Capítulo 78

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Royce

—Hola Mark, ¿cómo está? ¿dónde la tienen? —Dafne lo ataca con preguntas en cuanto nos acercamos al chico.

—Hola señora —la saluda y me mira, ignorándome—. Tranquila, ella está bien.

–¿Bien? ¿Dices que está bien cuando esta internada aquí? —intervengo fulminándolo con la mirada—. Sabrá Dios que no estarían haciendo que terminó ardiendo —espeto entre dientes.

—¿Disculpa?

—No, nada, nada —respondo inmediatamente.

—Voy a pasar con ella. ¿En qué habitación se encuentra?

—Eh... —Mark rasca su nuca nervioso mientras caminamos—. No es por habitación sino cubículos. Yo iré a la tienda que de la esquina a comprar algo de comer.

—Está bien, tranquilo.

Finalmente se va y junto a Dafne camino hacia el pequeño cubículo.

—¡Hija!

—Hola má. Disculpa la hora, pero realmente hacías falta aquí.

—No importa cariño, estaré para ti a la hora que sea y donde sea ¿ok? —deja un casto beso en su frente—. ¿Qué te dijo el doctor?

Tarda en responder pero finalmente explica lo que ha pasado y no puedo evitar decirle a Mark unas cuantas cosas internamente. ¿Cómo da pastillas así por así? Pudo pasar a mayor, una intoxicación o algo así.

—Voy alcanzar a Mark. Me toca una pastilla ahora en cuanto amanezca y prefiero tener algo de beber antes. Ya vuelvo —avisa, saca algo de dinero de su bolsillo y se retira.

Y en cuanto lo hace, Camila comienza a llorar. No entiendo porqué, ella es de las que no intenta verse débil ante los demás y menos frente a mi.

—Ni me preguntes porqué lloro.

—Claro que preguntaré... ¿Qué pasa? ¿Por qué estás así?

—Royce... —cubre su rostro—. Yo... no sé cómo decir esto. Es tan, es que no sé.

—No entiendo nada Camila.

—No me hagas caso. Quizás lo que me han dado me ha hecho hablar de más pero no es nada.

—Mírame.

—¿Para qué?

—Mírame y dime que no es nada, que todo está bien.

—Todo está bien —afirma mirándome y aunque intento creerle no puedo. Su mirada dice lo contrario.

Camila

El doctor entra y aunque no le digo nada le agradezco por sacarme de ese incómodo momento. Revisa la pequeña máquina que está a mi lado y cuya función es pasar un líquido a mis venas.

—No más esto. La fiebre bajó por completo, aunque puede que aún sienta frío.

—Sí, todavía tengo frío.

Double Vision (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora