Capítulo 70

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De camino a la casa de Martha el silencio reina. Ella mira por la ventana, Royce va tan concentrado en la vía y yo pensando en todo lo que pasó en el caférest. Imaginarme a Esteban intentando propasarse con mi amiga me da náuseas. Siempre supe que ella le parecía atractiva, pero llegar al punto de querer obligarla... No me lo esperaba.

Entra en la calle donde está la casa de la pelirroja y se estaciona a unos centímetros.

—Nos vemos después. Adiós.

—Espera Martha —miro a Royce pidiéndole que me espere unos minutos y cuando asiente bajo del auto también—. ¿Me disculpas? Desconfié de ti. Por un momento pensé que había pasado algo realmente entre ustedes.

—Entiendo, tranquila —hace una mueca pero sé que le afecta que yo haya pensado eso—. Ya puedes volver. Royce te espera.

—Martha, me conoces y sabes que no subiré al auto hasta que me disculpes y me digas cualquier tontería como sueles hacerlo.

—Está bien. Si me hiciste sentir mal pero ya pasó. Fui yo quien debió decirte lo que ese imbécil intentó conmigo pero preferí callar.

—Y yo desconfié de ti.

—Pero ya pasó.

—Bueno —suspiro—, suerte con lo de tu mamá. Mañana me marcas ¿si?

—No hará falta esperar hasta mañana, te llamaré hoy mismo.

Royce toca la bocina del auto y sé que quiere irse ya.

—Hey Royce, la cuidas ¿ok? y cualquier cosa, recuerden usar sombreritos.

Ríe y yo lo hago también.

—Estás loca, adiós.

Subo al auto y cuando salimos de esa calle Royce ríe, de seguro pensando en lo que mi loca amiga ha dicho. Sombrerito, no sé de donde inventa tantas cosas.

—¿A dónde quieres ir?

—¿Cómo que a dónde? Debo ir a tu casa y cuidar de mi mamá.

—Ella estará bien.

—¿Cómo puedes ser tan inconsciente? Ella nos necesita Royce.

—Vamos a tu apartamento.

—No tengo las llaves, las he dej...

—Hombre listo vale por dos —muestra el manojo de llaves y lo miro mal.

Se tomó el atrevimiento de buscar entre mis cosas para dar con las llaves. Se para en un local de comida rápida y ordena una pizza. Cuando se la entregan, el olor a recién hecha inunda mis fosas nasales y aunque me provoca comer, estoy muy llena.

Cuando entramos él se acomoda en el sofá y comienza a devorar la pizza. Se hace tarde y por tal le marco a mi madre diciéndole que estoy en el apartamento. Pregunta por Royce pero le hago creer que no sé nada y vienen los remordimientos... Otra vez.

No pasa nada entre nosotros, solos dormimos juntos y me siento cómoda con él ocupando el otro lado de la cama.

(...)

Double Vision (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora