El resto de espadachines y magos apenas tuvieron tiempo para reaccionar, la daga explotando en una gran nube de partículas mágicas debido a la inestabilidad del conjuro, creando el escenario perfecto para Harry. El muerto viviente salió de entre los árboles, su báculo brillando mientras tejía y creaba más conjuros.
—¡Emboscada! ¡Todos a sus posiciones! —ordenó la maga del inicio, desatando su aura para intimidar al repentino enemigo.
El resto de sus compañeros hicieron lo mismo, una decena de auras amarillas y azules cubriendo el entorno. Algo dentro de Harry despertó, sus instintos agudizándose al mismo tiempo que sus conjuros terminaban de tejerse: cinco «jabalinas sombrías» volaron hacia el grupo de guardias, quienes ya tenían sus espadas y báculos listos.
Un mago conjuró una barrera que eludió las jabalinas, otro tejiendo bolas de fuego y tres espadachines saltando del carruaje y corriendo con sus espadas desenvainadas. El resto se mantuvo preparado, el único cadáver cayendo al piso.
Harry agarró su báculo con ambas manos, golpeando el suelo para desatar tanto de su maná como fuera posible. Una barrera mágica apareció delante de él, las bolas de fuego deshaciéndose al impacto y los espadachines frenando para no chocar, pero sólo por un instante; dos rodearon la formación mágica y se pusieron a ambos lados del no-muerto, el tercero conjurando una plataforma de aire sólido y saltando sobre la barrera, su espada sobre su cabeza y lista para cortar en dos a su enemigo.
Harry se echó para atrás, impulsándose con magia del viento. Conjuró una poderosa llamarada, obligando a los espadachines a retroceder o ser calcinados. Los que flanquearon al muerto viviente lo lograron, pero el tercero cayó sobre el fuego; gritó de agonía, sintiendo cómo su piel era consumida.
Sin embargo, su cuerpo reforzado le impidió morir al instante, por lo que decidió usar ese momento para impulsarse con magia del viento hacia Harry. El no-muerto trató de retroceder, pero tropezó y quedó a merced del espadachín, quien cortó en dos su cabeza.
O eso hubiera pasado si no fuera porque el muerto viviente hubiese bloqueado con su báculo, recubriéndolo con una gruesa capa de oscuridad para que no se rompiese. Harry pateó al espadachín mágico en sus partes íntimas, dejándolo indefenso por un momento y permitiendo ser consumido finalmente por las llamas místicas.
El no-muerto se quitó el cadáver crujiente de encima, viendo cómo en un santiamén venían los otros dos espadachines. Tras ellos, el resto de guardias esperaban firmemente, listos para actuar. El carruaje, por su parte, había acelerado su viaje con tal de escapar y mantener con vida a Ítraris.
Harry desató varios pilares de oscuridad a través de su báculo, interrumpiendo el avance de los espadachines mientras él corría, tratando de perseguir al carruaje. Sin embargo, los guerreros sólo necesitaron recubrirse con sus auras para sobreponerse al ataque.
Ésa es una de las temibles habilidades de los espadachines mágicos: el «aura/manto de batalla», como le llaman ellos. Nacen con el poder nato de manipular sus auras y manifestarlas como una segunda piel hecha de maná que los protege de cualquier daño, según cuánto poderío tengan. También pueden cubrir sus armas con el aura y hacerlas similares a artefactos, pero no pueden hacer ambas cosas a la vez sin descuidar algún aspecto.
El espadachín calcinado no había podido activar su aura a tiempo, hacerlo tan tarde significando desperdiciar maná sólo para tener quemaduras de segundo o tercer grado. Decidió sacrificarse en vez de ser un estorbo.
Harry esquivó por poco las espadas de ambos espadachines, cortándole la pierna a uno con una aspa aérea. Empapó a los dos, usando magia del rayo para electrocutarlos. Cayeron entre espasmos, perdiendo la concentración y deshaciendo sus auras de batalla, siendo víctimas de dagas de oscuridad que atravesaron sus cerebros.
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No-Muerto
FantasyLa búsqueda de la verdad, de sí mismo, es lo que lo impulsa en primer lugar. Sin embargo, más personas entran en su vida y lo llevan a un propósito mayor; pero, para llegar a obtenerlo, tendrá que recorrer un camino lleno de sangre.