Capítulo 17: Aprendizaje familiar (Parte 2)

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Si el cuerpo humano de Harry tuviese activo su sistema nervioso y otras funciones, las palabras de Jonathan hubiesen dado en el clavo. Porque, en otras palabras, hizo trizas al no-muerto.

Encontró aberturas en sus movimientos, lo atacó con una fuerza digna de un guerrero experimentado, le señaló sus errores y vuelta a empezar. Cada vez, ponía un poco más de sí para destrozar las oportunidades de vencer de Harry. Aquello llegó al punto de que rompió su espada de madera al golpear al muerto viviente por la espalda debido a la potencia del ataque.

Cuando el sol estuvo lo bastante bajo, Jonathan se le acercó al derrotado no-muerto, quien estaba tirado en el suelo como de costumbre.

Debo decir que fue divertido —dijo, finalizando el entrenamiento.

Ambos se despidieron, el mercenario quedándose en la mansión feudal y Harry yéndose hacia la posada en la que se hospedaba. Sentía su cuerpo agotado, por lo que decidió dormir de inmediato.

Sin embargo, sus sencillos planes se complicaron un poco.

—¿No duermes de casualidad? —preguntó el muerto viviente al espadachín veterano que tenía en frente, quien le esperaba delante de las puertas de la mansión.

—Poco, pero lo hago —respondió Valk con ironía, cruzado de brazos y mostrando una postura digna de un comandante de caballeros.

—¿Qué quieres ahora? ¿Pasó algo?

—Nada grave, pero sí interesante —respondió Valk—. En pocas palabras, tienes a alguien buscándote.

—¿Alguien... buscándome? —Harry estaba confundido.

—Parece que es una conocida tuya —explicó Valk—. O algo más, quién sabe. Lo importante es que te está esperando en la entrada norte.

Y, sin esperar una respuesta, el comandante de caballeros se marchó.

Okey, eso fue raro, pensó Harry, empezando a caminar hacia el norte de la ciudad, más por inercia de la situación que por otra cosa. ¿Quién puede estar buscándome? Literalmente no conozco a nadie más que no sea de aquí. Espera, ¿Valk no había que era una «conocida»?

Hizo énfasis en el género de ambas palabras junto a la siguiente, desencadenando un flujo de recuerdos sobre una única escena: estar sentado delante de una mujer dentro de una cafetería. Y, cuando apenas se dio cuenta de quién podría ser la persona que lo buscaba, aceleró su paso. Casi empezó a correr con tal de encontrarla en el menor tiempo posible.

Saya era, según su conversación con Dylot, otra no-muerta como él; una criatura con tanto potencial como él, una persona con la que, si unía fuerzas, sería imparable. Y más que una carta de triunfo, ¡era una oportunidad valiosa para conseguir información sobre su pasado! ¡La puerta hacia la verdad tan nublosa que se esconde en su anterior yo!

La cantidad de gente era baja, por lo que no tuvo muchos problemas en llegar a la entrada norte. Miró de un lado a otro, buscando. Y, entonces, la vio.

Vestía una túnica rasgada y sucia de color marrón, llevando un bolso de cuero. Bajo su capucha, se podía distinguir un rostro ovalado de rasgos promedios, con ojos negros al igual que su cabello, del cual sólo se podía ver unos mechones. Tenía una expresión vacía, como si fuera un robot más que una persona. Estaba parada delante de un farol, observando a la gente pasar, como si estuviese calculando algo con la simple mirada.

Y, cuando sus ojos se encontraron con los de Harry, esa evaluación mental se detuvo abruptamente.

El muerto viviente sintió su pecho achicarse, punzando como si hubiese sido apuñalado. Era una sensación que conocía bien; la «maldición de no-sentimientos» estaba haciendo efecto. Aquello vino junto a un pequeño repertorio de imágenes, recuerdos borrosos de una vida pasada.

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