Dentro de una sala de reuniones bien amueblada y decorada, había ocho personas. Saya, Sarah, Jonathan, Beltran y cuatro demonios más.
El primero fue un demonio de apariencia común, a excepción de la falta del cuerno derecho que sale de su sien, el cual fue cortado de raíz. Sus escamas tenían rayas celestes por todos lados y vestía ropa modesta; a los demonios no les hace falta usar vestimenta, pero era una ocasión especial. Tenía ocho ojos, pero sólo dos estaban abiertos (celeste y negro), ambos expresando cómo Jack Moghut lidiaba con la felicidad y amargura.
La mujer a su lado era una demonio femenina, los bultos medianamente grandes en su pecho demostrándolo. Sus escamas tenían rayas rojas por todas partes, con sólo tres ojos (rojo, celeste y negro),abiertos y demostraban las mismas emociones que su esposo; Qanía Moghut tenía un conflicto interno al respecto de la situación.
Sentado en uno de los sillones, estaba un demonio joven de sólo tres ojos (rojo, celeste y negro), su cuerpo notablemente más corpulento para su edad y con rayas marrones recorriendo sus escamas. Su pierna derecha golpeaba repetidamente el piso, expresando su nerviosismo. Lhepas, un demonio guerrero de la aldea, mostraba una expresión irritada y algo alegre, pareciendo estar dispuesto a saltar en cualquier momento para gritar algo.
A su lado, estaba parado un demonio aún más robusto que él, con cuatro ojos abiertos (marrón, negro, azul y celeste), rayas marrones en sus escamas y el ceño fruncido. Ozrad, el padre de Lhepas, estaba incluso más dispuesto que su hijo para gritar. Cruzó sus brazos con irritación, esperando el momento adecuado para decir algo.
—Este ambiente es más conflictivo de lo que esperaba —comentó Beltran en voz alta, intranquilo—. ¿Qué pasa? ¿Nadie está contento de que Sarah, quien fue raptada por humanos, logró regresar de donde sea que fuese llevada? ¿Nadie está preocupado de lo que pudieron haberle hecho durante todo este tipo? ¿Nada?
—Sí, lo estamos —dijo Jack, sus palabras sinceras—. Pero...
—¿Pero qué? —Beltran miró al demonio con el ceño fruncido. Empezó a hablar en la lengua universal para que sus palabras fuesen entendidas por todos—. ¿Me estás diciendo que estás dispuesto a molestar a Sarah con eso del matrimonio? ¿En este momento?
—¿M-Matrimonio? —La garganta de Jonathan se hizo un nudo en cuanto pronunció esa palabra.
—Se supone que Sarah se casaría con Lhepas cuando cumpliese los 16 años —explicó Qanía en idioma universal—. Tendrían un hijo que heredaría el talento de ambos. Un matrimonio arreglado que nuestra hija arruinó con...
—Ni se te ocurra terminar la frase —Beltran la miró con tanta fuerza que podría penetrar su alma—. Tal como lo dijiste, era un matrimonio arreglado. Algo que puede volver a arreglarse con cualquier otra mujer de la aldea. Hay unas cuantas que tienen un talento similar al de Sarah, de hecho.
» No me gusta todo eso de los matrimonios arreglados. Sólo lo permití porque a Sarah no parecía importarle siempre y cuando Lhepas no se pasase de la raya. Mientras estuviera eso controlado y que ella pudiera estudiar magia, todo estaba bien.
» Ahora eso cambió. Sarah conoció lo que es el amor y no está dispuesta a seguir con el matrimonio arreglado. Ella puede estar con este joven y no con Lhepas.
—Ese es justo el problema —gruñó Ozrad—: un humano. Ese tipo es un humano y de seguro usó alguna artimaña para enamorar a Sarah. De seguro se está aprovechando de ella por su talento y usando sus sentimientos a su favor.
—¿Cuántas veces tengo que decirlo? —gruñó Beltran—. Los humanos no son todos asesinos en serie. No matan porque les dé placer o algo así, aunque hay casos así, al igual que en otras razas. En el pasado, la gente consideraba a los monstruos como animales salvajes sin sentimientos. Luego de lo que hicieron nuestros antepasados, se creó una gran discriminación a nuestra especie y nos consideraron similares.
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No-Muerto
FantasyLa búsqueda de la verdad, de sí mismo, es lo que lo impulsa en primer lugar. Sin embargo, más personas entran en su vida y lo llevan a un propósito mayor; pero, para llegar a obtenerlo, tendrá que recorrer un camino lleno de sangre.