Bajo del auto rápidamente y empujo a Royce para apartarlo. Cuando voy acercándome él parece no querer hablar conmigo.
—Esteban —me ignora y da la vuelta.
Me adelanto y quedo frente a él. Miro a la rubia que se dncuentra a su lado, y ella hace lo mismo con superioridad. Otra más del montón.
—¡Esteban!
—¿Qué quieres? ¿Ofrecerme las palomitas para seguir viendo esa escena?
—Yo... ¡Lo siento! —intento acercarme y él da un paso hacia atrás—. Él me obligó.
—¿Qué dices? —ríe sarcásticamente.
—Sí, él me obligó.
—No soy estúpido Camila. Sé lo que vi, tú parecías estar encantada con ese beso.
—Déjala, cariño. No perdamos tiempo escuchando a esta fácil. ¿Nos vamos?
—Tú cállate —la fulmino con la mirada y ella voltea sus ojos.
La he visto en la universidad, sé que pertenece al grupo de chiqui. Son idénticas.
—Ve siguiendo tú —le ordena Esteban con una sonrisa y ella le obedece alejándose segundos después—. ¿Qué más dirás? ¿Esa es la forma tan particular de despedirse entre ustedes dos?
—Escúchame —prácticamente le suplico que lo haga.
—¡Es la pareja de tu madre Camila! ¡De tu madre! —grita y capta la atención de algunos.
—Entre él y yo no hay nada, en serio. Debes creerme.
—He estado con diferentes tipos de chicas y créeme, eres peor que ellas —comienza a caminar en dirección a donde está Royce— y conozco a diferentes clases de hombres, pero eso de acostarse con la hija de su mujer...
—¡No es así! —alzo la voz.
—¿Cuándo se lo dirás a tu madre?
—Estás haciendo un melodrama.
—Eres una cualquiera Camila, eso eres.
—Estás equivocado.
Siento unas enormes ganas de llorar.
—Prefieres lo prohibido y lo ajeno. ¡¿Ya te acostaste con él?! —grita nuevamente mientras lo señala y veo a Royce acercarse.
—¡Claro que no!
—¿Estás bien? —pregunta cuando llega a mi lado.
—Eres un imbécil. Vayan y díganle a Dafne, y después le preguntan a ella si está bien.
De pronto Royce alza su puño y Esteban va a parar al piso con su mejilla sangrando.
—¡Royce! ¡Detente! —me atravieso cuando veo su intención de golpearlo otra vez.
Me pongo a la altura de Esteban pero éste se levanta ignorándome.
—No diré nada. No quiero verme envuelto en un escándalo.
—¿Y por tu amiga? —la observo a lo lejos de brazos cruzados y luciendo impaciente.
—Deberás cuidarte de ella.
Continúa su camino hasta desaparecer de mi campo de visión.
—¿Estás bien? —Royce vuelve a preguntar.
—Puedes irte, estaré bien.
Cruzo la calle y me dirijo a la entrada del hospital.
(...)
El doctor me hace el chequeo rutinario donde asegura que ya estoy bien. He tenido una muy buena recuperación y dice que no tendré consecuencias más adelante. Me quita la venda y veo en el espejo la parte que ha quedado sin cabello. Menos mal no se nota mucho y con suerte crecerá rápido.
Me despido de él y me dirijo al pasillo de habitaciones. Mark volvió hace unos días y sé en que habitación se encuentra. Doy dos golpecitos en la puerta y alguien habla diciendo que puedo pasar. Una chica está leyendo algo desde el sofá y sl verme se levanta.
Lleva el indice a sus labios y noto que Mark duerme.
—Eres Camila ¿no?
—Sí, mucho gusto —le extiendo mi mano.
—Soy Alisson, la hermana de Mark. Él me ha dicho que ibas a venir pero se quedó dormido esperándote.
—Lo siento.
—Él no ha parado de hablarme sobre ti.
—¿En serio?
—Si —sonríe—. ¿Podrías quedarte con él? Voy por algo de comer.
—Claro.
—Muchas gracias. Vuelvo rápido.
—Tranquila.
Cuando estoy a solas con Mark, acerco una silla a la camilla y agarro una de las revistas que está en el sofá pero la dejo a un lado cuando veo que trata sobre enfermedades y no es algo que me llame la atención.
Pienso en Esteban y lo que pasó. Me siento muy mal que haya visto eso, me preocupa que quiera desquitarse diciéndole a mi madre.
Mi móvil suena y es Royce; no contesto y dejo que siga sonando.
—Hola —saluda Mark cuando ha despertado.
Su voz se escucha débil y él parece estarlo.
—Siento haberte despertado.
—No te preocupes —sonríe a medias.
—¿Qué sucedio? ¿Por qué estás así?
—No es el momento.
Sigo conversando con él hasta que comienza a oscurecer. Su hermana también está aquí y he pasado un buen rato con ellos aun cuando es en un hospital. Me despido y debo pedir un taxi para volver al apartamento.
Cuando entro dejo todo en el sofá y me dirijo a la habitación dispuesta a dormir.