Capítulo 66: Bajo la lluvia (Parte 1)

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Kadmuel Dinyus es un airávata de quinientos años, idéntico en apariencia al resto de los de su subraza a excepción por la falta de un ojo y una horrible cicatriz en su lomo. Una persona fría y calculadora, capaz de cualquier cosa con tal de conseguir su objetivo, pero alguien que cumple sus promesas en lo máximo posible.

Nacido en el oeste del continente Áquesh, específicamente en la República Democrática de Yéncata, creció tanto en el ámbito biológico como en el mágico, desarrollando sus poderes hasta convertirse en un archimago a la edad de trescientos años. Y, durante ese largo período de tiempo donde viajó por el continente, se encontró con un aprendiz de Zyldir: Bexhor, un elfo y tarwón necromante.

Luego de amistarse con Bexhor y muchas conversaciones y demostraciones, logró convertirse en aprendiz de Zyldir. Así, Kadmuel recibió la guía del Dios de la Magia, quien lo ayudó a convertirse en un archimago.

El airávata dejó de ser el pupilo de Zyldir tras aquello, buscando su propio camino para convertirse en un tarwón. Desgraciadamente, tuvo que dejar de lado ese objetivo luego de que su fuerza vital fuese herida durante una feroz batalla.

Con su esperanza de vida acortada y el dolor espiritual de realizar magia, se resguardó en una isla solitaria esperando una muerte tranquila.

Hasta que recibió una llamada divina.

—Seres malignos pisan estas tierras y deben ser erradicados.

*

Los airávatas tienen dos poderes de linajes únicos: «nimbus» y «acuorrayo».

Nimbus produce una nube usando un método complejo con magia del agua, pero que es natural para un airávata. Imbuido con fuerza de voluntad, es capaz de interactuar con las energías mágicas con facilidad y producir rayos fortalecidos. Acuorrayo, en cambio, es un láser de agua electrificada a la décima potencia; al empapar al objetivo, el líquido se filtra por todas partes y extiende el daño paralizante y calcinador.

—Empecemos —dijo Kadmuel, sobrevolando la Ciudad de Tárol.

Al igual que la mayoría de núcleos urbanos, Tárol tiene matrices de sellado. En específico, hasta el nivel tres. Gracias a sus fortificaciones físicas y a los caballeros, no se necesitaba mucho más que eso.

Una nube de color gris oscuro y de base irregular se formó sobre la ciudad con Kadmuel como eje, cubriendo el cielo sobre el núcleo urbano hasta que las sombras llenaron la zona y la lluvia cayó en abundancia. Un evento tan poco sutil llamó de inmediato la atención de todos, por lo que muchos caballeros estaban preparando sus armas mientras gritaban algo.

Sin embargo, Kadmuel sólo necesitó una acción para romper su valentía.

Nimbus empezó a concentrar maná y corromper los puntos de enfoque de la enorme matriz de sellado. La firma energética de Kadmuel era tan poderosa y se imbuía en tantos lugares a la vez que la formación mágica colapsó en cuestión de pocos minutos, dejando a Tárol sin defensas mágicas.

—I-Imposible...

—¿Q-Qué carajo...?

—¡M-Mierda!

Los ciudadanos comunes gritaron horrorizados, mientras que los caballeros estaban en completa estupefacción. Una matriz de sellado es una formación mágica compleja y poderosa, algo específicamente creado para evitar que fuentes externas la colapsen.

Y ahora que una criatura logró tal hazaña en minutos, sólo podía esperarse el miedo.

—¡A-Ataquen! —Sin embargo, la valentía persistía en algunos.

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