Capítulo 83: Pájaro traumado (Parte 2)

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—¡NO! —rugió Ciniri con terror, activando un glifo de comunicación en particular a la vez que usaba su poder de linaje: «plumaje esclerótico».

Sus plumas se imbuyeron con la esencia terrestre y aérea, además de fuerza de voluntad. Se volvieron duras como el acero, afiladas como cuchillas y con la capacidad de volar según un simple pensamiento de Ciniri, quien desprendió varias piezas y las dirigió hacia Harry.

El muerto viviente apenas logró bloquear una parte, el impacto rompiendo sus brazos y haciéndolo retroceder. El resto de la oleada lo atacó con ferocidad, cada pluma destrozando su armadura y rostro, el cual tuvo que cubrir con el casco cambiaformas de su armazón para evitar que perdiese la cabeza, literalmente.

Sin embargo, lo que lo hizo perder parte de su compostura fue un portal abriéndose frente a Ciniri. De la abertura dimensional, una mujer de orejas largas y piel de color ébano salió, atendiendo las heridas de la garuda cuanto antes.

—¡¿Qué está pasando?! —preguntó Kalandria con pánico y preocupación, usando magia curativa a máxima potencia. Aún siendo una maga multielemental, su enfoque era la oscuridad, por lo que la sanación no era lo suyo y las heridas tardaron en sanarse.

—¡Un enemigo! —respondió Ciniri, apenas pudiendo enfocarse en el presente—. ¡No sé quién es, pero me quiere matar a toda costa! ¡Incluso sobrevivió y destruyó la matriz de Exterminio Absoluto! ¡Él...! ¡MIERDA!

Sus alas, las cuales habían perdido la mitad de su plumaje, se fortalecieron con la esencia terrestre e interceptaron el ataque de Harry. El no-muerto tenía varias zonas de su cuerpo destrozadas, pero la fuerza que ejercía era aterradora. ¡Incluso era mayor que antes!

Parece que la esencia biológica se acordó de su función, pensó Harry mientras retrocedía, no sin antes lanzar un káiser relámpago. Pudo consumir parte de la energía de esas plumas, pero tarda en procesar y no creo que mi cuerpo soporte más oleadas así. No sin terminar con mis reservas de maná en niveles críticos, al menos.

Ciniri bloqueó el káiser relámpago con una barrera de tierra reforzada que a duras penas resistió, levantándose para volver al ataque. La mayoría de sus heridas habían sanado y encima tenía una poderosa aliada a su lado.

Maldito pájaro traumado, se quejó Harry mientras esquivaba un ataque de Ciniri, cortando la pata derecha de la garuda con un tajo limpio.

Por desgracia, el movimiento lo había dejado expuesto. Algo que aprovechó Kalandria, quien ahora sostenía su báculo «Enjuiciamales», un bastón de madera mística con múltiples cristales elementales que había sido forjado por una mujer con un poderoso sentido de la justicia.

Apuntando a Harry, desató un pilar de oscuridad cargado hasta el límite con energía destructora. Crepitaba con poder bruto, dando al muerto viviente en la cabeza.

O eso hubiese ocurrido.

—¡Maldito idiota! —rugió Qaxión, bloqueando el conjuro a último momento—. ¡Tuviste que haber destruido su amuleto primero!

La repentina llegada del Corazón Férreo aturdió momentáneamente a Ciniri y Kalandria, quienes no tenían ni idea de lo que sucedía. Cosa que aprovechó Harry, quien no se molestó en preguntarse cosas innecesarias y hundió a Terror en el pecho de la garuda.

Para su pesar, Ciniri reaccionó por muy poco y la espada sólo atravesó el hombro derecho. Sin embargo, tenía el suficiente espacio y fuerza como para mover el artefacto hacia abajo, desatando todos sus encantamiento ofensivos y casi quitándole el brazo a la garuda.

Ciniri soltó un bramido de dolor, forzando su factor regenerativo al máximo mientras se lanzaba hechizo curativo tras otro. Al mismo tiempo, se lanzó al ataque y usó plumaje esclerótico para abrumar a Harry con números, algo que logró.

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