Aurora Negra, a pesar de su nombre, no tenía mucha relación con los amaneceres. Lirián la denominó de esa forma debido a su encantamiento defensivo más poderoso: «Amparo Conflagrante», el cual mezcla la magia del fuego y del rayo a la perfección para crear una cúpula de electricidad potenciada que, en color, se asemeja un poco al alba.
A pesar de lo que le había dicho a Sarah, Morrigan aún sentía aversión a la mera idea de portar la armadura mágica. Por muy poderosa y útil que fuese, el hecho de utilizar el cadáver de una persona, por muy mala que pudo haber sido realmente en vida, le resultaba repulsivo.
Incluso así, se forzó a portar la Aurora Negra por la simple razón de que debía mantenerse viva. Cambiar requería preservar su existencia, llevar el poder de una Archimaga (recién ascendida, encima de todo) sin garantizarle por completo su seguridad. Vardwyr estaba muerto y no había nada que se pudiera hacer al respecto.
Sí, muerto, pensó Morrigan con un suspiro, aunque con parte de su alma atrapada....
Ahora sabía bien la verdad detrás del fallecimiento de los enemigos de Harry y ella, cosa que no le agradaba para nada. Conocer que parte de la esencia misma de la existencia de personas ahora estaban encerradas dentro de su alma, sirviendo como nada más que combustibles, le sonaba cruel y repulsivo.
Sin embargo, sólo pudo negar suavemente con la cabeza y centrarse en el presente.
Ahora se encontraba en Kazra, en el extremo oeste-noroeste del Imperio gherciano. Originalmente planeaba ir a Tylera, un ducado en la punta noreste del país, donde abundan las bestias mágicas no-inteligentes más poderosas. Sería una tierra desconocida para ella en el que podría luchar sin sentir la pesada culpa de matar a seres con razonamiento y hasta quizá superar aquel trauma.
Sin embargo, al final decidió continuar medio acompañando al grupo de mercenarios. En parte fue porque los consideraba buenos amigos y le agradaba su compañía, deseando estar más con ellos que irse a una esquina alejada del imperio donde tendría que luchar en solitario contra cualquier bestia que se le cruce.
Por otra parte...
Kalastir, pensó Morrigan al echarle un vistazo rápido al papel en sus manos.
Cuando aún estaba en Tárol, la Hija de la Oscuridad se había encontrado de casualidad un cartel de búsqueda con el rostro de una mujer y una recompensa más que generosa por cazarla, tanto viva como muerta. Era nada más ni nada menos que Kalastir, la líder del grupo de bandidos «Astro Ruinoso».
Al parecer, hace poco más de medio mes se le había puesto una recompensa de parte de una persona anónima del Reino de Zerantia. Morrigan no tuvo que unir muchos puntos para deducir que se trataba de Gallerión Durlario, pero aún le parecía algo curioso el hecho de que hubiese pasado tanto tiempo para que el dríade le pusiera precio a la cabeza de Kalastir.
Hablando de la dichosa bandida, la Hija de la Oscuridad pudo descubrir mucho de ella y su grupo criminal gracias al Gremio de Mercenarios.
En primer lugar, Kalastir era muy temida por sus poderes abrumadores que parecían estar al nivel de un Archimago (y hasta algunos juran que puede llegar a acercarse al de un Tarwón). Como maga multielemental, tiene un dominio impresionante sobre la magia de la luz y un uso inexplicablemente extraordinario del maná, pues es capaz de usarlo en su estado puro sin repercusiones.
Existen multitud de rumores entorno a la apodada Halo Solar, alias que surgió de su conjuro más poderoso que se conoce: «Bóveda Iridiscente», el cual manifiesta siete anillos luminiscentes que forman una cúpula que es capaz de repeler todo tipo de ataques, tanto mágicos como normales. Siendo una magia de nivel cinco, sirve tanto para la defensa como para la ofensiva, pues puede ejercer un brillo cegador y un calor tan inmenso que corroe la piel con sólo estar cerca, teniendo la capacidad de expandirse para atacar a los enemigos próximos.
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No-Muerto
FantasyLa búsqueda de la verdad, de sí mismo, es lo que lo impulsa en primer lugar. Sin embargo, más personas entran en su vida y lo llevan a un propósito mayor; pero, para llegar a obtenerlo, tendrá que recorrer un camino lleno de sangre.