«¿Qué harás cuando yo no esté?», le había dicho una noche mientras estaban solos, charlando de forma casual.
«¿A qué te refieres?», le había preguntado con una ceja alzada.
«Ya sabes, cuando tomes mi puesto y esté retirado como el viajo en el que me estoy convirtiendo», le había explicado con una pequeña risita áspera.
«Bueno...», había dudado, pensativo. «Te haré sentir orgulloso, papá.»
Esos recuerdos se esfumaron en la oscuridad de la noche, provocando más lágrimas. Corriendo mientras el maná seguía su voluntad sin siquiera pedirlo, las sombras lo empujaron a seguir huyendo. No sólo de la batalla, sino del fracaso.
Tantos meses de fortalecimiento y perdió. Tanta planificación cuidadosa y fracasó. Tanto sacrificio y falló. No sólo le falló a sí mismo, sino a todos aquellos a los que perdió aquel día frío y oscuro donde su hogar fue arrasado. Su padre, su madre, su mentor, sus amigos, sus compañeros, sus conocidos. A cada uno de ellos le había fallado.
Soltando un grito de frustración, tan profundo y casi indescriptible, Túdyr lloró. Las lágrimas se resbalaron por sus mejillas y cayeron sobre el suelo de tierra y césped, sintiendo cómo su furia desaparecía poco a poco.
¡NO!, gritó en sus adentros, sintiendo su fuerza de voluntad desvaneciéndose. ¡No, no, no! ¡No puedo perder eso! ¡No puedo dejar que mi ira se apague! ¡Sin ella llama ardiente dentro de mí, yo... yo...!
Su rostro se torció en una mueca de puro dolor ante la revelación, la cual conocía desde el primer momento en que se sumergió en ese fangoso camino de sangre.
No soy nada..., con ese pensamiento, la furia y la voluntad desaparecieron de su ser.
Sin la rabia para impulsarse y la fuerza de voluntad para sostenerse, no quedaba nada. La tristeza hace mucho que era sólo una sombra de lo que era al igual que su propia existencia, quedando nada más que el vacío que dejó el reciente fracaso... y quizá el último.
Lo perdí todo, pensó, su ritmo bajando poco a poco mientras corría sin rumbo alguno. Ya no tengo hogar, familia, amigos ni objetivo. Sin nada sobre qué sostenerme, estoy perdido en este mundo. ¿Qué soy ahora, sin nada con lo que mantenerme en este vacío? ¿Qué se supone que quedó de mí desde ese día donde la comunidad fue arrasada? Esos restos... ¿estarán desapareciendo también?
¿Qué quedaría de él cuando la adrenalina se esfumara? ¿Con qué se encontraría en el momento en que deje de correr y se encontrara con un descanso reflexivo? Le aterraba, la incertidumbre y el miedo calando en lo más profundo de su alma como una pistola que pronto podría disparar frente a su corazón.
Esquivando unos árboles, corrió. Sin nada más por lo que luchar, sólo escapó de lo que tarde o temprano terminaría consumiéndolo. Si terminaría muriendo bajo las garras de un enemigo inesperado en las profundidades del bosque o él mismo se suicidaría, ya no le importaba. Lo único que quería era huir de todo y él mismo.
Así, continuó corriendo sin rumbo alguno. Esquivó árboles, arbustos y troncos tirados. Gastó el maná que le quedaba de forma inconsciente, una manifestación de que el rango de Archimago estaba a sólo un paso de distancia. Incluso si se daba cuenta de eso, ya no le importaba.
¿De qué servía el poder cuando no se tenía nada más?
¿Cuánto tiempo habría pasado? ¿Minutos, horas, días? Aunque el cielo nocturno seguía en lo alto, Túdyr ya no sentía bien el paso de tal magnitud física, tratando sin éxito de desapegarse de todos los pensamiento aterradores que lo carcomían. Se instó a correr más rápido hasta que, repentinamente, frenó frente a un campo abierto.
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No-Muerto
FantasyLa búsqueda de la verdad, de sí mismo, es lo que lo impulsa en primer lugar. Sin embargo, más personas entran en su vida y lo llevan a un propósito mayor; pero, para llegar a obtenerlo, tendrá que recorrer un camino lleno de sangre.