Capítulo 73

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Royce

Camila intenta no mirar a mi hermana ya que siente vergüenza y comienza a jugar con sus manos.

—Lo sabía —añade la hermana más inoportuna mientras sonríe.

—Yo... voy a... Ayudar a lavar los platos. Con permiso.

Corre al interior de la casa. Me tiro al sillón y también me da vergüenza ver a mi hermana. Me siento tan confuso con todo esto que estoy sintiendo. Ver a la mujer que amo o amé contenta por lo de la boda civil me hace sentir el peor de los hombres.

Siento que debo tomar una decisión lo más pronto posible pero ¿qué?... ¿Dejar a Dafne e irme con su hija? Le causaría un dolor tan grande y ya es suficiente con lo que pasó hace poco. ¿Pero casarme con ella y ver lo mal que está Camila por mí culpa? ¡No sé! Me frustra no saber qué decidir.

No sé en qué momento dejé de ver a esa chica de una manera diferente. ¿Cuando descarté la idea de que debía cuidarla por el hecho de estar con su mamá? Ahora sólo puedo verla como la chica con la cual quiero despertar a diario.

—Geoffrey.

—¿Ah? —respondo sin apartar la vista del reloj que rodea mi muñeca.

—Lo supe desde que la conocí. Es fácil darse cuenta por cómo te mira y se siente cuando dicen algo en relación a su madre y tú.

—¿Tanto se nota?

—¿Qué si no? —ríe—. Ahora entiendo todo. El porqué no nos dijiste que Dafne tenía una hija —suspiro pesadamente—. Te casarás con su madre, ¿puedes imaginarte cómo se siente ella?

—Sí.

—Vendrán más hijos, la boda por la iglesia, ¿y sabes qué? Eso la lastimará mucho.

—No sé qué hacer.

—Ni yo puedo decirte lo que debes hacer. Es tu corazón y tú quienes pueden decidir.

—Sí. Debo decidir antes de la boda ¿cierto?

—Así es —junta sus labios—. ¿Por qué se ven tan preocupadas?

Miro a donde ella lo está haciendo y descubro que están apresuradas.
Apenas puedo distinguir a alguien sobre el sofá.

Mi hermana corre al interior e imito su acción.

—Royce, trae el alcohol —ordena mi madre y voy en busca del mismo.

Dafne está echándole aire a Camila que yace desmayada sobre el sofá, y mi madre humedece un algodón.

—¿Qué me pasó? —pregunta Camila casi inaudible.

—Te desmayaste. Sigue oliendo este algodón.

—Voy a buscar un poco de agua con vainilla o azúcar.

Rato después cuando ya el mareo se le ha pasado la ayudo a llegar a la habitación de huésped. Su blusa está mojada, pero mi hermana saca algo de su equipaje y no duda en prestársela. Me retiro para que se sienta más cómoda mientras se cambia.

Double Vision (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora