Qashke lloró durante varios minutos, limpiándose las lágrimas con una cantidad considerable de servilletas hasta que sus ojos quedaron secos. Tan pronto como pudo calmarse, lo único que indicaba el reciente llanto fue el enrojecimiento e hinchamiento de sus globos oculares.
—Perdón por eso —dijo con una pizca de vergüenza—, no era mi intención causarte culpa o algo por el estilo. Sé bien que eres incapaz de ello.
Sus palabras hirieron un poco a Saya, quien volvió a poner peso a la idea de romper la maldición de no-sentimientos.
—Contar todo eso me hizo recordar muchas cosas dolorosas —explicó Qashke, levantándose de forma lenta pero constante—. Ahora, la razón por lo que vine fue para asegurarme de que en verdad fueses Saya. Si no lo eras, simplemente podía argumentar que te había confundido con alguien y marcharme. Ahora mis dudas fueron aclaradas, así que bajemos.
—Espera un momento —dijo Saya, deteniendo a la Ambigüedad Druídica de salir—, ¿qué harás después de esta misión?
—Yo... —Qashke apartó la mirada, sin mirar algo en particular—... no sé. Quizá viaje a algún lugar peligroso para ganar o morir; cualquier me viene bien.
—Entonces, ¿quisieras acompañarme?
Con cualquier otra persona, Saya no hubiera hecho una pregunta de ese estilo. Después de todo, tener un acompañante podría retrasarla en muchos sentidos y sería una carga. Por muy poderoso que fuese la persona, seguiría necesitando parar para descansar por el cansancio, el hambre, la sed o el estrés.
Sin embargo, a pesar de conservar esas fallas, Qashke era una aliada a su nivel. Ambas eran Grandes Magas y Saya estaba segura de que la Ambigüedad Druídica era incluso más fuerte que ella. Además, necesitaba a un compañero poderoso en esta ocasión debido a Túdyr, quien representaba un peligro demasiado grande como para confiar sólo en sí misma.
—... —Qashke la vio en silencio, dudando—. Quizá, pero ahora no puedo darte una respuesta firme. Continuemos con la misión por el momento y, tal vez, te la dé cuando la terminemos.
Saya sólo asintió, acompañando a la Ambigüedad Druídica. Ambas salieron de la habitación, pasando por un pasillo largo y bajando por unas escaleras hasta el comedor, el cual se encontraba bastante lleno. Se dirigieron rápidamente hacia una mesa en particular, la cual estaba ocupada por tres personas.
Una de ellas era Vadirsón, quien estaba sentado con los brazos entrelazados sobre la mesa. Parecía algo cansado, dando un largo bostezo.
Sentada cerca, estaba una mujer elfa de 1,60 metros de altura, cabello corto de color azul oscuro, ojos negros y piel bronceada. Su mirada siempre afilada ahora estaba aún más agudizada, su estómago gruñendo y provocando su mal humor.
A su lado estaba otra mujer elfa, la cual era la más alta de todos con sus 1,80 metros de altura. Su cabello rubio estaba amarrado hacia atrás, resaltando sus suaves ojos verdes. En contraste con su hermana, poseía un buen humor. Por el momento, ya que empezaba a inquietarse por la falta de comida.
—Al fin llegaron —suspiró Vadirsón, viendo cómo Saya y Qashke se sentaban—. ¿Empezamos a presentarnos? La comida está por llegar, así que debe ser rápido.
—Yo empiezo —dijo la elfa de cabello azul, alzando la mano—. Soy Timandra, una Espadachina Veterana con afinidad a la magia acuática.
—Soy su hermana —continuó la elfa de cabello rubio—, una Maga Adepta y casi una Gran Maga con afinidad a la magia aérea. Me llamo Eleonora, un gusto.
—Soy Saya —se presentó la no-muerta—, una Gran Maga y hechicera multielemental, aunque mi afinidad es la magia oscura. El gusto es mío.
—Ya nos conocemos —dijo Qashke, saltándose al instante las presentaciones.
ESTÁS LEYENDO
No-Muerto
FantasyLa búsqueda de la verdad, de sí mismo, es lo que lo impulsa en primer lugar. Sin embargo, más personas entran en su vida y lo llevan a un propósito mayor; pero, para llegar a obtenerlo, tendrá que recorrer un camino lleno de sangre.