Mañana me iré a Londres y termino de ordenar mis cosas en compañía de Martha quien me ayuda a escoger más piezas y sacar otras que están "anticuadas".
—Te voy a extrañar mucho. Me dejarás sola —rompe el silencio para decir eso y hace un puchero.
—Podrás irme a visitar cuando quieras.
—¿Crees que estoy bañada en dinero? Lo dices tan fácil.
—Bueno, cuando ahorres lo suficiente.
—Me gusta más —sonríe—. ¿Te llevarás esta blusa?
—Sí, la guardo en esta maleta.
—¿A quién invitaré a las fiestas?
—No seas dramática. Estarás mejor sin alguien que te diga qué haces mal.
—Entonces llévate a mi madre —bufa y río a la vez que golpeo su hombro.
—Te llamaré a diario si eso te hace sentir mejor.
—Está bien. Facetime también haremos ¿no? —asiento—. ¿Cuando Mark termine su tratamiento volverás?
—No lo sé.
Su móvil suena y se aleja para contestar. Dura unos minutos conversando por teléfono y cuando vuelve, ya casi he terminado.
—¿Todo bien?
—Sí —sonríe.
—Si sigues sonriendo así te vas a partir en dos —entrecierro mis ojos y ella evita mirarme—. ¿Con quién has quedado?
—Con Daniel. ¡Ya! Me has descubierto.
—Soy una pésima amiga, ¿como pude olvidarme de Danielito?
—Siempre terminas descubriéndome.
—Me alegra que por fin hayas sentado cabeza. Suerte con Daniel.
—Sé que tengo fama de ser más fácil que la tabla del uno pero al menos yo no salgo con la pareja de mi madre —espeta y voltea los ojos.
—Martha —la miro ofendida
—Nos vemos mañana. Adiós.
Agarra sus cosas y sale del apartamento. Duro un rato más ordenando todo hasta que finalmente he empacado, decido marcarle a Mark y ponernos de acuerdo para mañana.
(...)
—Hola preciosa —saluda Mark una vez que contesta la llamada.
Me alegra que actúe como si no pasara nada, como si no se hubiese enterado que tuve algo con Royce y que su trato hacia mí siga siendo igual.
—¿Cómo amaneces?
—Muy contento. Veré a mi madre después de mucho y estaré contigo.
—Qué lindo eres Mark. ¿Tienes todo listo? Debemos estar en el aeropuerto en cuarenta minutos
—Sí, solo que no me da tiempo de desayunar. Es algo lejos y quiero ser puntual.
—Por eso no te preocupes, llevo un sándwich.
—Gracias.
—No olvides tus medicamentos.
—Eso ya está listo.
—Mark, quería pedirte disculpas por aquello. Pensaba decírtelo pero no era el momento...
—¿De qué hablas? —frunzo el ceño ante su pregunta—. Ah ya recordé, y no te preocupes Camila.
—¡No es justo! Tú eres muy bueno y...
—Y nada ¿bien? Por favor, no hablemos de eso. No quiero arruinar nuestro viaje por esa conversación. Sé que pronto querré escuchar una explicación pero no ahora.
—De acuerdo, muchas gracias.
—Bueno Cami Cami, debo colgar. Nos vemos en unos minutos.
Vuelvo a la habitación y termino de arreglarme. Cuando estoy lista, ubico mis lentes de sol y el abrigo. Espero que el taxi que el conserje ha llamado llegue mientras converso con el señor.