero no quiero decirle a Alisson para que no se preocupe.
—Mark, debes decirle.
—Lo haré —suspira—. ¿Pensaste lo que te pedí? —pregunta mientras agarra mis manos.
No he tenido tiempo para pensar en lo que me pidió, y si lo tuviese realmente no sabría qué decirle.
—Mark... yo... —me suelta rápidamente y se da la vuelta.
—Ya sé tu respuesta.
Se dirige a la puerta y no sé qué decir para que no se vaya, para que no se sienta rechado.
—¿Estás bien?
Corro hacia él que parece estar mareado y muy pálido.
—Un vaso con agua —su voz se escucha muy débil y temo que se desmaye ahora.
Lo guío al sofá y cuando se sienta voy por el vaso con agua; lo sirvo tan torpe que se derrama pero eso no importa ahora. Cuando se lo entrego, saca una pastilla y la ingiere.
Me siento a su lado y llevo mi mano hasta su mejilla.
—¿Te sientes mejor?
—Creo que mejor me voy, esto es algo incómodo y nuevo para ti.
—¡No!
No puedo permitir que se vaya así, puede pasarle algo de regreso y no me lo perdonaría.
—Vamos a mi habitación ¿si?
—Suena tentador —bromea.
Una vez en la habitación se acuesta y dice tener calor, por tal, desabrocha su camisa.
—Voy a estar afuera.
—Necesito acostarme un largo rato.
—Si necesitas algo avísame.
Vuelvo a la sala y enciendo el televisor. Mientras veo una telenovela seco lo que derramé y le echo un ojo a Mark quien se ha quedado dormido.
Busco algo en el armario para cambiarme, y lo hago en la sala. Suena el timbre y abro rápidamente para que no despierte.
¿Qué hace Royce aquí? Nos hemos visto hace poco.
—Dejaste esto en la habitación.
Saca algo de su bolsillo y me muestra un arete.
Rápidamente siento mis mejillas coloradas al recordar lo que sucedió en aquella habitación.
—Gracias.
—¿Puedo pasar?
Todo esto es incómodo. No puedo verlo fijamente después de todo lo que pasó.
Frunce el ceño mientras ve por encima de mi hombro, y me doy la vuelta encontrándome a Mark recostado en la pared.—¿Qué hace él aquí?
—Royce... —murmuro discretamente.
—Ya Camila nos había presentado ¿no? Eres Robert.
—Royce —corrige él—. ¿Tú y él..?
Antes de poder responderle Mark se acerca a mí y rodea mi cintura, confundiendo más a Royce y haciendo que se retire.