Capítulo 51

216 27 2
                                    

Abandono la sala y corro hacia la segunda planta dirección al baño.
Siento mis mejillas húmedas y las lágrimas salen sin parar, una tras otras. Puedo imaginar los rostros de ellos sonriendo y felicitándolos, hasta a Martha que lo hará por educación porque sé que debe estar tan desconcertada como yo.

¿Estoy siendo egoísta? No quiero que estén juntos; no quiero que ella lo llame más mi amor o que lo bese, que sea ella la que pueda tenerlo todas las noches y no yo. Pero ¡vamos! Ella lo conoció primero y se fijó primero en él mientras que yo sólo le decía lo mucho que lo odiaba por ocupar el lugar de mi papá. He sido una idiota todo este tiempo, por más imposible que fuese, yo llegué a pensar que él podría dejarla y venirse conmigo. Solo Camila Lewis pudo llegar a pensar eso.

Abro la llave de agua y lavo mi rostro. Golpeo el lavamanos y segundos después me quejo porque algo ha cortado la palma de mi mano. La observo. Es un simple rasguño, y estoy segura que no dolerá tanto como lo que estoy sintiendo ahora mismo.

La causante de este rasguño es una hoja de metal que yace a un lado. La observo durante unos segundos y me cuesta creer lo que está pasando por mi mente ahora mismo; imagino a Royce gritando mi nombre mientras ve que me está perdiendo.

Agarro aquello y lo pienso muy bien antes de hacerlo pero no le doy más vuelta a ese asunto y termino pasando esa cosa sobre mi muñeca horizontalmente.

El líquido rojo sale y cae en pequeñas gotas al piso.

Dafne

Cuando hablé con Royce sobre ese próximo paso en nuestra relación me sentí tan feliz. Es lo único que nos falta para complementarnos más, de manera oficial.

Me siento muy bien al ver como reacciona Ángela y Shanelli, ellas están realmente felices con todo esto.

—¿Y cuándo planean la boda?

—No sabemos todavía —sonrío al mirar a Royce.

Todo va marchando bien; Camila está aceptando todo esto después de todo, el bebé que viene en camino y ahora el
compromiso.

—Pero no veo anillo —Shanelli trata de ver mi mano y se la muestro.

Es cierto, no tengo anillo y eso se debe a que Royce lo compró muy pequeño y toca cambiarlo.

—Pregúntale a tu hermano.

—Sí, le quedó pequeño.

—¡Qué tonto eres Royce! —dice su hermana mientras ríe.

Noto a Martha incómoda y tal vez se deba a que Camila ha tardando mucho.

—Permiso, voy con Camila —se pone de pie y la sigo con la mirada hasta que desaparece en el pasillo.

—Hora del postre —me levanto—. Les gusta la torta de fresas ¿no?

—Es mi favorita, cuñada. Te ayudo.

Es algo incómodo escuchar como una chica de la misma edad de mi hija me dice cuñada. Me ayuda a servirla en pequeños platos y a dejarlos sobre la mesa.

—Oh, Martha. Siéntate para que comas el postre.

Ella sigue de pie en el último escalón y luce pálida.

—Dafne... —su voz tiembla— Camila, ella... Sigue en el baño, y está sangrando mucho.

Double Vision (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora