Capítulo 107

254 21 1
                                    

Royce

Me siento extremadamente nervioso porque en menos de dos horas estaré casado ante Dios con Dafne. Me duele saber que le romperé el corazón a Camila, duele más que cualquier otra cosa.

Cuando las chicas me han terminado de arreglar rápidamente se retiran y me paro frente al espejo. Me veo como cualquier otro chico a punto de asistir a su ceremonia, sólo que por dentro no estoy para nada feliz.

Como me encantaría que la chica que entre sea ella.

—Toc, toc —dice mi madre riendo y se adentra—. ¿Estás listo? Recuerda que el novio debe estar antes. Al menos que quieras hacerlo diferente —bromea.

No, no estoy listo. Nunca lo estuve.

—Sí, ¿vamos?

—¡Estás precioso hijo! —besa mi frente y luego pasa su mano—. Típico en mí, dejar el labial —ríe.

(...)

Camino entre los invitados saludando a algunos y conversando por un rato con los familiares. Es algo privado pero Dafne conoce a muchas personas y no dudó en invitarlas.

—¡Royce! ¿Estás seguro? —pregunta la chica que me encontró en la habitación del hotel—. Desde aquella plática en el hotel no conversamos sobre el tema.

—Estoy seguro —le sonrío.

—Me encantaría saber que detrás de esa sonrisa hay muchísima seguridad pero sé que no. ¿Pero qué más? Felicitaciones, entonces —me abraza y vuelve al grupo donde está todo mi equipo de trabajo.

Minutos pasan y mis nervios aumentan cuando la melodía suena y alguien grita avisando que ya la novia ha llegado. Dafne se aparece entre las grandes puertas de color marrón. Viene sola, sólo en manos tiene el adorno de flores y los flashes inmediatamente se hacen notar.

Sonríe a los invitados y cuando ha llegado al altar, me mira pocos segundos antes de centrarse en el señor que sostiene el micrófono frente a nosotros.

—Todos de pie, por favor —ordena el sacerdote.

La mirada de Dafne ahora está sobre mí y no sé porqué es diferente. Mis manos se sienten húmedas y comienzo a sudar cuando el señor habla.

Realmente no estoy prestando atención por pensar en todo lo que he pasado anteriormente, sacando completamente a Dafne de aquellos momentos. Únicamente Camila y yo.

¿En qué momento ha llegado a la típica pregunta? No lo sé, fue tan rápido.

—Geoffrey Rojas, ¿acepta a Dafne Sánchez en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, promete amarla y respetarla hasta que la muerte los separe?

Mis labios se entreabren y miro a Dafne que sonríe. Relamo mis labios nervioso; son dos simples palabras, nada más.

—Acepto —digo y siento algo atravesar mi corazón, literalmente. No hay vuelta atrás. Ya he afirmado ante Dios.

—Dafne Sánchez, ¿Acepta a Geoffrey Royce, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la promesa, promete amarlo...

—No puedo —interrumpe captando la atención de todos y se suelta rápidamente de mi agarre—. ¿Podemos hablar en privado?

¿Qué es todo eso? ¿Qué pasa?

—Claro —contesto hecho un manojo de confusión y se adelanta a un pasillo.

Una vez que llego, suspira.

—Mereces a una persona mejor que yo. Tal vez me odies pero esto no es lo mejor para ti, ni para mi —sus ojos se humedecen—. Lo siento mucho por haberte hecho llegar hasta acá. Tú eres un jovencito y yo... quiero a alguien más. Fue algo que ocurrió inesperadamente, como todos los amores que ocurren así. Yo sé que debí comentarte todo esto con tiempo y no haberte hecho llegar hasta aquí. 

Double Vision (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora