Capítulo 58

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Estamos en el hospital y por suerte Mark ya reaccionó. Ahora están dándole uno de los tantos tratamientos.
Sigo sin entender cómo pasó todo, es decir, ¿cómo llegó esa nota a casa de Royce? ¿Cómo sabían que yo estaría?

Mi teléfono suena y aparece la foto que tengo para Martha en mis contactos.

—Reportando a Camila —bromea una vez que contesto y sonrío.

—Hey.

—¿Qué ocurre?

—De todo Martha, de todo. Estoy con Mark en el hospital, él está bien gracias a Dios pero... —suspiro— alguien lo sabe.

—¿Saber qué, que estás en el hospital?

—No Martha, alguien sabe que Royce y yo estuvimos juntos.

—¿Qué? ¿Cómo?

—Han dejado una nota en casa de Royce diciéndome que no está bien lo que hago y esas cosas —siento una presión en la garganta y unas inmensas ganas de llorar—. Y no solo eso, cuando hablaba con Royce sobre esa nota llegó Mark. Ya sabe todo.

—Tranquila amiga. Sea quien sea que quiera chantajearte, porque es obvio que eso quiere, sabremos quién es.

—Gracias, Martha.

—Camila —Alisson llega—. Ya mi hermano puede irse.

—Te hablo después amiga, adiós.

—Bye, cuídate.

—Mark me dijo que te escuchó hablando con Royce —cuenta Alisson cuando corto la llamada.

—Sí, me siento mal con todo esto, Alisson. No sé que estará pensando Mark de mí, pero te juro que todo pasó antes —le hago entender que no tengo nada con Royce, y miento, claro que sí. Hoy estuvimos juntos.

—Te creo Camila, te creo. Pero prométeme algo ¿si? —asiento—. No dejarás a mi hermano, no ahora. Él te quiere y me confesó que teme que te vayas.

—Eso no va a pasar, lo prometo.

—Gracias.

—Otra cosa Alisson, no quiero que le diga nada a mi madre. Por favor.

—Tampoco lo hará, créeme.

—Está bien. Gracias.

—Todo esto me hizo imaginar cómo reaccionará cuando sepa que Andrés es hijo de nuestro hermanastro.

—No es correcto que lo sepa ahora pero estás consciente de que lo debe saber en cualquier momento ¿no? —paramos frente a la puerta donde tienen a Mark.

—Lo sé. Me siento fatal por mentirle a mi hermano.

—Tranquila, no te atormentes con esos pensamientos ¿bien?. Ahora entremos que debemos volver a casa.

(...)

Al intentar moverme unos brazos me lo impiden y es Mark quien está dormido mientras me abraza. Lo acomodo para que no despierte mientras me pongo de pie y me siento. Anoche me quedé a dormir aquí, él me lo pidió y además ya era tarde para volver al apartamento.

Cuando termino de lavar mi cara salgo de la habitación y veo a Alisson en la sala dándole el biberón al niño. Sonrío ante esa tierna escena y me imagino en esa faceta de madre. Ha de parecer complicado los primeros días.

—Despiertas temprano —habla sin apartar los ojos de su hijo—. No quieres más ¿verdad? —agudiza su voz y deja el biberón a un lado—. ¿Puedes tenerlo mientras ordeno todo? He hecho un desastre.

—Claro. ¿No debo palmear su espalda?

—Andrés nunca ha tenido problemas con los gases después de comer pero si quieres, puedes hacerlo —sonríe.

Lo deja en mis piernas y comienzo a jugar con el niño. Es muy tranquilo y se distrae con cualquier cosa, aunque a veces hace el ademán de querer llorar y comienzo a mover mis piernas para que no lo haga.

—Listo —minutos después vuelve.

—Auh —me quejo cuando él ha jalado mi cabello mientras ríe—. Eres muy travieso.

—No Andrés —desenreda cuidadosamente mi cabello de su mano y se sienta a un lado. El bebé se va con ella y comienza a jugar con el reloj de su madre—. Ya todo está listo para el viaje a Londres.

—Gracias por todo, realmente no sé esos trámites que se hacen al viajar y me volvería un ocho.

—De nada.

—Debo ir a mi apartamento y ordenar mis cosas.

—Ve tranquila, le diré a Mark.

—Nos vemos más tarde.

Voy por mis cosas.

Me despido nuevamente y salgo, esperando que pase un taxi rápido.

Double Vision (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora