—Ambos —repite el doctor y lo miro suplicándole que no hable de más.
—Se refiere a Mark —añado nerviosa.
—Exacto, al chico que vino con ella. Le decía a su hija que no es bueno que estén tomando medicamentos sin orden médica.
—Exacto. Fue una torpeza mía aceptar esa pastilla sin preguntar ni el nombre. Me dejé llevar por lo mal que me sentía.
—Bueno —suspira convencida y sonrío—. Te he traído esto. Cómelo antes de irnos.
—Yo me retiro, con permiso. Y Lewis, atenta con lo que le dije —me recuerda indirectamente el doctor y se aleja.
(...)
Sentía que iba atrasada al encuentro que tengo pautado con mi amiga a las tres pero cuando llego al parque y no la veo me siento más tranquila porque sé lo mucho que odia esperar. Me siento en uno de esos bancos de concreto que rodean el parque y como siempre, comienzo a pensar lo que ha pasado en las últimas horas.
Ayer me dieron la noticia de que estoy embarazada y en parte no termino de procesar la información. Mi mamá acaba de perder a su bebé, no podrá tener más y aquí estoy: embarazada. Saber eso la emocionaría un poco pero no puedo, tan siquiera puedo decir el "embarazada" en mente porque me siento mal inmediatamente, ¿y cómo no? Si es de su prometido.
—Hey girl —me sobresalto al escuchar su chillido y la miro sobre mi hombro.
—Pensé que tardarías más.
—Aquí me tienes, siendo puntual por primera vez —ríe—. Es broma, estaba en consulta médica para el control del embarazo y salí temprano. ¿Cómo estás?
—Ni sé cómo sentirme. ¿Control médico? ¿Cómo se llama el doctor? ¿Dónde está ubicado? —la ataco con preguntas.
—¡A ver! ¿Por qué tanto interés, eh?
—No... es que...
—Tengo diez semanas de embarazo, y si no entiendes, son dos meses.
Se ve tan feliz por su estado que en parte siento envidia. Pienso si en decirle o no lo mío, e irme a Londres con todo esto. ¡Pero vamos! Es mi amiga y se emocionaría un montón al saber que también estoy en espera.
—Estaba en el hospital.
—¿Por qué? ¿Pasó algo con Mark?
—Por mi —frunce el ceño—. Anteayer en la madrugada tomé algo para la fiebre y me dio una reacción.
—¿Pero fiebre por qué?
—Estoy embarazada. Y antes de que preguntes, no sé qué tiempo tengo. ¿Cómo debo sentirme con todo esto? ¿Qué hago Martha? —comienzo a llorar.
Es lo único que me sale bien.
—¿Embarazada?
Se nota petrificada y el desconcierto se refleja en su rostro.
—¿Has dicho embarazada?
—¡Si! ¡Dime algo ya!
—¿Y cómo que no sabes cuando fue tu última vez? Aunque puedo haber sido ante de la última... —mira a cualquier punto del parque menos a mí.
—Olvidé cuando fue la última vez.
—¡Royce! ¡Él es el papá! —chilla.
—Shh... baja la voz.
—¡Estás embarazada! ¡Lo estamos! Y es tan... ¡Genial!
Me abraza casi asfixiándome y comienzo a reír.
—¿Mark lo sabes?
—Nada más te lo he dicho a ti —observo su vientre—. No pareces de dos meses.
—Cuando estoy de pie se nota un poco. ¿Y si para celebrar salimos esta noche?
—Martha estás embarazada, lo estamos, y no tienes que estar pensando en fiestas.
—Lo sé pero me refería al cine.
—Me gustaría pero no tengo ganas.
(...)
Días después...
—¿Qué lees? —pregunto cuando la veo sentada en la sala con el libro en manos.
—Es una receta. Haré una cena esta noche y me ingeniaré con algo.
—!Quiénes vendrán?
No quiero que sea la madre y hermana de Royce. No puedo ni mirar a la cara a su hermana.
—Sorpresa —canturrea.
El embarazo no me está ayudando en nada: mareos, náuseas y fiebre. Aunque he cumplido al pie de la letra con lo que me recetó el doctor no he ido al especialista.
Cierra el libro y se dirige a la cocina. La ayudo con la preparación y horas después está todo listo.
—¿Qué sucede?
—Nada hija.
—¿Como que nada? Estás muy pensativa.
—Nosotros. Desde el accidente hemos estado muy alejados como pareja. No sé si descartar la idea de que hay alguien más.
—Tal vez son ideas tuyas.
—No, lo conozco y sé que no son ideas.
Alguien estornuda y es él quien está al otro lado escuchando la conversación.
—¿Sabes Dafne? Sí.
—¿Si qué? ¿hay otra? ¿es eso?
—Mamá...
—No sé cómo pasó —continúa hablando.
Me dan nervios inmediatamente por lo que él pueda soltar.
—Yo abro —digo cuando han tocado el timbre.
Abro la puerta y me encuentro con él; sonríe y me fijo en su vestimenta formal.
—Doctor Miller. No sabía que mi mamá tenía charlas hoy aquí en casa.
—Ella me invitó a cenar. He traído una botella de vino —la muestra y sonrío por cortesía.
—Adelante.
Él no sólo significa el doctor que la ayudó a salir de ese estado ante la pérdida de su bebé. Sé que ella se interesa mucho por él, ¿o cómo explica el hecho de que lo haya invitado a cenar?