Mark
Me levanto de la mesa para ayudar a la madre de Camila a recoger los platos y llevarlos a su respectivo lugar mientras Camila atiende a quién esté en la puerta.
—Déjalos por aquí Mark, yo me encargo de lavarlos.
—Puedo ayuda...
—No hijo, tranquilo. Gracias.
No salgo de la cocina y observo lo que hace Dafne; tararea una canción mientras lava los platos. Recuerdo la actitud de Camila mientras comíamos y sé que algo le pasa, actuó muy extraño y estaba muy pensativa. No sé si me oculta algo y que me lastimará cuando me lo diga o si son ideas mías.
—Hey, muchacho —la señora Dafne chasquea sus dedos y dejo aquellos pensamientos—. ¿Cómo te sientes al estar con mi hija?
—Bien —sonrío al recordar el rostro de Camila—. Es una chica muy hermosa, y no hablo nada más del físico.
Quiero a Camila. ¿En qué momento pasó todo esto? ¿En qué momento dejé el recuerdo de mi antigua pareja atrás y me concentré en querer a Camila? Todo pasó muy rápido.
—¿Entonces pronto habrá boda?
Esa pregunta me hace sentir incómodo. Yo quiero mucho a Camila pero ella no me corresponde, al menos no igual.
Y ella pensará que es muy pronto casarnos.
—No lo sé. No hemos hablado de eso.
—Hmm —seca sus manos—. Espero sea pronto.
De repente, todo me da vuelta y siento que en cualquier momento caeré. Tanteo los bolsillos de mi pantalón para dar con las pastillas y no las hallo.
—¿Estás bien? —me detalla—. No me digas que estás nervioso.
—No... Sí estoy bien, pero no estoy nervioso. Voy a buscar a Camila.
—¿Puedes decirle a Royce que venga? Por favor.
Salgo de la cocina y ubico a Camila en la sala con él. Ella parece estar reclamándole algo mientras él está de brazos cruzados prestándole atención.
Guarda algo en su bolsillo y despeina su cabello frustrada.—Alguien sabe Royce. Alguien sabe que tú y yo hemos estado juntos... —la oigo decir cuando estoy más cerca.
—¿Qué has dicho? —intervengo.
Ambos me miran y me siento peor.
–Respóndeme Camila —pido una explicación y ella lo mira a él—. ¡Tiene que ser una broma! ¿Es eso? —él se encoge de hombros—. Tú eres un...
—Mark —Camila intenta calmarme pero la aparto y me acerco a Royce.
—Es una chica menor que tú y eso no es lo peor... ¡Es la hija de la mujer que te dará tu primer hijo!
—Cálmate —pide y comienzo a reír incrédulamente.
—Tú cállate —mi mandíbula se tensa. No sé qué me han creído para verme la cara de estúpido—. ¿Tú qué dijiste Camila? ¿Estaré con este chico porque le queda poco y lo ilusionaré?
—Cállate Mark —dice dándome a entender que él aún no sabe nada sobre mi enfermedad.
Camila
1 - Mark no puede alterarse así.
2 - Mi madre puede salir y enterarse de todo.
3 - Mark está tan enojado al igual que Royce y pueden pelear.Y como si me hubiesen escuchado, Mark golpea la mandíbula de Royce. Éste le corresponde de igual manera y ambos comienzan a darse golpes. Intento detenerlos llamándolos pero me ignoran y siguen lastimándose.
—¡Deténganse!
—¡Dios mío! ¿Qué pasa? —grita mi madre cuando los ve.
Corre hacia ellos y ayuda a Royce. Mark sigue agitado y está muy pálido. Puedo asegurar que no está bien.
—¿Qué pasó? ¡¿Por qué peleaban?!
Guía su prometido al sofá.
Todo esto gracias a la nota anónima que han dejado y me preocupa no saber quién es.
—¿Estás bien? —Mark se sienta en el respaldo del sofá—. Estás muy pálido. ¿Tienes la pastilla? ¿Mark? —no responde. Sólo mira un punto cualquiera de la casa—. ¡Mark! —grito cuando lo veo caer del sofá.