—¿Es lindo? —pregunta mi madre con un conjunto para bebé en mano.
Cuando salimos de la clínica quiso venir al centro comercial a comprarle las primeras cosas al bebé. Después de escoger varias cosas y ponerla en la cesta nos dirigimos a la caja para pagar todo. No le sorprende la cantidad que debe pagar, de seguro tiene sus ahorros pero aun así, yo no pagaría esa cantidad.
Salimos de la tienda y buscamos dónde sentarnos.
—Llamaré a Royce para que venga.
—¿Por? Ya casi nos vamos.
—¿Qué dices? No hija —ríe—. Pienso comprar más cosas.
—Está bien —bufo—. ¿Pero por qué llamarlo? Estamos bien tú y yo.
—Pero hace falta él. Es el padre y debo confirmarle que sí estoy embarazada.
Saca su móvil y le marca a Royce, sólo le dice el nombre del centro comercial y él le asegura que llegará pronto. No sé cómo sentirme con todo esto.
—Debo irme. Nos vemos —me levanto y beso su mejilla.
—No estás feliz, ¿cierto?
—Claro que sí —sonrío.
—Si lo dices... —suspira—. Nos vemos. Cuídate.
Cuando estoy en la salida mi celular suena y es Mark.
—Hola.
—Hey princesa.
Paro un taxi y le digo la dirección.
—¿Estás bien?
—Sí. ¿Andas en tu casa? Necesito hablar contigo.
—Me preocupas Camila, y sí estoy aquí. Alisson vendrá pronto.
—Yo también llegaré pronto.
Corto la llamada y le digo al señor la dirección. Asiente con fastidio pero termina desviándose dirección a donde Mark. Cuando me deja al frente, le pago y bajo el auto.
Toco el timbre, y segundos después Mark me recibe con un beso en la comisura de mis labios y sonrío.
—Ya mi hermana debe estar por llegar.
—Genial. ¿Cómo te has sentido? y dime la verdad.
—No me quiero alejar de ti Camila, no iré a ningún lado, ¿bien?
—No entiendo —frunzo el ceño.
—Me han dicho que...
La puerta se abre y entra Alisson con bolsas en manos.
—Mi hermano me dijo que vendrías, así que traje hamburguesas —deja todo sobre la mesa y nos mira—. ¿Y esas caras? Tuve que esperar mucho para tenerlas ¿y me dirán que no quieren?
—Hola Alisson —sonrío—. Claro que queremos. Ven, vamos a la cocina y te ayudo a sacarlas.
—Vamos, porque muero del hambre.
Cuando estamos en la cocina ella se encarga de buscar los platos y yo las saco de su envoltura.
—¿Sabes qué le ocurre a Mark?
Suspira.
—El doctor le ha dicho que todo va empeorando y que, no queda mucho tiempo —explica entristecida—. Mi hermano debe viajar a Londres, pero no quiere hacerlo si no es contigo. Mark te adora, Camila.